Pov. Tiana
Me había ido a mi habitación tras asaltar el refri, apagué las luces y salí al balcón. Me recosté de la baranda viendo los copos de nieve caer mientras que por mis audífonos escuchaba música.
«No durará mucho la nieve, el ambiente no es lo suficientemente frío»
Aun así una pequeña sonrisa salió de mis labios.
«Me alegra haber visto esta nevada.»
Pasaron unos quince minutos cuando mi teléfono sonó, interrumpiendo la canción que oía, observé la pantalla viendo un mensaje de ¿Ryan?
[Gatito] "¿Qué haces despierta aún?" [10.40pm✓✓]
Miré hacia dentro de la habitación, había apagado las luces, ¿entonces como sabía?. Volvió a sonar mi teléfono.
[Gatito] "¿Te estas preguntando que como lo sé?" [10.41pm]
[Yo] "Que yo sepa aún no eres capaz de leer mentes" [10.41pm✓✓]
[Gatito] "Mira a tu derecha" [10.42pm✓✓]
Miré en esa dirección, localizando al pelinegro quien se asomaba a su balcón tres habitaciones lejos de la mía. Una llamada de él entró a mi móvil, lo puse en altavoz y coloqué mi teléfono en la baranda.
—Mira esto, me levanto para cerrar mi ventana por el frío y me encuentro con una lechuza —comentó.
Resoplé ante esto.
—¿Qué haces despierto?
—No tienes derecho de preguntarme eso, ¿acaso sufres de insomnio? —reclamó.
Reí, era muy exagerado cuando quería.
—Sé que no es la primera vez que me atrapas despierta ya tarde en la noche, pero no lo suficiente como para que digas que es insomnio. Además...tú también estás despierto.
Una de sus comisuras se elevó.
—No es cierto, estoy dormido.
Volví a reír.
—El mal mentiroso eres tú. La única posibilidad para que tú no estuvieses despierto es que yo estoy dormida y esto es un sueño.
Me miró, divertido, apoyando su codo en el barandal y su rostro en su mano.
—Dime, pequeña. ¿Sueles soñar conmigo?
Sentí como el calor cubría mis mejillas, por suerte era de noche y a esa distancia no se notaría.
—No, yo...creo que es mejor que me vaya a dormir, buenas noches —corté la llamada y sin esperar respuesta entré a mi cuarto.
A pesar de que pude ver una maldita sonrisita bailando en sus labios.
Me acosté en mi cama, mi corazón me latía a millón y me faltaba el aire. Era como si hubiese corrido una maratón durante días.
«¿Seré estúpida? ¿Pero qué me pasa?»
Me acurruqué bajo las sábanas y dispuesta a dormir..
“¿Cómo podías con tan solo unas pocas palabras causar que mis mejillas ardieran? Eso fue un detalle al que más encontré respuesta porque siempre supe que podría hacer cualquier cosa por ti”.
Pov. Ryan
Iba saliendo de mi habitación en la mañana mientras pensaba profundamente. Esta última semana hemos grabado tres más de nuestras canciones y practicamos para uno de los nuevos MVs.
Lo único sobrenatural de los últimos días es que Tiana desaparece en la mañana y vuelve en la noche.
«Algo está pasando.»
Llegué a la sala donde vi como la chica se despedía de los demás y salía por la puerta. Me acerqué a mis amigos.
—Últimamente está muy distante, ni siquiera asiste a los ensayos —comenté.
—A lo mejor está saliendo con alguien, déjala —dijo sin preocupación Kwan.
Daehyun me miró burlesco.
—Oh, el gran Kim Ryan parece enojado.
—No lo estoy, pero ella debería siempre estar junto a nosotros para hacer su trabajo —respondí en un tono seco.
—¿Estás seguro que esa es la razón de tu enojo? —preguntó Kwan.
—Bueno...claro que sí.
Yo mismo fruncí mi ceño. ¿A caso lo dudé?
—Entonces no la molestes, es joven y tiene que ir a citas a ciegas y salir con chicos. No puede estar las 24x7 a nuestro lado —Kwan a veces no sabía lo que decía.
—A lo mejor está viéndose con alguien en un hotel, quién sabe que estará haciendo ahora —Dae bromeó.
No me hizo gracia el chiste y salí de la casa hacia el gimnasio. Necesitaba liberar la tensión de mi cuerpo.
(...)
Hacía ejercicio en una caminadora mientras que pensamientos se aglomeraban en mi mente.
«Claro que no.»
Sacudí mi cabeza, tratando de alejar mis pensamientos.
«No creo que haya ido a una cita, mucho menos a un hotel, ¡que tontería! Ella no se dejaría tocar por cualquiera.»
Una imagen pasó por mi mente, una que no me gustó ni un pelo. Subí la velocidad a la caminadora, aumentando mis pasos. De repente una voz me sacó de mis pensamientos.
—Oye, si corres tan rápido romperás la caminadora —Daehyun llegó a mi lado.
—¿Te preocupas por la caminadora? —pregunté con sorna.
—Dime, ¿te gusta Tiana? —soltó de la nada.
—¡¿Qué?
Al instante perdí la concentración y tropecé pero logré guardar el equilibrio, por suerte para mi orgullo. Juro que si hubiese estado bebiendo algo en el momento lo hubiese escupido. Apagó el equipo, logrando bajar de este sin golpearme contra el suelo.
—Vaya, tu reacción me lo dice todo —comentó.
—No sé de qué hablas —mencioné, neutro, secando mi sudor con una de las toallas del gimnasio.
—Por favor, todos nos hemos dado cuenta...excepto ella —respondió.
—No es así —negué de inmediato y su expresión me dejó en claro que no creí ni una sucia de mis mentiras.
—Soy tu amigo, llevamos ocho años viviendo en una misma casa, puedo diferenciar cuando te gusta alguien.
Yo desvié mi mirada de él. Era imposible negarlo a estas alturas.
—Ya déjalo Dae —pedí, yendo esta vez a las pesas.
—Por eso es que al principio eras tan rudo con ella —siguió insistiendo, colocando las manos bajo la barra del objeto pesado mientras yo ejercitaba los brazos—, pero nunca te he visto tan preocupado por si una chica sale con alguien que con Tiana, considerando que no te agrada que se acerque a más ningún otro hombre —hizo una pequeña mueca—. Es que...ni siquiera te vi así con Siyong, pero Tiny no es ella. Es más alocada, descarada y sencilla. Tiene un buen corazón.