Distinction

16

Maratón 6/6

No termino de escuchar lo que Declan empezaba a decirme, salí corriendo al baño buscando un espejo. Esto no puede ser, miro mi reflejo horrorizada. Estaba llena de moretones, y una que otra cortada. Primera vez que sucedía esto.

—Esto no puede ser… —repito en voz alta.

La puerta del baño se abre y Declan ingresa.

—¿Cómo…? o mejor dicho ¿quién te hizo eso?

—Yo... —me quedo pensando— no lo sé.

—¿Cómo que no lo sabes?

Le hago una mueca que le transmite mi confusión. Él me lleva de regreso al cuarto y me sienta en la cama, mientras que Tristan y él agarran asiento en unas sillas. Me ven con pesar e inquietud, sé que están bastante alterados por mis moretones.

—¿Quieres contarnos? —interroga Tristan.

—Yo tuve un sueño, o mejor dicho pesadilla… —comienzo a constarles todo de pie a cabeza.

Ellos se ven asombrados y los entiendo, ni yo sé cómo es posible. Pero es la única explicación, ayer al dormirme no tenía ningún hematoma. Si ellos están preocupados imagínense como estoy yo, sin contar el hecho de que duelen una barbaridad.

Decididos los chicos salen a comprar varias cosas para aplicar a las lesiones y yo se los agradezco. El verme así de lastimada solo empeora mi estado de ánimo, mi tristeza se intensifica y las lágrimas regresan.

Vuelvo al baño y veo un irreconocible reflejo en el espejo, el cuerpo está pálido y demacrado debido a la falta de agua y comida de los últimos días. Los hematomas adornan el rostro y el cuerpo en casi toda su totalidad. En un mueble del baño consigo un ungüento.

Con sumo cuidado unto con mis dedos la crema en la mancha violácea de mi pómulo, y una mueca aparece por el dolor que me invade. Una lágrima traicionera se escapa, la cual inmediatamente aparto con rudeza y me repito «Es momento de dejar de ser una llorona, para que fluya mi fuego arrasador». Aunque dudo que sea portadora de un fuego arrasador.

Me desoriento por un pequeño instante y recupero el razonamiento al escuchar los pedazos de vidrio desprendiéndose de la pared, bajo la mirada y diviso mis nudillos cubiertos de sangre. Siento una combinación peculiar de nostalgia e ira al ver los fragmentos, de diferentes tamaños, dispersos por todo el piso. Nostalgia de sentir que soy tan frágil y estoy tan rota como ese material. Ira al no saber cómo unir las piezas regadas y desencadenar mí verdadero ser.

Escucho la puerta abrirse y cerrarse, salgo a buscar a los chicos y no los encuentro. Pero si dejaron la bolsa, llena de vendas y varias otras cosas, que no dudo que me ayudaran a sanar más rápido. Agarro lo que compraron y voy al baño.

Limpio todo el desastre y vendo mis cortes. Voy directo a agarrar mi camisa y colocarla delicadamente en la cama y una discreta nota llama mi atención. «VE A LA HABITACIÓN DE TRISTAN» leo y me extraño al ver que no tiene nombre.

Al estar lista hago exactamente lo que dice el pedazo de papel, a unos pocos centímetros de la puerta escucho voces provenientes del interior. La curiosidad me gana y sigilosamente me ubico cerca de la estrecha abertura de la puerta, en una posición que visualizo el entorno pero ellos no a  mí.

POV TRISTAN

Estoy harto de escuchar las babosadas de Declan, no entiendo porque no se va a fastidiar a otro lado. No quiero responder ninguna de sus preguntas, él solo quiere extraer información pero este juego del niño bueno dispuesto a ayudar no le va a funcionar. Masajeo mis sienes tratando de aplacar mi frustración, pero no logro nada.

—¿Por qué carajos no le dices la verdad de una buena vez? —pregunta con semblante serio

—Porque es lo mejor, si le contaba la verdad iba a llenarme de dudas.

—Eso no me parece suficiente —me observa con cólera—, solo estas enredando más la situación. ¿Acaso no puedes decir la verdad pero disfrazándola a nuestro favor? —murmura la última parte.

—No, Declan. No podía, esta es mi misión y soy yo quien decido que decir y que no —estoy llegando a mis limites, solo quiero levantarme y estrangularlo.

—Sé que es tú misión, pero acaso no ves lo que acaba de suceder —vocifera y siento miedo de que alguien escuche nuestra conversación— La hirieron, eso no estaba estipulado en la misión.

—¿Crees que estaba planeado? —Estallo— No seas ridículo, Declan, y mucho menos trates de parecer justo.

—Hay que hacer algo.

—A ver, ilumíname —me burlo—. Deberías dejar de hacerte el benevolente, esa fachada no te va.

—Todo esto se te está saliendo de las manos, por eso me enviaron —rechista— para limpiar tu mierda —escupe con repulsión.

Me giro y observo la puerta entreabierta, doy varios pasos, y al llegar hasta ella la cierro. Sé que rumbo está cogiendo esta conversación y no quiero correr riesgos, ya mucho he hecho con todo esta mala organización.

—¿Cómo pretendes hacerla regresar? —suelta la pregunta que tanto había esperado.

Quedo pensativo, en verdad nunca me establecí esa parte de la mentira. Tengo mis motivos de no contarle aún la historia a Leah, pero no me interesa esclarecérselos a él. Este es mi asunto, no suyo. Declan necesita aprender a no meterse en donde no lo llaman. Sé que él está planeando algo y por eso no le confío mi plan.



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En el texto hay: experimento, suspense, suspense amor

Editado: 13.09.2021

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