Dlv (devuélveme la vida) (libro I)

Fisica

Me levanto muy temprano y corro al baño, me quito mi pijama y abro la llave del agua caliente. Me meto bajo el chorro de agua y cierro los ojos, estoy muy emocionada. Siempre había querido iniciar desde cero en algún lugar desconocido donde nadie supiera de mi existencia. Puede ser muy emocionante, todavía no sé en qué grado está mi nivel de socialismo, pero voy a intentar hacer muchos amigos.

Me doy un regaderazo muy rápido porque cinco minutos después de haber entrado, Hannah ya estaba afuera apurándome. Espero que mi rutina no sea así todas las mañanas. Una vez que termino de lavarme me pongo una toalla en la cabeza y otra para cubrir mi cuerpo, me saluda cuando paso a lado de ella y me da una nalgada. Doy un salto y ella se ríe antes de cerrar la puerta. Corro de puntitas al cuarto y cierro con pasador, nuevamente abro mi maleta y busco mi ropa. Cuando regrese de la escuela prometo ordenar mi ropa en el armario. Escojo un vestido negro con cuadros rojos que me encanta, saco mi ropa interior y lo pongo todo sobre la cama, estoy muy ansiosa por llegar a la escuela y conocer a mis compañeros. Será un buen año, puedo presentirlo. Trato de arreglarme lo más que puedo, tampoco quiero verme exagerada así que solo me pongo mascara en los ojos y brillo en los labios, me hago una trenza no tan perfecta y la pongo sobre mi hombro.  Cuando creo que ya estoy lista suspiro y agarro mi mochila, bajo corriendo y entro a la cocina donde hay una nota pegada en el refrigerador, la despego de ahí y la leo.

Hemos dejado el desayuno preparado, por favor no se tarden en regresar a casa después del colegio.

Las amamos.

Ian y Ana

Me siento tan feliz de que me hayan tomado en cuenta, así no me tomará tanto trabajo adaptarme a esta familia. Hay waffles recién hechos sobre la barra y con toda libertad agarro un plato y pongo dos tostadas sobre él. Agarro una botella de miel, le quito la tapa y la dejo caer sobre mi desayuno. Hannah baja muy fresca y silbando una canción. Trae unos pants cortos, blusa de tirantes azul y una chaqueta de cuadros rodeando su cintura. Muerdo mi galleta y se me escapa un gemido, hace mucho que no pruebo algo tan rico hecho en casa, es una delicia. Mi prima sirve el té y me acerca una taza, hubiera preferido café pero no le digo nada. Su cabello rubio todavía luce mojado y ella se ve tan linda por la mañana.

—Hoy será un día genial, ¿estas nerviosa? —pregunta.

Meto la cuchara en la azucarera y la pongo en mi taza.

—Ansiosa.

—Esa escuela es maravillosa, te lo juro.

A penas le da una mordida a su galleta y bebe del té solo una vez, se pone de pie y agarra su mochila.

—Date prisa, no querrás llegar tarde a tu primer día de clases.

Lo que quiero es disfrutar de mis waffles a gusto, pero no me queda de otra. Cuelgo la mochila sobre mi hombro y recojo mi plato, ella me alega que después nos encargaremos de los platos. No entiendo por qué tiene tanta prisa por llegar si todavía es buena hora. Cuando me monto en la camioneta ella ya está lista, solo espera a que cierre la puerta para arrancar. Enciende la radio y le sube todo el volumen, le sonrío y miro hacia al frente, tenía planeado escuchar mi propia música con los audífonos puestos, pero con la música tan alta y ella cantando es imposible.

— ¡Ese pelirrojo me encanta! —grita cuando suena en la radio Shape of you.

La canta de memoria y mueve las manos, vaya, mi prima se ha levantado de un excelente humor. El camino es muy corto, solo fueron 15 minutos de viaje y eso me hizo querer jalar su cabello por no dejar que terminara bien mi desayuno. Apaga el motor y la radio, suspira y saca de su mochila un brillo de labios. Se acomoda el cabello en el espejo retrovisor y repasa su maquillaje, yo solo la veo con el ceño fruncido y quiero salir corriendo de aquí.

— ¿Me veo bien? —me pregunta.

Vacilo la respuesta, dios, por supuesto que se ve bien. Parece una princesa.

—Muy bien.

—Perfecto.

Vuelve a suspirar y sale de la camioneta, me rasco el cuero cabelludo y me bajo también. Ella se echa a correr y después veo el motivo por el que quería llegar tan rápido. Se lanza a los brazos de un chico y me acerco como una tonta a ellos. No quisiera ser la tercera siempre, definitivamente necesito conseguir amigos lo más pronto posible. El chico es muy guapo y alto, demasiado para mi gusto. Tengo que levantar la cabeza para poder verlo bien.

—By, ella es mi prima…

—Amanda —dice señalándome—, claro. Hann me habló mucho de ti.

No creo que se haya referido a mí como Amanda.

—Sí, soy Emma.

— ¡Emma, claro!

Chasquea los dedos y Hannah carcajea en su pecho. Lo besa y se ven muy felices, sin embargo, noto que ambos se fijan hacia todos lados, como si se estuvieran escondiendo. Se despiden y mi prima me agarra del brazo.

—Él es Byron, el amor de mi vida.

Guardo silencio porque me parece tan absurdo lo que dice. ¿Quién conoce al amor de su vida a los 17 años? Rodeo los ojos sin que se dé cuenta, y claro que no lo hace porque mira hacia al frente buscando a alguien, pega un grito que me hace saltar.




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