Distintos Caminos.

7.La fiesta

Llegamos al lugar. Estaba repleto de gente que llegaba, entraba, salía, bailaba, pero todos muy bien vestidos, esto en verdad era una fiesta de riquillos a los que solamente les importan el dinero y la popularidad.

-Estos niños de papi son tan ilusos que no se dieron cuenta de poner un seguridad, así cualquier malandro puede entrar- Dijo el amigo de Jace.

-Cierra la boca que si no fuese por ser tan tontos ahora mismo no estaríamos aquí- Hablo Ken adentrándose a la casa.

Cuando crucé la puerta para meterme dentro de esta solo sentí olor a perfumes caros entrando por mis fosas nasales y no pude aguantar un fuerte estornudo que hizo que la mayoría de las personas que estaban cerca de mi me mirasen.

-¿Qué miran, les debo algo?- Dije fuerte para que me oigan. Algunas chicas hicieron caras y murmuraron algo que no alcancé a escuchar, otros siguieron hablando como si nada hubiese pasado.- Bueno, ¿Qué haremos?- Pregunté mirando a mis compañeros.

-Divertirnos- Gritó Jace y todos le siguieron hacia donde había gente reunida bailando. Entonces mire mi celular faltaba una hora para que sea media noche, tenía cinco mensajes de Brooke que me había enviado antes de vernos en el callejón de las carreras y uno de mi hermano recordándome que tengo que secar el baño cuando termino de bañarme. No contesté a nadie y me dirigí a la cocina por un trago.

En verdad esto no era como las fiestas a las que yo suelo asistir, a las que yo voy solo se puede escuchar el sonido de la música, hay humo por todos lados, chicas acercándose cada rato, acá todo era diferente.

-¿Qué tal la fiesta?-Me acerqué a una chica que estaba recostada por la barra de la cocina, se veia un poco aburrida y sin ganas de estar aquí- ¿Quieres?- Le ofrecí de mi botella, ella ni siquiera me contestó y siguió mirando hacia adelante.- Vaya, creí que los de plata estaban bien educados, me parece que son unos mal agradecidos.- Solté una risa y me giré dandole la espalda hasta que decidió hablar.

-¿Mal agradecidos? JA, sabes asociar las palabras ¿Verdad? Creo que no.- Me gire con una sonrisa para verla a la cara, ella estaba mirándome fijamente, tenía los ojos azules más hermosos que vi en mi vida, su cabello castaño ondulado y desprolijo le daba un toque salvaje, esos labios rojos carmesí natural me daban ganas de devorarlos. ¡Aah! Me encontraba loco por esos labios.

-¿Así que hablas?- Le pregunté en forma burlona sin despistar mis ojos de los suyos- Creí que eras muda o algo parecido.

Me rebajo con la mirada y dijo- ¡Que idiotas dejan entrar a esta fiesta!.

-¿Qué pasa Abby este te está molestando?

Abby.. Abby era su nombre.

-No Nick no pasa nada- Dijo apartándolo un poco de ella- solo estábamos.. no estábamos haciendo nada- balanceó su cabeza- solo que estoy algo cansada.

-¿Quieres ir a mi casa a recostarte un rato?- Le ofreció el chico cuyo nombre ya olvide.

-No no, tengo que quedarme con Emily, ya en media hora nos vamos.-Contestó.
_Yo les puedo decir a unos de mis amigos que se encargue de ella y que luego la lleve para tu casa no ten..- Ella lo interrumpió.
_No gracias Nick, en serio agradezco tu propuesta pero me quedaré hasta que sea la hora de irme con mi hermana.

El bastardo volvió a insistir- Abby, cariño, confía en mí, vamos a mi casa, podemos acostarnos en mi cama, hablar, dormir o hacer algo que te puede apetecer- Le susurró cerca de la oreja pero un poco fuerte para que yo oiga.

-¿Qué? ¿Qué dices?_ Dijo ella empujándolo hacia atras._ ¿Estas loco o que?

-¿Es que no te das cuenta de que no quiere ir contigo basura? En verdad eres el peor tratando de conquistar a una chica- Me acerque a el para tenerlo frente a frente.

-Tú no te metas, esto no es problema tuyo colado.- Dijo dibujando una sonrisa en su tonta cara.- 
_¡Ya basta!- Oí gritar a Abby.

-Todos en este lugar sabemos que eres un colado en esta fiesta tu y tus amigos, nadie te invitaría, tienes pinta de pobre, con esa facha te crees un galán y no eres más que un sucio malandro.- Eso fue lo último que le escuche decir luego de que mi puño impactara contra su ojo izquierdo.

Después se armó una ronda al rededor nuestro, lo único que podía ver era a ese bastardo tirado en el suelo y yo encima de el dándole puñetazos, ademas de escuchar la voz de Abby diciendo que pare.
Hasta que de repente sentí un golpe muy fuerte tras mi nuca, que hizo que me levante de encima de el un poco mareado y sin saber en donde me encotraba,pero cuando volví a recuperar la compostura volvi a darme la vuelta y el mosca muerta ya no estaba.

   




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