La joven elfa estaba tendido sobre una manta dorada en el mesón de cemento de la cabaña medicinal, estaba pálida aunque sus labios están rojos, todo su cuerpo destellaba un color celeste, un color diferente al del envase de vidrio que llevaba colgado en su cuello. Agar se acercó con sumo cuidado junto con un frasco de vidrio con un poco de extractor de almas, aunque dudaba que otra alma, aparte de la de Dalia, existiera dentro de ella. El fauno dio unos cuantos pasos y roció un poco del polvo cristalino, de repente el destello se intensificó y una fuerza inexplicable hacía que el cuerpo de la elfa y las cosas a su alrededor temblarán, Agar agarró con fuerza el frasco de vidrio y lo apuntó hacia Dalia. El destello celeste salió como un remolino furioso del cuerpo de la elfa, viajó a su alrededor, asustando a los presentes, hasta llegar al frasco que tenía Agar, con tal velocidad que casi cae al suelo. Agar lo tapó enseguida, sintiendo su corazón palpitar muy rápido y su cuerpo temblar.
-¿Qué fue eso? -dijo Saanvi sin aliento -Es imposible que su alma haya salido, ¿verdad? -el fauno estaba en shock no sabia que responder, ni siquiera él sabía lo que acaba de pasar -¿Agar?
Cosme, aun confundido y asustado, se acercó a Dalia, tomó su pulso uno y otra vez, pero no lo encontraba, rápidamente fue a su oficina y trajo todo lo necesario. Colocó varias agujas sobre su cuerpo y con sumo cuidado sacó el frasco que ella tenía en su cuello. Rápidamente apretó los pulsos de sus manos al mismo tiempo, pero no había respuesta, lo volvió hacer, esta vez colocando una aguja en su corazón. Una luz desfallecida apareció en su pecho, mostrando una sombra oscura y un montón de ceniza. Cosme se alejó a pasos lentos y anonadado.
-¿Qué pasa? -frunció su ceño -¿Por qué no muestra el color de su alma? Cosme, ¿qué es eso?
-Muerta -susurró -está muerta, y no solo su cuerpo -pasó su mirada a Agar, que parecía asustado y aún tenía el frasco en sus manos -su alma ha muerto -dijo con voz temblorosa -¿qué diablos es eso? -se refirió al frasco en las manos del fauno. Agar bajo su mirada, sus pupilas se dilataron y por un momento perdió el equilibrio, a su alrededor no escuchaba nada, solo un zumbido agudo y su visión se nublo.
-... Agar -la voz de Saanvi al fin se hizo presente y volvió a ver su alrededor. Estaba sentado en la sala de la cabaña, al frente estaba Cosme con un viejo libro de conjuros de Voalavi y los frascos, uno con un destello verde y otro con el destello celeste.
-Es imposible, está muerta y no hay respuesta en ello de esto.
-Entonces, ¿qué sugieres? Necesitamos respuestas -Agar observó fijamente los frascos y frunció su ceño.
-Lleva tu equipo de autopsias. Iremos a ver a Koemi.
-¿Estás loco? Está rodeado de guardias.
-Saanvi, trae los collares, usaremos el efecto invisible -ella asintió enseguida.
Con el efecto invisible no tuvieron problema de pasar por medio de los guardias. El patio estaba totalmente oscuro, la luz de la luna era la que les permitia ver el camino hacia el ataúd que estaba en medio del patio. Cosme y Agar se acercaron, con un sentimiento de nostalgia y dolor, se tomaron un momento para abrirlo y ver el cuerpo pálido y frío de Koemi, el fauno retuvo sus lágrimas pero para el duende le fue imposible. Cosme coloco, unas barras que parecían lámparas, en la cabeza y pies de Koemi, y en su corazón colocar una esmeralda verde. Como en una pantalla sobre ella misma apareció su cuerpo, Cosme movió sus manos hacia los lados encima de esa pantalla, los órganos de la elfa se veían reflejados.
-¿Qué ves? -le preguntó Agar después de que Cosme, una y otra vez, intentara observar la misma zona.
-Tenía mis dudas, lo he revisado una y otra vez -frunció su ceño -y lo he comprado en mi libro. Ves aquí -le mostró en la pantalla que estaba ampliada la parte baja de su abdomen -hay un bebe.