Pov. Tiana
Había recibido una llamada de Kwan media hora atrás avisando de que ya podíamos volver.
Me sentí realmente aliviada, se habían tardado más de seis horas arreglando las cosas y a mí se me habían acabado los lugares a los cuales llevar a Dae.
La verdad es que a pesar de todo fue increíble la salida. Ya estábamos unas calles antes de la casa y Dae me ayudaba a sacar las compras del maletero del auto.
—Creo que has comprado demasiado.
—Yo también —sonreí—, pero me alegra haber pasado el día junto a ti.
Él hizo una mueca divertida.
—A mí también, pero por favor, no me hagas volver a pasearme entre pescados sin previo aviso.
—Disculpa —reí nerviosa—, creo que te he molestado mucho por hoy.
—La verdad es que me divertí —rió—. Sobre todo cuando revisabas el pescado muy cerca de tu rostro y un niño te empujó mientras pasaba y besaste el pescado.
Involuntariamente hice cara de asco.
—Ni me lo recuerdes, fue el peor momento que he pasado hasta ahora y es mucho decir. No sabe bien.
Él volvió a reír.
—Me alegraste el día, gracias —tomó algunos bolsos en sus manos—. Entremos a la casa.
Asentí con la cabeza y avanzamos por el exterior hasta la entrada. Al abrir la puerta principal toda la casa estaba a oscuras y no se veía nada.
—¿Puedes encender las luces, Dancebody? —mencioné en un tono burlón.
—Claro, es raro. Pensé que los chicos estarían en... —encendió la luz cuando un fuerte "¡Sorpresa!" le tomó de desprevenido.
La casa estaba adornada y los regalos sobre la mesa al lado de muchas bandejas con comida. Kwan, Ryan y Seung se acercaron con un pastel con las velas encendidas. Todos comenzaron a cantarle felicidades, al terminar aplaudimos y él sopló, se le veía emocionado y feliz.
—¿De verdad pensaste que se nos olvidaría tu cumpleaños? —Le preguntó Kwan.
—Aunque tuvimos nuestros inconvenientes, Seung dejó caer el primer pastel al suelo, las luces no encendían y la comida no llegaba —mencionó Ryan y Seung rodó los ojos.
—Fue un accidente —Se quejó.
—Gracias a todos, saben que para mí son como mi familia y... —sonrió—. ¿Por eso fue que Tiana se la pasó tratando de que no viniera?
—Sí —reí—. Lamento eso, pero te prometo no hacerte caminar tanto otra vez.
—¡Me duelen los pies! —Se quejó—. No saben cómo hizo que camináramos por todo Seúl, ella debe tener los pies de hierro.
—Bueno, pero hay que agradecerle, además de ser una excelente distracción fue la de la idea de la sorpresa —Seung me aplaudió.
—Sí, y créeme, pasamos mucho trabajo en hacer esto, en mi cumple deben hacer lo mismo —exigió Kwan.
—Ya veremos —Dae rió—. Tiama volverá a hacer una caminata en... —En ese momento de hizo un silencio y los tres chicos giraron sus vistas hacia mí con algo de tristeza—. Y, tú no estarás aquí.
—Vamos, ¿pero por qué este ambiente? —dije al notar la situación—. Esto es una fiesta, ¿o no?
—Sí, tienes razón —Kwan le dio a reproducir una canción desde las grandes bocinas instaladas en la sala—. ¡Vamos!
Los chicos comenzaron a bailar y no tardaron en unirme a su locura minutos después.
(...)
Caminaba fuera de la casa mientras escuchaba "Regreso a casa" de X–Way y la tarareaba. La noche había caído y estaba hundida en mis pensamientos, mientras miraba hacia el cielo.
De repente algo cubrió mis hombros, giré y vi a Ryan, había puesto sobre mí un abrigo bastante largo color gris. Me quité los audífonos.
—¿Por qué siempre sales desabrigada? De verdad vas a terminar resfriad —Se quejó—. Dime, ¿que haces fuera con este frío, en un simple pullover mientras hay una fiesta dentro?
Sonreí, algo triste, y volví a mirar el cielo.
—Pensé que nevaría, es extraño —murmuré.
—Me has cambiado el tema —Yo ignoré su observación, sin dejar de mirar el cielo, y escuché un pequeño suspiro por su parte— Sí, al parecer este año no nevará, aunque hace mucho frío.
—Es una pena, quería sentir la nieve una vez más —admití.
—¿Nunca has visto una nevada? —preguntó.
Le miré, ofreciéndole una sonrisa.
—Sí, pero hace siete años no veo una. En mi país no nieva, pensé que podría verla... —Mi rostro se tornó triste y volví a mirar al cielo—. Quería ver una nevada antes de irme.
Él desvió su mirada ante mis palabras.
—Supongo que luego del lanzamiento de tu libro te irás.
Sonreí con tristeza mientras comencé a avanzar lentamente.
—Sí, luego del lanzamiento tendré que volver, este hermoso sueño acabará y cuando menos me lo espere me veré despertar nuevamente sola en mi casa —Me volteé hacia él y sonreí, un poco feliz a pesar de todo—. Me alegra poder vivir este sueño y haberlos conocido a todos.
—No hables así. Parece que te estas despidiendo —Su rostro se tornó serio.
—Claro que no —seguí caminando—. Solo digo que estoy agradecida por poder compartir este tiempo con ustedes —admití.
La noche fue un caos divertido y todos terminamos durmiendo horas después.
En la mañana sentí unos toques en mi puerta que me despertaron, pero por más que lo ignoré no pararon, al abrir la puerta de mi habitación vi a Seung.
—Hooey —dije con un tono bastante molesto—. Voy a asesinarte, ¿sabes qué hora es?
—Vamos, debemos de salir un momento, luego podrás desangrarme en paz.
(...)
Estaba sentada en el gran sofá de aquella casa rodeada de árboles mientras intentaba buscar algún Kdrama interesante en la TV.
Escuché de repente un auto estacionarse fuera de la casa y pasos acercarse. No pasó mucho antes de que la puerta se abriera y los tres chicos que esperaba de sorprendieran al verme. Seguro estuvieron buscándome en la mañana.
Me giré hacia ellos y les sonreí.
—Hola, se tardaron mucho —saludé.
—¡Tiana! —exclamó Daehyun y corrió hasta sentarse a mi lado, revolviéndome el cabello con sus manos—. Ya sabía que no te perderías la diversión.