Distinction

06

╔═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════╗

Miedo. Una sensación desagradable y aterradora provocada por un entorno de peligro. Así me encontraba yo, con miedo, expectante a los movimientos estudiados de esa víbora venenosa. Estaba paralizada, completamente inmóvil, por más que mi subconsciente gritaba «¡¡Sal de allí!!», mi cerebro no emitía la señal necesaria para que mis extremidades se movilizaran. 

El reptil se arrastraba con agilidad y determinación, su cabeza era triangular y su color un bello azul celeste. Según lo que he leído las víboras son las serpientes más peligrosas, las toxinas que inyectan consiguen inmovilizar a sus presas.

Veo a mi izquierda una especie de puerta, luego dirijo mi vista al reptil, aún está lejos tengo tiempo de correr. Trazo un plan en mi cabeza y lo pongo en ejecución, pero un objeto en el suelo me hace caer, observo como el animal da la vuelta y suelto el aire que no sabía que estaba reteniendo.

Mi tranquilidad dura poco, puesto que regresa, y se desliza por mis piernas hasta llegar a mi estómago. Se posiciona frente a mi cara y abre la boca lista para atacar, pero en un movimiento rápido le agarro por debajo de la cabeza, la aprieto hasta sentir como cruje y sin más le arranco la cabeza.

╚═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════╝

La cabeza de la víbora, junto con el azul celeste, se queda grabada en mis recuerdos. No sé si puedo seguir con estos sueños, cada vez son más tortuosos y exasperantes, sorprendentemente todos ocurren en escenarios parecidos. He escuchado a varias personas opinar que normalmente solo recuerdan los sueños más significativos o impactantes, a veces creo que en cada uno de mis sueños se oculta un mensaje que no sé interpretar.

Son tantas las dudas que taladran mi cabeza y pocas las respuestas. Las personas en las que he confiado en contar mi forma de vivir me creen loca, pero hay que ser sinceros… ¿Qué persona me creería tal desfachatez? 

No le he vuelto a revelar a nadie, siempre invento una historia sobre mi vida, porque no puedo ir por el mundo diciendo «Hola, soy Leah, bueno creo que ese es mi nombre. No recuerdo nada de mi pasado y todos los días despierto en una ciudad diferente, solo sé de mi paradero por medio de mi teléfono». Se escucha como un disparate, cualquier persona al solo oír eso me recluye en un manicomio por tiempo indefinido. 

Pensando en  otra cosa, hoy desperté sin ganas de dejar mi preciosa y cómoda cama, es uno de esos días en que la flojera me vence. No quiero hacer nada que no involucre comer mientras veo netflix, pero caigo en la realidad cuando mi celular suena con una notificación de la ubicación. Me quedo un rato tendida en la cama, decidiendo si salir o permanecer encerrada. 

La televisión está encendida, pero sin volumen, le tengo cierto temor a la oscuridad por eso siempre lo dejo prendido en la noche. Veo como transmiten una propaganda de una familia, por lo tanto se aprecia ese fuerte vínculo de unión y amor que los caracteriza. Me agobia el hecho de no saber nada de quien soy o de mis parientes, me siento tan sola, me gustaría tener alguna información aunque corra con el riesgo de ser malas noticias.

Hay personas que desean que sus familiares estén lejos de ellos, pero no conocen el gran error que cometen, yo sé lo que es estar sola y desamparada, no es una sensación muy linda. Aunque no queramos, ellos están allí sin importar que, la familia no es algo que se pueda desechar, es un lazo que dura toda la vida.  No saben lo que yo daría por conocer la mía. 

Dejo de lado todos esos pensamientos negativos y me dispongo en salir; Los Ángeles es la ciudad de las oportunidades para algunos, mientras que para otros es sinónimo de diversión. Quién sabe tal vez me consiga a Lucifer en el Luxes, en verdad me gusta mucho esa serie.

Me cambio de ropa por unos pantalones de cuadros blanco y negro talle alto, un suéter tejido blanco mangas tres cuarta, unos converse blancos y una pequeña bandolera negra de lado. Me gusta cómo me veo, el blanco hace resaltar el color castaño claro de mi largo cabello y ojos, y los cuadros estilizan mi silueta corporal. 

Abro la puerta principal de la habitación del hotel, y me devuelvo al recordar que se me quedaba el dinero, cierro la puerta con seguro y escucho el sonido de otra cerradura. Me doy la vuelta y me encamino al ascensor, oprimo el botón y espero a que llegue, cuando alguien toca mi hombro derecho y cubre mis ojos con sus manos, mientras un fuerte pánico invade mi sistema.

—¿Quién soy? —preguntan y a pesar de engrosar su voz la puedo reconocer.

—Tristan no puedes sorprender así a las personas —lo regaño.

Él se disculpa y procede a saludarme como si nada, mientras yo estoy pasando el susto con mi mano izquierda en el pecho. Han pasado exactamente 5 días desde que lo vi en la capital de Islandia, fue un maravilloso y entretenido encuentro. Está sonriente, tanto así que me quedo idiotizada viendo su perfecta dentadura.

—Nos encontramos de nuevo, que maravillosa casualidad —Exclama— ¿A dónde vas?

—Sí, una extraña casualidad —digo dudosa— Creo que voy a Disney California Adventure.

—Bueno, no te voy a mentir, no tenía pensado un sitio en particular pero…  —hace una pausa y agrega— ¿Será qué puedo ir contigo?

—Claro, no hay problema.



#2212 en Ciencia ficción
#6232 en Thriller
#3552 en Misterio

En el texto hay: experimento, suspense, suspense amor

Editado: 13.09.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.