-Ya esta Mercedes, ¿que mas vas a llevar?, te recuerdo que no es un viaje de placer hija...-la señora Burruti tiro un mechón de pelo rojizo, de la apurada joven pelirroja que acomodaba libros y cosas en unas bolsas.
-Lo se Madre, ud sabe que he tratado toda esta mañana de seleccionar lo mas importante-se detuvo un minuto con los brazos en jarra justo a la cintura del vestido azul y miro la cama blanca tendida y las bolsas donde había acomodado las cosas que se llevaría en este escape.
La señora Burruti descolgó de la pared de la habitación bellamente empapelada un cuadrito pequeño con arabescos dorados y miro la foto que en ella estaba, sonrió, la limpio de polvo con la manga de su suéter gris, y la entrego a la joven.
-Creo que esta foto y un par de objetos de aqui, seran suficientes-
La joven miro la foto, y se vio en ella aun de 14 años, aun con los cabellos largos infinitos.
-Esta bien Madre, llevare unas tacitas que trajeron los tíos de Francia y las cucha ritas de plata de la abuela, tu sabes como me gustan AL lustre obsérvalas brillar-
La señora Burruti entonces acomodo las cosas preciosas seleccionadas en papeles marrones para que no se quebraran en el viaje, el tren no siempre tenia un recorrido liso y simple, casi siempre al viajar se sentía como las valijas y bolsos chocaban entre si, quería que su hija al menos llegara a su casa en buenos aires con algunos objetos familiares, y que al verlos en la vitrina nueva, algo de su familia en ellos regresara.
-Mercedes...- y con ojos llenos de lagrimas extendió a los brazos hacia la joven de vestido azul como pidiendo un ultimo abrazo antes de partir, una angustia desde la noche anterior la había embargado, algo dentro de ella le repetía que su hermosa Mercedes no volvería a catamarca, al menos ella no la vería.
Fundió la joven en un abrazo apretado con su madre, el hermoso perfume francés de rosas dulce empolvadas las envolvió.
-No se preocupe madre, Juan me va a cuidar, formaremos una familia en buenos aires y te vendré a visitar y a las monjitas de los algarrobos y haremos una fiesta en el pueblo, ya veras...-
-Es una desicion que has tomado Mercedes, no entiendo porque no quieres casarte aqui...- La señora Burruti se desprendió del abrazo y mientras envolvía el cuadrito dorado refunfuño cada palabra.
-Es por que Juan ha prometido casarse en Buenos Aires... conocere a su familia a sus hermanos, hay una casa esperando para mi allí, dice Juan que tiene un patio verde con un limonero y que podre arreglarlo como yo quiera, pondré hiervas aromáticas mama, podre burro, melisa, lavandas- recibe el cuadrito envuelto en papel y lo acomoda en un bolso-cuando vuelva voy a traer un poco para tu patio-
-Debería haber prohibido esta relación, no sabia que tan cautivador joven cito porteño se llevaría a mi preciosa Mecha, pero ha sabido conquistarnos a todos, y solo verte feliz a ti y con sueños me es suficiente-
El semblante de Mercedes se nubla
-Lastima que padre no opina lo mismo-
-Lastima si...- la señora Burruti se acerca a la ventana, desde allí puede ver el convento de las monjitas de los algarrobos, apenas se estan construyendo las habitaciones para las estudiantes que vivirán ahí , el señor Burruti estaba construyendo esos edificios de a poco , su sueño era que Mecha fuese al terminarlo una de las directoras de las escuelas de oficios que allí funcionarían, pero no sucedió, el rápido romance con Juan el ingeniero que trajo de buenos aires para las reforma del orfanato y la construcción de los dormitorios para los estudiantes y su desicion de partir con el a buenos aires había trastocado los simples sueños de la familia.
-No te vallas enojada con tu padre Mecha, quizás los sueños de tu padre se dilaten un poco, verte como maestra aqui era su sueño, pero quizás cuando vuelvas se puedan continuar, ademas Juan de a poco va a caerle en gracia y conquistarlo como hizo con todos-
-Volveré Madre, los proyectos de Juan se unen a los de padre- tomo la cara de su madre entre sus manos finas y blancas-sabes que padre a de dar un préstamo a Juan para construir aqui los hoteles de las termas.
La señora Burruti sabia del préstamo , y un poco eso la tranquilizaba, cuando regresaran a Catamarca seria para quedarse.
=Papa hizo el deposito esta tarde, te llevaremos a la estación, dijo que Juan se unira en el siguiente pueblo, hemos reservado asientos de primera para ti Mecha, me gustaría que alguien te acompañara..= la preocupación por su única hija se notaba en el semblante de la señora.
-No hará falta Madre, he viajado varias veces con Juan al pueblo, me encontrare con el alli- continuo acomodando objetos sobre su cama, una sonrisa cruzaba su cara, pero la señora Burruti seguia con el pecho oprimido desde que se entero de los proyectos de su hija, Juan era galante y tenia ideas que fascinaba al padre de la joven, casi visionarias, por eso había accedido a participar como inversionista en este proyecto, la cosa se amargo un poco cuando se entero que ese no era el único proyecto de Juan, uno mas intimo era el desposar a su única hija y llevarla a buenos aires con el un tiempo largo.
A pesar del enojo , las aguas se fueron amainando, ya que era permanecer en la tormenta y dejar que Mercedes se fuese igual, o acompañarla en esto asegurándose su vuelta en un tiempo, cuando las termas comenzasen a funcionar.
Editado: 31.10.2024