Distancia entre dos mundos (ae 2)

XVII.

Alice acomodo sus gafas de sol mientras observaba con  molestia a Ellie, quien estaba comprando un helado al carrito que estaba de paso. En la escuela del Gran dragón no encontraron rastro alguno de Mateus, lo cual la decepciono un poco, incluso se sintió un poco incómoda cuando los demonios que eran administrativos y maestros la miraron con sorpresa.

Soltó un pesado suspiro, cruzó sus brazos y pasó su mirada al alto arco de cemento, lo miró con detenimiento y luego frunció su ceño.

-¿Por qué estamos aquí? ¿Qué secretos guardan aquí? -hablo en cuanto Ellie llegó a su lado con una sonrisa en sus labios.

-El arco del triunfo -dijo con satisfacción para luego meter una cuchara de helado a su boca -Vamos, nuestro segundo lugar -se encaminó al arco. Alice rodó sus ojos y la siguió.

La demonia se acercó a una de las columnas del arco y colocó su mano en la cabeza de la estatua, la apretó ligeramente y la soltó. La columna se estiró a cierta altura y la pared se abrió como una puerta. Ellie hizo una señal a Alice para que entrara, la cual lo dudo unos segundos.

Entraron a un salón blanco, de paredes altas y un techo redondo, tenía suficiente iluminación. Lo primero que observó Alice fue la variedad de armas que estaban en aquella habitación.

-¿Dónde estamos? -susurro anonadada. Ellie dejó a un lado su helado y se encaminó en busca de un arco, tomó una fecha y se posicionó frente a Alice a varios pasos de ella, alzó el arco y apunto la fecha a Alice -¡¿Qué haces?! -se sorprendió. Ellie sonrió y apuntó al techo soltando la fecha la cual se quedó ahí.

-Bienvenida al Corazón de hielo del infierno -abrió sus brazos, como si le diera una verdadera bienvenida a un nuevo integrante.

-¿Corazón de hielo… del infierno? No tiene tanto sentido -frunció su ceño.

-El Corazón de hielo es el lugar donde los demonios aprendemos a controlar nuestras emociones, con armas -se acercó a ella.

-¿Por qué armas? -dijo confundida.

-Bueno, para tener una arma en tu mano y manejarla con sensatez, debes aprender a mantener tus emociones en equilibrio -bajo su mirada al arco en sus manos y luego se lo acercó a Alice -¿Quieres intentarlo? -ella lo miró confundida y luego lo tomó con desconfianza.

-No se como hacerlo.

-Te enseñaré -Ellie tomó otra fecha -primero, gira un poco tu cuerpo, segundo alza el arco junto a la fecha -Alice siguió cada acción que ella le indicaba, se sentía como un robot. De repente Ellie se paró tras suyo y colocó sus manos sobre las suyas -recuerda que la fecha tendrá una fricción con el aire, así que tienes que apuntar un poco más allá de tu objetivo -Alice miró el rostro de la demonia cercano al suyo, hizo una mecha y luego volvió a mirar al frente -inténtalo -ella sintió como sus manos empezaron a moverse y de repente la fecha fue lanzada, apuntando un poco más arriba del diablillo que acaban de entrar a la habitación.

-¡Oh! -se sorprendió alejándose de Ellie -¿estás bien? -dijo al ver la cara de pánico del diablillo, él asintió levemente.

-Ritus -saludo Ellie -lamento eso -sonrió.

-Señorita Ellie -su voz le tembló -yo… -intento moverse. Ellie se acercó a él y colocó su mano en su pequeño hombro.

-Porque no vas por un poco de aire, tu cara parece que se volverá rosa, perderás ese lindo rojo de tu rostro -él asintió y se encamino a la salida -vamos Alice, te mostraré el lugar -ella asintió y siguió a Ellie.

Salieron del salón a un enorme campo de batalla, muchos demonios estaban entrenando con espadas, arcos, artillería, incluso con armas de fuego. A los lados pudo observar dos castillos construidos con bloques.

-Este es el campo de entrenamiento, como ves, practicamos con todas las armas, pero lo que más acorde  nuestro gusto, la practicamos más a menudo -miro a su alrededor.

-Es impresionante -dijo emocionada 

-Ven, vamos a la oficina general, nos dan información ahí -ella se encaminaron al castillo izquierdo del campo.

A pesar de que hacía un día caluroso, en medio de esas paredes de bloques se sentía el frío del lugar. Caminaron por un pasillo hasta llegar a un jardín de rosas rosas y blancas. Había unas estatuas de querubines, de los cuales, de su boca salía agua, pero algo que realmente llamó la atención de Alice fueron las rosas negras que estaban en el centro del jardín.

-Alice -llamo Ellie, quien estaba apunto de entrar a la oficina que estaba enfrente del jardín. Ella miró anonadada las rosas y fue hasta ella.

-Bienvenido a la oficina general de corazon de hielo -hablo una voz dulce sin alzar la mirada del pergamino.

-Eir -la diablillo que estaba sentada en el enorme escritorio alzó su cabeza, sorprendida, acomodo sus particulares lentes y fue rápido hacia Ellie con una sonrisa en sus labios.

-Señorita Ellie -la nombrada, rápidamente colocó su mano en el hombro de Eir.

-Es bueno volverte a ver -sonrió.

-No esperaba su visita. Pero las rosas negras que… 

-Se ven bien -la interrumpió.

-¿Qué trae a la venerable…




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