Pov Tiana
Salíamos del estudio con calma. No había duda de que ver a las personas que solías admirar por una pantalla en persona era genial.
—¿Entonces te alegras de haber venido? —Ryan buscó con su mirada una respuesta afirmativa.
—Sí, gracias a los tres por preocuparse por mí, son los mejores —Le respondía aliviándolo.
—Basta, dejémonos de sentimentalismos o nos verás llorar. Bien —Daehyun dio una palmada—, no se ustedes, pero yo tengo hambre.
—Oye, recuerda que si Tiana es vista con nosotros se le puede vincular con su “alterego” —El pelinegro hizo señas de comillas con sus dedos y yo asentí con mi cabeza ante sus palabras.
—¿No puedes hacer algo? —Kwan le preguntó a Dae.
—Hablaré con mi hermano y trataré de convencerlo.
El castaño tomó su teléfono mientras marcaba un número y se apartaba de nosotros. Minutos después volvió con una pequeña mueca.
—Bien, tuvimos suerte, hoy está en el restaurante, dice que en una hora y media podrá despachar a los clientes que tiene para que comamos.
—Pues con la cara que tienes parece haber una dificultad —Ryan se cruzó de brazos, esperando una explicación.
—Pues, que tuve que explicarle el por qué quería alquilar el restaurante así de repente y...—rascó su nuca, nervioso—, tuve que decirle que iríamos con Tiny...y él es una gran admirador tuyo y quiere...verte, así que aceptó, lo siento.
—No debiste hacer eso —Kwan lo regañó, serio.
—Él prometió que no le diría a nadie.
—Ella no se puede revelar ante nadie hasta...
—No te preocupes Dae —interrumpí a Kwan, sobando su espalda para que supiera que todo estaba bien—. Será un placer conocer a tu hermano y entiendo que le hayas dicho la verdad.
Él me sonrió algo apenado.
—Bueno, ¡a comer!
(...)
Llegamos al restaurante a la hora de la cena y el lugar estaba completamente vacío. El hermano de Dae dirigía desde hace cuatro años uno de los restaurantes más famosos gracias a la calidad y el servicio.
Entramos, yo iba de última mientras observaba todo.
—Hola Dodo, hace tiempo que no sabía de ti —Su hermano fue hasta él y le abrazó, nosotros reímos ante aquel apodo.
—También es un gusto verte —respondió Daehyun y se apartó un poco de él—. Hoon, te presento a Tiny, o como nosotros la llamamos, Tiana.
Pasé adelante, dejando de ser tapada por el tamaño monumental de los hombres que me acompañaban y me percaté de la cara de sorpresa de su hermano. Él era un poco más mayor que Dae, posiblemente unos treinta y dos años.
—Es un gusto, Hoon —Le extendí una mano, él la tomó pero en vez de saludarme me dio una vuelta mientras me miraba, cosa que me tomó por sorpresa.
—¡Es increíble! —exclamó con un tono de administración—. ¡Eres muy joven y a pesar de eso escribes y desempeñas tu trabajo muy bien! —Esta vez me tomó de las dos manos, sus ojos brillaban emocionados—. Es un verdadero placer conocerte en persona.
—Amm, sí...igualmente —Se sentía algo incómodo pero no quería ser descortés apartando mis manos.
En ese momento sentí como alguien tiró de mí separándome de él, y sin notarlo había quedado tras de Ryan.
—Dejémonos de presentaciones y comamos, estoy hambriento, ¿ustedes no? —Se dirigió hacia una mesa y se sentó sin decir más—. Vengan.
Sin dudarlo todos nos sentamos, yo en una de las esquinas entre Daehyun y Ryan, con Kwan al frente. Tomé el menú, la mayoría de las cosas estaban en chino para mí.
—No sé que tipo de platillos son estos —mordí mi uña, algo ansiosa.
—¿Qué te gusta comer? —preguntó el peliazul.
—¿A mí? Pues carne, mariscos —sonreí ampliamente—, y de tomar, cerveza.
—¡Eso es! Tú sabes comer —exclamó, guiñándome un ojo.
Dae acarició mi cabello con cariño.
—No te preocupes osita, nosotros pediremos por ti.
Los chicos terminaron ordenando Seiomushi y camote frito junto con unas cuantas cervezas y lo primero que nos trajeron fue la bebida.
Tiempo después nos sirvieron el camote frito y Seiomushi pero tuvimos que esperar hasta que la carne y los vegetales estuviesen bien cocidos.
«No imaginé que el camote fuera boniato frito.»
Pensé mientras me empinaba de mi cuarta botella de cerveza.
—¿Sabías que bebes bastante? —comentó Kwan divertido—. No tendremos que cargarte de vuelta, ¿verdad?
Reí ante esto.
—No, no va a ser necesario. Solo me emborraché una vez y fue la primera vez que bebí, luego no me ha sucedido de nuevo.
—No te preocupes, si te emborrachas...Daehyun se ofrece voluntario a cargarte —Kwan bromeó.
—¡Oye! El que me estás ofreciendo eres tú —El sacrificado se carcajeó y luego me observó, divertido—. Aunque yo te cargaría sin problemas.
Kwan le dio un golpe en el hombro a modo de juego.
— No digas esas cosas o va a pensar mal y huir —regañó.
—¡¿Yo que dije?! —reclamó entre risas—. Solo digo que si se emborracha yo le haría el favor de cargarla, además, no debe pesar nada.
—Sí, claro —Ryan soltó en tono sarcástico mientras bebía de su botella.
En ese momento mi estómago rugió fuerte, los chicos me miraron sorprendidos y estallaron en carcajadas.
—Creo que hay un león entre nosotros.
—Y yo creo que se dónde está ubicado —reí nerviosa ante el comentario de Dae.
Ryan vio su reloj.
—Ya es momento —fue a separar los cajones en los que estaba la comida.
Cuando los abrió por poco me derrito, todo se veía increíble. Carne y vegetales a degustar.
—Solo espero que alcance, pero creo que tendremos que pedir dos más para alimentar al león y a nosotros —Kwan bromeó y esta vez fue a él quien le sonó el estómago.
—¿Qué decías? —Le miré con una ceja levantada.
—Que comamos antes de que aparezca otra fiera. Buen provecho —tomó los palillos y comió.
Yo probé nuestro pedido y en seguida mis papilas gustativas pidieron más.
—¿Qué te parece? —Dae pidió mi opinión.