Dividida

Amasando

-No....-

Pablo desconecto los audifonos y empezó a escuchar la vocesita pequeña y monótona de Bambi, ratos antes se mezclaba con la música de Iron Maiden, puedo jugar con tu locura ( sonaba fuerte en sus oídos) pero no podía dejar de prestar la atención a las quejas de la joven .

-La peor musiquita del universo...la verdad..no es un buen momento para ignórame zapato- una media sonrisa se dibujaba en los labios de Pablo, que por primera vez había encontrado la forma de fastidiar primero a Bambi, que siempre le llevaba la delantera en esas cosas.

-No... No...No....al menos Abi escuchaba U2... que eso de canaiplaidismadnes....que tipo de idioma es eso, por dios...-

Podía imaginar a Bambi arrugando la naricita y apuñalándolo con sus ojos fríos...y preciosos, para el que ya había comprendido que desde que apareció no había otra chica que le hiciera hacer esas cosas, sonreír recordado algún chiste....o enfurecerse recordando alguna pelea.

Y había saludado a don Mingo y vestido de blanco preparaba la manteca para armar con el y otro peon las medialunas. La verdad es que Don Mingo era un panadero revolucionario, su panadería casi nunca tenia las cosas que uno comúnmente iría a comprar a su despacho de pan, fue el. Pablo, el que insistió en que hicieran las medialunas de manteca, porque las oficinas siempre pedían eso para agasajar a sus empleados.

La condición para que Don Mingo aceptara hacer medialunas aburridas fue que cunado repartieran los pedidos a las a oficinas y los dos cafés del barrio dejaran una muestra de sus pepas de batata y de la torta de limón. Así que practicaron las medialunas y lograron unas mas pequeñas que las habituales, que entraban justo en el pocillo de café pequeño, típico de las oficinas y bares para darle una vuelta a las aburridas medialunas de manteca que quería hacer Pablo.

Fue un éxito rotundo. Las medialunitas de Don Mingo salían de a cienes y se empaquetaban y apilaban en la camionetita del papa de Bauti que había decidido sumarse al proyecto, y con el tiempo en días especiales las pepas doradas de batata igualaron las solicitudes de las medialunas de don mingo, y en ese momento Don Mingo estuvo satisfecho.

Así que Pablo había pasado de eventual arregla cosas, chico de los pedidos y de la limpieza, a socio de Don Mingo. Estaba pensando en eso cuando mientras mezclaba la manteca para las medialunas, Bambi desde su adentro empezó a quejarse de nuevo.

-Por fin sacaste esa musiquita del inframundo....por si te lo preguntas... tu prima esta Bien, en estos días vuelve a casa...tendrá que seguir trabajando con su terapeuta, no pudimos verla mas de cinco minutos...-

-Me alegro...no necesitaba tu información...fui ayer con Bauti...-

El Peón se sobresalto al escuchar a Pablo hablando en dirección a la manteca, después de consultar si quería algo decidió ir a prender el gran horno.

-Que zapato que sos, no hace falta que hables en voz alta....-

-Un zapato que te encanta...- Pablo sonrió porque el silencio le dio la razón, la pichoncita tenia sus puntos débiles y estaba empezando a manejar las cuerdas para no quedar siempre pintado.

-Pablo, te busca Vampiro esta en la puerta...-

-Papiro Mingo,Papiro....¿puede entrar al templo?,,,¿le da permiso?... puede ayudar al peón con algunas cosas-

-¿dejar entrar un Vampiro al templo?...y claro Pablin que otra cosa podríamos hacer? Que pase nomas...- y se acomodo los lentes gruesos para seguir revisando las boletas en la oficinita.

Esas cosas le gustaban a Pablo de Don Mingo, no solo aprenda siempre algo nuevo si no que su palabra era respetada siempre.

Se encontró amasando un rato después la masa de las medialuna, y extrañando un poco la voz fria de Bambi.

-Che Papiro, porque no pones en el pasa cassete el nuevo de Iron Maiden de repente necesito música energética para trabajar mejor-




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