Divergente - Tk

Capítulo 3

Me desperté con las palmas de las manos sudorosas y una punzada de culpa en el pecho. Estoy tumbado en la silla de la habitación con espejos. Cuando inclino la cabeza hacia atrás, veo a Tori detrás de mí. Ella aprieta los labios y se saca los electrodos de la cabeza. Espero a que diga algo acerca de la prueba, que se ha acabado, o que lo hice bien, pero ¿cómo podría hacerlo bien en una prueba como esta? Pero ella no dice nada, sólo tira los cables de mi frente.

Me siento hacia adelante y limpio las manos en mis pantalones. Tenía que haber hecho algo mal, aunque sólo haya pasado en mi mente. ¿Esa extraña expresión en la cara de Tori es porque ella no sabe cómo decirme cuán terrible persona soy? Me gustaría que sólo lo dijera.

―Eso ―dice ella―, fue desconcertante. Perdón, enseguida vuelvo.

¿Desconcertante?

Llevo las rodillas al pecho y entierro la cara en ellas. Me gustaría tener ganas de llorar, porque las lágrimas me podrían dar un sentido de liberación, pero no lo hago. ¿Cómo podes fallar en una prueba en la que no se te permite prepararte?

Mientras los segundos pasan, me pongo más nervioso. Tengo que limpiarme las manos cada pocos segundos, mientras el sudor se acumula; o tal vez sólo lo hago porque me ayuda a sentirme más tranquilo. ¿Qué pasa si me dicen que no sirvo para ninguna de las Facciones? Tendría que vivir en las calles, con los Sin Facciones. No puedo hacer eso. Vivir Sin Facciones no es sólo vivir en la pobreza y el malestar, sino que es vivir separado de la sociedad, separado de lo que es más importante en la vida: La Comunidad.

Mi madre me dijo una vez que no podemos sobrevivir solos, incluso si pudiéramos no querríamos. Sin una Facción, no tenemos ningún objetivo o razón para vivir.

Sacudo la cabeza. No puedo pensar así. Tengo que mantener la calma.

Finalmente la puerta se abre, y Tori regresa. Me agarro de los brazos de la silla.

―Lamento haberte preocupado ―dice Tori. Está parada a mis pies con las manos en los bolsillos. Se ve tensa y pálida. ―Jungkook, tus resultados no fueron concluyentes ―dice―. Por lo general, cada etapa de la simulación elimina una o más de las Facciones, pero en tu caso, sólo dos han sido descartadas.

La miro fijamente.

―¿Dos? ―pregunto. Mi garganta está tan apretada que es difícil hablar.

―Si hubieses demostrado una aversión automática para el cuchillo y seleccionado el queso, el simulacro te habría llevado a un escenario diferente, el cual confirmaría tu aptitud para Concordia. Eso no sucedió, por lo que estás fuera de Concordia ―Tori se rasca el dorso del cuello―. Normalmente, la simulación avanza de forma lineal, aislar una de las Facciones descartando el resto. Las decisiones que tomaste ni siquiera te permiten en Sinceridad, la siguiente posibilidad, a ser descartada, así que tuve que cambiar la simulación para que estuvieras en el autobús. Y tu insistencia en la falta de honradez descarta Sinceridad. ―Medio sonríe―. No te preocupes por eso. Sólo los Sinceridad dirían la verdad en esa.

Uno de los nudos en mi pecho se afloja. Quizá no soy una persona horrible.

―Supongo que eso no es del todo cierto. Las personas que dicen la verdad son de Sinceridad... y Abnegación ―dice―. Lo que nos da un problema.

Mi boca se cae abierta.

―Por un lado, te lanzaste sobre el perro en lugar de dejar que atacara a la niña, que es una respuesta de Abnegación orientada... pero por el otro, cuando el hombre te dijo que la verdad lo salvaría, todavía te negaste a decirlo. No es una respuesta de Abnegación orientada ―suspira―. El no correr del perro sugiere osadía, pero también lo hace tomar el cuchillo, lo cual no hiciste.

Se aclara la garganta y continúa.

―Tu respuesta inteligente al perro indica una fuerte alineación con Sabiduría. No tengo ni idea de qué hacer con tu indecisión en la primera etapa, pero…

―Espere ―la interrumpo―. ¿Así que no tiene idea de cuál es mi capacidad?

―Sí y no. Mi conclusión ―explica―, es que demostraste igual aptitud para Abnegación, Osadía, y Sabiduría. Las personas que reciben este tipo de resultados son... ―Mira sobre su hombro como si espera que alguien apareciera detrás de ella―... Se llaman... Divergentes ―dice la última palabra en voz tan baja que casi no la escucho, y se tensa, la mirada de preocupación vuelve. Ella camina alrededor de la silla y se acerca a mí.

―Jungkook ―dice ella―, bajo ninguna circunstancia debes compartir esta información con nadie. Esto es muy importante. No se supone que debamos compartir los resultados.

Asiento. ―Ya lo sé.

―No ―Tori se arrodilla junto a la silla ahora y coloca los brazos sobre los apoyabrazos. Nuestros rostros están a centímetros de distancia ―. Esto es diferente. No quiero decir que no debes compartirlos ahora, significa que nunca debes compartirlos con nadie, nunca, pase lo que pase. La Divergencia es extremadamente peligrosa. ¿Me entiendes?

No entiendo, ¿cómo podrían los resultados concluyentes de la prueba ser peligrosos? Pero aun así, asiento. No quiero compartir mis resultados de la prueba con nadie de todos modos.

―Está bien. ―Saco las manos de los brazos de la silla y me pongo de pie. Me siento inseguro.

―Yo sugiero ―dice Tori―, que te vayas a casa. Tienes mucho en qué pensar, y esperar con los demás, puede no beneficiarte.

―Tengo que decirle a mi hermano a dónde voy.

―Voy a dejarle saber.

Me toco la frente y mirando al suelo mientras salgo de la habitación. No puedo soportar mirarla a los ojos. No puedo soportar pensar en la Ceremonia de Elección de mañana.

Es mi elección ahora, no importa lo que dice la prueba.

Abnegación. Intrepidez. Sabiduría.

Divergente.



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En el texto hay: accion y amor, taekook, amor lgbt

Editado: 01.09.2020

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