Damir
— ¿Vacaciones? Hmm... — trato frenéticamente de adivinar por qué está pidiendo vacaciones precisamente ahora. Y cómo arregármelas para no dejarla ir. — Tengo que pensarlo...
— Si no me equivoco, hablamos sobre mis condiciones y no sobre sus opciones, señor Batmanov, — Yasmina levanta la barbilla y yo me esfuerzo por no esbozar una sonrisa estúpida.
¡Mi Yasia aprendió a mostrar los dientes!
— ¿Es que te lo estoy negando? — hago una cara de sorpresa. — Sólo estoy calculando cuándo. Ya sabes, el período de transición no es el mejor momento para las vacaciones. Luego, cuando las cosas se arreglen, te prometo que serás la primera en la lista.
Y yo también tendré la oportunidad de seguirte, gatita. ¿No estarás pensando en que te dejaré ir sola?
Yasia arruga la frente, reflexionando sobre cómo encaja mi respuesta en los marcos de las condiciones, mientras yo finjo enérgicamente que me estoy guiando únicamente por los intereses de la producción.
— Tengo otra condición, Damir, — afirma, y yo me quedo helado.
Temprano me relajé, temprano... Pero ya lo prometí.
— Habla, — asiento.
— No tratarás de sacar a relucir el pasado, —empieza lentamente, mirándome a los ojos, —no lo sacarás a relucir en absoluto. No recordarás aquel matrimonio, no recordarás aquel tiempo. Nadie tiene que saber nada. No hubo nada entre nosotros. Nunca. Prométemelo.
Por la forma en que lo dice, siento escalofríos. ¡Cómo detesta la mera mención de que fue mi esposa! Quisiera agarrarla por los hombros, persuadirla, jurarle, pedirle perdón.
Pero no. Siento que ahora es imposible. Ella no cederá, he perdido demasiado, ha pasado demasiado tiempo.
¿Decirle que estoy de acuerdo y luego engañarla? Y esto tampoco sirve. No voy a volver a mentirle.
A menos que...
— Está bien, Yasmina, — digo con toda seriedad, pero la idea que me vino a la mente me produce un cosquilleo en las entrañas. Incluso ahora estoy dispuesto a jurar con la mano puesta sobre la Biblia, — prometo que nadie sabrá nada. Y te prometo que no me permiré ni con palabras ni con hechos recordarte nuestro matrimonio. Que todo quede en el pasado. Considera que nos conocimos hoy. Yo soy tu nuevo jefe, tú eres mi subordinada.
Yasmina parpadea con incredulidad, claramente esperando un truco, pero en vano lo hace. No hay ningún truco. Lo que se llama en absoluto.
Puede que te hayan crecido los dientes, cariño, pero no aprendiste a vivir con los lobos. Y probablemente no asististe a la conferencia sobre interpretación del derecho en la universidad. De lo contrario, sabría cuáles son las consecuencias de la mala interpretación de una norma legal.
¿No sacar a relucir el pasado? OK. Se me revuelve el estómago por mi actuación en ese pasado. Y prometer no recordarlo es lo más fácil.
Nadie lo sabrá si no se lo cuentas a nadie. Y realmente no hubo nada entre nosotros. ¿Te hubiera dejado ir en caso contrario entonces? ¿Te hubiera entregado a alguien?.
Solo que todo eso se refiere al pasado, sobre el presente y el futuro, no dijiste ni una palabra. En el futuro te veo de nuevo como la señora Batmanova, te recuperaré para mí, cueste lo que cueste.
— Confío en su honestidad, Damir Daniyarovich, y también espero que su esposa tampoco me cause problemas. Ella vino con usted, ¿verdad? — continúa Yasmina, delatándose por fin.
Su voz vibra de resentimiento y sus ojos se deslizan por el anillo de compromiso que llevo en el dedo anular. Quiero arrancarlo de inmediato, si es necesario, junto con la piel. Quitármelo y tirarlo a la basura.
No lo llevo por Zhanna, a quien nunca pensé traer conmigo. Y realmente no me importa lo que ella piense. Para mí es más cómodo, no hay problemas con las amantes ni con los socios. Especialmente en Turquía. En realidad, aquí se trata a los hombres casados con más respeto y seriedad.
— Zhanna no volverá a hacerte daño, Yasmina, — le digo con firmeza, — y te prometo que ni siquiera abrirá la boca.
Porque ahora mismo, después de que te vayas, voy a dar instrucciones a mis abogados para que calculen todas las pérdidas posibles por la disolución inmediata de este matrimonio que hace mucho se volvió ficticio.
Y seguro que habrá pérdidas, nuestras finanzas y las de los Osadchy todavía están bastante entrelazadas. Pero llevo mucho tiempo preparando el terreno para poder romper todos los acuerdos y divorciarme en cualquier momento.
Por ejemplo, esta fábrica, la compré yo solo, sin ningún socio. Y Zhanna no tendrá nada que ver con ella después de nuestro divorcio. Pero eso es también cuestión del futuro.
Y en el presente, empezaré a conquistarte, Yasia. Pero no de forma que pueda asustarte. Y no de forma que puedas rechazarme Voy a ser más inteligente esta vez.
El pequeño tulipán cuyo padre no aparece en los documentos de la niña. Actuaré a través de Lale, especialmente porque le gusté. Tú misma lo dijiste.
Me voy a hacer amigo de ella, y para ello es necesario que el bebé venga a la fábrica más a menudo. Y pensaré en la mejor manera de organizarlo. Es posible que tenga que organizar algo así como un jardín de infantes en la fábrica o una habitación para niños.