El hombre era el escolta de nuestra familia enviado por el gobierno, pienso que más bien era para proteger a mamá, nos llevaba a nuestra nueva casa mientras le explicaba a mamá sobre su nuevo trabajo.
Todo era diferente... la autopista, las calles, los letreros, el ambiente. Papá acaricio mi cabello con sus largos y gruesos dedos, al notar mi preocupación. Me brindo una sonrisa reconfortante que calmo mis miedos; estos se habían acumulado hasta este momento del día, sabia que podía contar con él para lo que yo necesite.
—Sigo sin entender este drástico cambio... — Mis padres se vieron cómplices, pero no dijeron nada al respecto, para ser sincera todo esto se me hacia extraño... mis padres eran personas extrañas, a mas de sus poderes siempre creí que ocultaban algo más de nosotras.
Llegamos a una casa en un conjunto residencial algo alejado de la ciudad principal, por lo que vi, muy alejado, había arboles alrededor y la posibilidad de que un cocodrilo entre a tu jardín. Bajamos las maletas y pude apreciar como mis padres se quedaban hablando con el hombre de traje negro.
—Escuche algo sobre un trabajo peligroso — Kassandra hablo a mis espaldas sacándome un enorme susto —Pero puede que haya sido mi imaginación... ¡Ah! También dijeron que podíamos escoger nuestras habitaciones y como buena hermana que soy te dejo escoger.
—¿Acaso no es el privilegio de ser la mayor?
—Esas son mentiras que les dicen a los niños.
Subí por las polvorientas escaleras, las gradas rechinaban un poco con cada paso que daba, vi una habitación que daba hacia la calle y otra que daba hacia el patio trasero y los árboles, ¿Qué prefería, ver vecinos chismosos? O ¿Ver cuando un cocodrilo este en el patio? De todas formas, todos podrían defenderse menos yo, y así entre en la habitación con vista hacia el patio y los dichosos árboles de los cuales podría salir tambien un asesino serial y así comencé a desempacar.
—¡La cena esta lista! — Escuche la voz de mi madre a mis espaldas, puede que tenga dos dones... controlar el aire y gritar sin dañar su voz...
Había terminado de acomodar mi habitación, y sobre todo había visto que me pondría mañana para ese primer día en la academia, sin duda, tenia un miedo que me carcomía el interior. Baje las gradas a toda velocidad un aroma extraño pero delicioso me invadió.
—¿Y eso es?
—La receta decía macarrones— Dijo mi madre leyendo una caja pequeña y colorida que tenia en sus manos.
—¿Receta?, lo calentaste todo en el microondas—Dijo papá y mamá golpeo sus costillas y después sirvió un plato enorme con ensalada de lechuga y algunos tomates.
—Sigue siendo mi esfuerzo.
—Por lo menos se ve bien — Argumento Kassandra sentándose junto a mí, de pronto el timbre sonó y mis padres se pusieron alerta, mamá camino despacio hacia la puerta y observo por el orificio que permitía ver a la persona tras la entrada.
—Creo que son los vecinos. — Comento aliviada y abrió la puerta, mientras mi papá se sentaba tranquilo nuevamente en su lugar.
—¡Buenas noches! —Una voz femenina sonó tras la puerta— Somos sus vecinos los Brown, me alegra mucho al fin tener a alguien a nuestro lado, si no, se sentía muy solitario esta parte del barrio.
—Un gusto...
—Traje unos cupcakes, están muy frescos, los prepare apenas vi que llegaron.—Dijo la señora con alegría y entusiasmo.
—Muchas gracias —Comento mi madre amablemente- ehm... ¿Quiere pasar?
—¿No es molestia? — Comento entrando, vi como una mujer pequeña algo rellena de cabellos rizados y rubios que caían en ondas sobre sus hombros, cruzo la puerta haciendo sonar unos zapatos planos muy elegantes. —¡Oh! Que linda familia.
—Ellos son mi familia, mi esposo Izan, mis hijas Julia, Kassandra y Priya, somos los Loor.
—Un gusto conocerlos, me llamo Olivia, bueno hoy vine sola, pero tengo dos hijos, son gemelos, uy mis preciosos como los adoro— Dijo mientras se apretaba las manos en el pecho con orgullo y amor materno— ¿Supongo que las niñas irán al colegio de aquí?
—Creo que si, pero mi hija mayor Julia ira mañana a la convivencia de la universidad de aquí cerca—Contestaba mi madre a todas las dudas de la señora.
—¡Mi hijo hará lo mismo! Creo que seremos muy cercanos, si quieres puedo decirle que la lleve.
—No queremos molestar.
—¡No es molestia! Es más, los llamare para que se conozcan.— Dijo con entusiasmo.
—No es necesario— Ahora yo intervine en aquella conversación —Quisiera conocer algunas cosas por mi cuenta, claro, si es que es posible.
—Por supuesto, ya entiendo, quieres ser independiente, está bien, lo comprendo, pero si necesitas algo, vivimos alado.
Después de muchos agradecimientos de mi madre al fin pudo sacarla de la casa, algo aliviada vio con tristeza como la comida volvió a su estado frio.
—¿Ahora si podemos comer el "esfuerzo"? —Mal momento padre... tal parece que hoy dormirás en el sofá.
☀️☀️☀️
A la mañana siguiente todo se sintió extraño incluso el aire que entraba por mis pulmones, en el desayuno me encontraba únicamente yo sentada en la mesa del comedor, vi volar una mochila negra con cuadros blancos en sus bordes mientras desayunaba, la misma que cayó frente a mi casi derramando el cereal.
—Tu maleta la olvidas— Mamá venía corriendo hacia mí mientras su bolso y teléfono se mantenían en el aire por unos mini torbellinos que la perseguían —Ten un buen día cielo —Beso mi cabeza y se esfumó por la sala— Ya te expliqué ayer como llegar a la universidad por favor no te pierdas y sobre todo intenta hacer amigos, vendré en la noche iré a esa reunión que mencione, se quedan con su padre.
—¿Y el donde está?
—Supongo que sigue durmiendo, ¡maldición!, Julia Estas retrasada, vete.
Algo me levantó y me saco de la casa con un portazo tras de mi, ni si quiera pude tragar bien el alimento que había metido en mi boca hace unos segundos.