Dividida

Mercedes

Mercedes

Llegando al primer pueblo, después de casi dos horas de viajes, Mercedes se asoma a la ventanilla maltrecha de vagón y busca a Juan con la mirada, no lo ve, tampoco hay tanta gente esperando en el anden, solo unos pocos baqueanos descienden, sus caras apagadas cargando bultos de tela obscura, seguramente van de temporarios, piensa.

Juan no aparece y empieza a desesperarse, Mercedes no es una joven avispada ha crecido entre algodones en una familia que esperaba grandes cosas para ella, el inspector del tren avisa que van a partir en unos minutos , mantiene el paño verde para avisar al maquinista alistar los motores aun en su mano.

Mercedes piensa un segundo, entre la angustia que le apreta el estomago y el miedo, decide bajar para esperar a Juan, seguramente se ha retrasado, ya lo resolverían después, avisarían a la empresa de Buenos Aires que retiren de la bodega las pertenencias que llegaran huérfanas en el tren y cuando Juan llegara sacarían otro boleto, seguramente no conseguirían para el mismo día, pasarían unos días en la pensión del pueblo como otra veces.

Camino por el pueblo hasta la pensión donde solía quedarse Juan, entro esperanzada por encontrarlo, pero no fue asi, le informaron que el joven se había marchado hacia varios días, por un segundo el mundo empezó a girar, su palidez asusto a la encargada que se acerco asistirla, la dejo sentarse en el sillón y beber una jugo azucarado.

Cuando se repuso, camino las calles del pueblo, lo busco en el bar, en el cine, en la tienda de tabaco. Nada. Llegando la noche se rindió, se sento en un banco de la plaza y lloro hasta vaciarse, empezó a tener frio y dudas.

Volver a Los algarrobos?. No, no podía explicar este desencuentro, ademas Juan podía volver en cualquier momento y ella debería esperar allí. Seguir camino? No. Posiblemente si esto no era una pesadilla la habían engañado, a ellas y a toda su familia y estaría muy lejos y muy sola.

-Señoríta Mercedes?- la encargada de la pensión cruzo la calle que las separaba y se acerco a Mercedes que sollozaba agotada ya en el banco de la plaza. Cuando tuvo su atención se extendió a su lado y le entrego un papel.

-Lo encontramos entre las cosa que olvido el inquilino antes de irse, aqui tiene-

Mercedes se aferro al papel blanco y leyo

Lo siento Mecha, nada salio como esperaba, nada. Juan

-Señorita vuelva a su casa...- la encargada la tomo de las manos.

-Ya no tengo casa...- y escondio la cara entre las manos, mientras la brisa desordenaba sus cabellos pelirrojos y ondulaba el vestido azul.

-entonces venga a la pensión señorita, descansara y pensara que hacer-

Unos meses duro Mercedes en el pueblo, trabajaba en la pensión con la encargada y también cosia con la costurera del barrio, asi se mantuvo un tiempo sin pensar, hasta que su cuerpo empezó a evidenciar que no estaba sola en ese pueblo si no que llevaba al hijo de Juan en su vientre.

El hermano de la encargada, Maria ester, se enamoro perdidamente de la joven no pidio nada a cambio solo permanecer Junto a Mercedes y ayudarla con el niño por venir.




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