Distancia entre dos mundos (ae 2)

XXV.

Agar iluminaba el camino con una lámpara de cera mientras Elian le seguía los pasos. Habían dejado la cabaña hace unas horas, Carel vigilaba los alrededores de la cabaña y Felix llegaría en la mañana a serle compañía a Anzu. Llegaron hasta el medio del bosque, donde un dragón esperaba por ellos.

-Justo a tiempo -la vieja loba se acercó a ellos -no tengo tan buenas noticias -se dirigió a Agar -Cosme es prisionero de los arcángeles.

-¿Cómo es posible? -gruñó el viejo fauno. Saanve le entregó el trébol que Cosme siempre llevaba en su sombrero.

-Me lo entregó un arcángel, mencionó que estaba bien y que pronto estaría en casa -soltó un bufido -No quieren iniciar una guerra, lo mejor es mantenerlo en secreto.

Agar tomó el trébol, sacó un frasco dorado de su gabardina y le puso una gota de ello, el trébol se esfumó y una nube apareció encima de ellos dibujando palabras pintadas en dorado, “los arcángeles me han tomado prisionero pidiendo un acto de ayuda para acabar la guerra en Blamon, no confían en la reina de Kepler, es más complicado de lo que parece. Algo más, existe un segundo príncipe, el cual solo la familia principal sabe de su existencia. Volveré pronto a casa.”

-Un segundo príncipe -susurró ella sorprendida.

-El tiempo se agota -dijo Agar mientras se acercaba al dragón.

-Espera -hablo Elian, quien había permanecido callado todo el tiempo -¿por qué no estás sorprendido?

Agar se subió al dragón y miró de la loba al shinigami, bajó la mirada y tomó las sogas -no tenemos mucho tiempo, sube -antes de que Elián hablara, él lo interrumpió -si no subes ahora, me marcharé solo. -Elián no dijo más palabras, soltó un bufido y se subió al dragón -volveremos en dos días -Saanvi asintió.

-Los espero en dos días.

Agar halo de las sogas, el dragón flexiono sus patas y salió a volar.

Por medio de las montañas los rayos del sol hacían presencia anunciando la nueva mañana. El dragón los llevó hasta el bosque de Fari cerca a una pequeña cabaña, que de su chimenea salía humo. Elián fue el primero en bajarse, miró a su alrededor, nada le parecía familiar, sentía que en cualquier momento saldría algún guardia atacarlos. De repente de la pequeña cabaña salió una mujer, una vieja fauna que apoyaba su mano izquierda de un bastón, los miro con detenimiento, en especial al Shinigami.

-¿Cual es el honor de esta vieja fauna de tener un dios de la muerte frente a mi casa? -sonrió con dulzura.

-Tal vez no tan buenas noticias -Agar apareció enseguida.

-¿Por qué no pasan por una taza de té? -sin pensarlo ellos accedieron.

Una pequeña pero cálida sala los recibió, se sentaron en muebles que parecían simples, estaban forrados con pañoletas de colores y su piso estaba cubierto por un tapiz de lana, la sala estaba iluminada con lámparas de cera y en la pared tenía colgado pinturas de gatos de diferentes colores, algo que sorprendió a Elián. La anciana trajo el té y tres tazas y se sentó junto a ellos.

-Necesito que me expliques esto -Agar puso sobre la mesa el pergamino, ella lo miró con curiosidad y lo tomó.

-Vaya, lo había perdido hace años -soltó una leve carcajada -pero no estaba tan lejos.

-¿Podría decirnos qué significa? -ella alzó su mirada hacia Elián e hizo una mueca.

-Significa lo que tiene que significar. Más claro que el agua no puede ser -sirvió el té.

-Habla de una humana -ella asintió -¿a que se refiere con que no es hija del desierto ni las montañas pero sí una mezcla de las dos?

-¿Por qué les preocupa tanto saber la verdad? -frunció su ceño -¿acaso una humana ha cruzado a Blamon? -Elián se sorprendió y Agar frunció su ceño.

-No tenemos porque responderte esa pregunta -el fauno tomó el pergamino y lo abrió -matar al rey es el destino que está escrito en este papel y nadie más que tu sabes que un fauno nunca se equivoca en sus predicciones.

-Y les preocupa que sea la humana -sonrió -la humana que tienen en la cabaña -Elián tomó una taza de té y le dio un sorbo.

-¿Cómo lo sabes?

-Ella vino…

-Kristen -susurro Elián.

-Si, ella piensa que la humana que tienen en la cabaña es la elegida, pero no es así -alzó la taza de té ante la mirada confusa de los dos visitantes -ustedes más que nadie conocen a la elegida, y solo ustedes saben quien es.

-Imposible -dijo en un hilo de voz -no puede ser ella, además perdimos contacto con ella hace mucho tiempo.

-Y eso no la separa de su destino. Si él tiene que morir, lo hará, así busque por cielo y tierra a la muerte elegida para destruirla -el sonido de los vidrios rotos sorprendió a los faunos, el té fluía por la alfombra cerca a los zapatos de Elián.

-¿Está bien? -preguntó la anciana.

-Dígame -la miro con miedo -¿él lo sabe?

-Así es -Elián se tapó la boca sorprendido y asustado. Agar frunció su ceño, inquieto.

-Si él lo sabe, lo que ha estado buscando todo este tiempo…

-Es a la niña. No te equivocas cuando piensas que él es capaz de entregar el anillo del dragón con tal de encontrarla y matarla -el fauno empuño sus manos -hay algo más.




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