Prólogo:
Se aproximaba la llegada del tren a la estación °3 con un poco de retraso.
El chico que había dejado a la banda, que se hacía llamar “Las lagartijas de fuego” por un fin de semana de descanso, se disponía a tomar su propia vacaciones sólo en las montañas.
Se humedeció el cabello, que estaba despeinado, luego se miró al espejo, después recogió su estuche, que traía una guitarra eléctrica.
El tren llegó, al fin, con retraso, pero llegó.
Antes de subir con el pasaje en mano, John, le llama la atención unas tres chicas lindas, que se reían de todo. Una de ellas -La rubia- desvío la mirada a él y le sonrió con coquetería, él por supuesto que también correspondió sonriéndole -la chica de cabello oscuro- lo vio también y agachó la mirada con timidez -y la chica de cabello camaleón - se había distraído jugando con una pulsera sin darse cuenta del chico que no les quitaba la vista encima.
El boletero que se encontraba junto a la puerta del tren lo sacó de la distracción llamándolo repetidas veces.
John, suspira al ver como dos de las chicas se burlaron de él.
Antes de darle su boleto al boletero, John, sintió un aura terriblemente escalofriante que pasó detrás de su espalda.
Voltea inmediatamente y ve a la mujer más poderosa, llamada Natali.
– Esto es malo... –susurra para sí mismo.
– ¡Ey, chico! ¿Subes o no? -Insiste el hombre boletero. - ¡Ey!
La bocina del tren sonó fuerte.