Distintos Caminos.

28. Final: I

La desesperación me está carcomiendo por dentro, no paré de temblar desde que he recibido la llamada, no puedo creer que haya pasado esto.

Tiff, Zayn, ¡Sus padres!... No puedo imaginar cómo se debe de sentir la madre de Tiff.

Esto... creo que esto es demasiado.

14 horas antes.

_AAH... ¡Mamá! Esto me aprieta hasta el alma._ Se quejó Emily mientras mi madre le daba los últimos toques a su vestido de 15 años._ ¡Mierda!

_Cuida tus palabras jovencita. Nadie mandó a que engordes de golpe y que el vestido no te quede.

_Pero... ¡AH!..._ Gritó nuevamente_ Sólo trata de no pellizcarme con la estúpida cremallera.

Creo que fué así toda la mañana. Yo me desperté por sus pequeños gritos.

Esta noche será la fiesta de cumpleaños de Emily, por lo tanto está tratando de darle los retoques que faltan a su vestido que para informar, mi madre le ha diseñado.

Como la gran diseñadora y modista que es, ella misma se encargó de hacer los trajes que llevaremos hoy. Supuestamente tenemos que estar vestidos con algo original que nadie haya visto y nadie mejor que ella para hacerlo. Por eso mismo nos hizo escribir en un papel cómo queríamos ir presentados. Mi madre es única.

_Y... ¡Listo!_ Dijo mamá volviendo a ponerse de pie._ Ya no pareces un matambre.

_Maaa_ Chilló Em cruzandose de brazos._ Tu también estas gorda y nadie te lo dice.

_Eso es mentira._ afirmó mi madre guardando las agujas en su pequeño estuche_ Y tú lo sabes.

_Siií, ya lo sé..

Me reí ante el comportamiento de estas dos y salí de la habitación para dirigirme a la cocina.
Cuando entré en ella vi a Raquel, nuestra empleada, aunque más bien es como una tía para nosotros; la conozco desde que estaba en el vientre de mi madre- lo sé, exageré- pero es que siempre estuvo con nosotros que no recuerdo cuando fue que entró a trabajar en nuestra casa.

_Buenos días querida._ Me saluda con una sonrisa de oreja a oreja mientras le sirve un poco de leche a mi hermanito Willy. En su cabello lleva un peinado de fiesta, ya que Em la invitó a su fiesta como parte de nuestra familia.

_Buenos días Raquel. Lindo peinado.

_Muchas gracias nena, me lo hice especialmente para la fiesta de nuestra princesa._ Contestó colocando frente a mi un cuenco de frutillas y bananas cortadas en rodajitas.

Mientras le doy un sorbo a mi zumo de arándanos observo a mi pequeño hermanito que se encuentra mirando una revista de superhéroes mientras sopla el vapor que sale de su taza de leche. Me causa gracia la manera en la que se encuentra sentado en aquella silla con las piernas cruzadas, es como ver a mi padre en una versión miniatura.

_¿De qué te ríes?._ Preguntó colocando su taza y la revista sobre la mesa.

_De nada, ¿Qué estas viendo?_ Cambié de tema.

_Estoy intentando leer. Una niña en mi clase ya sabe y yo no. ¿Cómo una niña puede ganarme en eso?

Me acomodé en mi asiento y le dije...

_Solo tienes seis años Will, con el tiempo aprenderás._ él se encogió de hombros y volvió a decir.

_Pero ella es una niña muy gritona y chillona_ Mi mente pensó en Emily de chiquita_ Igual que Em._ Soltó

_¿Y qué tiene que sea así?

_Que ahora que sabe leer la señorita Caroline le hace leer a cada rato y no la soporto._ Suelta un bufido_ y si aprendo a leer ahora mismo ella ya no tendrá que hacerlo.

Con el tenedor pincho una frutilla y me la llevo a la boca._ Si quieres luego te enseño_ digo después de tragar la fruta.

_¿De veras lo dices?_ Pregunta el pequeño con los ojos bien abiertos y una sonrisa es su rostro.

_De veras de veritas Will.

Se levanta de su asiento y con trotecitos se acerca a mí para luego rodearme la cintura con sus pequeños bracitos.

_Gracias Abby. Eres la primera que se ofe.. ofer... ¡Recorcholis! No me sale esa palabra.

_¿Ofrece?_ digo soltando una risita.

_Si, eso. En casa parece nadie tener tiempo para mi.

Mi sonrisa se borra al escuchar decir eso a mi hermanito. Con seis años él debería estar feliz, lleno de amigos y con una familia que se preocupe por él. En cambio, aquí cada cual anda en lo suyo, hasta yo me he dado cuenta que estoy metida en mis cosas y no pienso en que tengo un pequeño viviendo conmigo al cual nadie le presta atención. Supongo que debo de hablar esto con mis padres y decirles sobre como se siente Willy.

_No digas eso pequeño. Ahora en más yo estaré siempre cuando me necesites y desde luego te enseñaré a leer mejor que esa niñita. ¿De acuerdo?

_Siiiii_ Gritó y chocó los cinco con mi mano._ Pero Abby, sólo una cosa.

_Dime pequeño_ Tomé una rodajita de banana.

_Por favor deja de gritar por las noches.

Casi me atraganto con la bananita.

_¿Qué dices?

_Si, la otra noche te escuché que decías ¡ah Lucas! ¡Lucas!._ Mi cara se tornó en un color rojo fuego_ Él no vendrá Abby si sigues gritando así como loca, sólo harás que yo me despierte.




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