Distancia entre dos mundos (ae 2)

XI.

Elián no paraba de dar vueltas en la habitación, no decía nada, pero tampoco podía estar quieto en un lugar. Kilian alzó su mirada de su libro, alzó sus lentes a su cabeza y miró a su novio.

-¿Qué sucede? -cerró el libro.

-¿Qué haremos ahora? -pregunto preocupado, parándose al frente del sillón donde estaba sentado Kilian -Acordamos llevar a Anzu a casa -soltó un pesado suspiro -pero no creo sea tan fácil.

-¿Crees que ellos piensen que ella pertenece aquí? -Él hizo una mueca y se sentó a su lado.

-No lo sé. Los commons son criaturas muy cerradas, no creo que sea tan fácil saber lo que piensan -negó levemente -pero algo ocultan.

-¿A qué te refieres? 

-Recuerdas cuando te dije que ella había tenido un sueño, que en realidad resultó ser la revelación de su pasado -él asintió -pues no es normal que suceda eso, ningún alma reencarnada puede recordar su pasado. Yo purifique esa alma.

-Lo sé. -Acercó su mano a la de Elián y la entrelazo con la suya -Anoche volví a Mermaids.

-¿Hablaste con Poseidon? -él asintió -¿qué ha dicho?

-No está dispuesto a involucrarse. No quiere arriesgarse. Se considera nulo. Poseidon no se ha involucrado en la guerra contra Kepler, protege a los suyos, no apoya en absoluto las decisiones de Neron. Piensa que es muy arriesgado sacar a una humana por la entrada que ellos tienen a la tierra, además, si Neron se llegara a enterar, ya no solo serían dos reinos los que existirían en Blamon -Elián hizo una mueca. 

-¿Quieres decir que Neron le declaria la guerra a Poseidon por una humana? -Él asintió.

-Así es.

Elián se sintió atrapado y frustrado, pocas veces estaba involucrado en conflictos con los demás, incluso con los de su misma raza. Apretó el agarre de sus manos entrelazadas y apoyó su cabeza en el hombro de Kilian.

-Creo que lo único que se nos permite hacer en este lugar es protegerla -por un momento Kilian pensó en sus siguientes palabras, pero no dudo en decirlas -en especial de Kristen.

Elián levantó su cabeza y frunció su ceño. Pasó su mirada hacia él -¿Kristen? ¿No confías en ella? -El contrario hizo lo mismo.

-¿Y tú lo haces? -Elián lo dudo un poco, muy pocas veces había oído hablar de las soberanas y era algo lógico. Muy pocos habitantes de Blamon conocían la existencia de las soberanas y alguno que otro era conocedor de su historia. Negó levemente -Tal vez, Agar confíe en ellas, pero realmente, no estamos seguros de lo que ocultan.

-Tienes razón, Agar confía en ellas, pero no plenamente.

-¿A qué te refieres?

-Seis años después de la reencarnación del alma de Koemi, Agar volvió a buscarnos, ¿lo recuerdas? -él asintió. Elián soltó un suspiro. -Eso es algo que sólo sabemos él, tú y yo.

. . .

Cada una de las palabras que salían de la boca de Anzu le daban un fuerte corazonada, por momentos su piel se enchinaba y sus ojos se aguaban. El toque de la puerta los interrumpió, Agar ni siquiera tuvo que levantarse a abrir la puerta. La radiante mujer entró, cerrando la puerta tras suyo.

-Veo que estás mejor -al parecer de Anzu, su tono de voz nunca sonaba amable. 

-Sobera Kristen -se paró de su asiento -no creo que sea un buen momento para visitas.

-No me tomará mucho tiempo -Agar le dio una mirada fría y luego soltó un suspiro.

-Entonces permítame hablar con usted un momento -abrió la puerta, invitando a salir de la habitación. Kristen no paraba de fijar su mirada fría en Anzu, la cual estaba confundida, rodó los ojos y acudió a la petición del fauno.

-¿Qué es lo que quiere decirme Marquez Agar? -pregunto una vez salieron y cerraron la puerta -mi tiempo es oro -desvió su mirada.

-La humana recuerda el pasado de su alma. Algo no está bien. Necesito hablar con los shinigamis -no mostró sorpresa en su rostro.

-¿Se refiere a Anzu? -él bajó su mirada molesto.

-Así es.

-Esta bien, lo tendré en cuenta -él asintió -con respecto a hablar con los shinigamis, no creo que sea necesario. Prometimos no involucrar a ellos en nada más, ¿lo recuerda? -Agar no respondió -en lo más pronto, informales que vuelvan a casa.

Abrió la puerta de la habitación, entró y la cerró con seguro. Agar soltó un bufido molesto y se marchó.

. . .

Alice cargó su bolso en cuanto la clase terminó, a pasos apresurados camino por el pasillo de la universidad, tenía prisa, los gemelos la esperaban en la biblioteca Shin. De repente se detuvo de golpe, un rostro conocido, que la miraba fijamente, estaba a unos metros suyo, tragó saliva, miró a su alrededor y se dio media vuelta, intentó correr, pero era demasiado tarde, ahora estaba frente suyo, lo cual la sorprendió y la hizo retroceder unos cuantos pasos.

-¿Qué quieres? -dijo entre dientes, apretando sus manos.

-¡Oh! Vamos querida, no te pongas de ese humor, la comida amarga sabe horrible -hizo una mueca.




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