Dlv (devuélveme la vida) (libro I)

Acción de gracias, sin pavo

Las vacaciones llegaron, y pasan volando. No he desperdiciado ningún momento para ponerme a estudiar, no quiero defraudar a nadie que confíe en mí, sé que puedo mejorar muchísimo en cuanto regresemos a clases. Por ahora ya me sé todas las fórmulas que necesito para Física, y todo gracias a mi bello profesor. Todos los días me dio tutorías en la biblioteca, y ese lugar se convirtió en un pequeño refugio para hablar de nosotros y besarnos. Extraño ese lugar, ahora que estamos de vacaciones casi no veo a Ariel y eso me pone muy triste, y si nos vemos es en frente de sus padres que también están de vacaciones. Solo por este momento quisiera regresar a nuestras rutinas, ellos trabajando todo el día en el hospital, Hannah encerrada en su cuarto o con Michel y nosotros dos queriéndonos.

Bajo a la cocina para ver qué hay de comer, o prepararme algo ligero. Llevo toda la mañana estudiando, y hasta yo me desconozco, Anastasia está en la cocina y la saludo con un beso en la mejilla. Mi relación con esta familia está cambiando un poco para bien, a excepción de Hannah que sigue guardándome rencor por lo de Byron.

—Deberías dejar el estudio un poco, ¿por qué no sales con tus amigas para distraerte?

—Tengo un profesor muy estricto que no quiero hacer enfadar.

Agarro dos rebanadas de jamón y las pongo en el pan, mi tía me hace a un lado y se ofrece a preparármelo. Tocan el timbre y Hannah grita que está ocupada, aunque esté tumbada en el sofá cambiando de canal.

—Yo abro.

Me sacudo las manos y voy a abrir la puerta, un joven moreno vestido de azul y con una gorra me sonríe.

—¿Emma Fitzgerald? —pregunta y asiento.

Me entrega un sobre y pongo una firma de entregado, inclina su gorra y se retira. Con el ceño fruncido regreso a la cocina, Anastasia se chupa un dedo lleno de mayonesa y pone el sándwich en un plato.

—¿Qué es eso?

—No lo sé.

Abro la carta y al ver de qué se trata miro hacia donde está Hannah.

—Es un citatorio para testificar en contra de Byron.

Me quita la hoja y la guarda en un cajón de la alacena.

—No se lo menciones a Hannah, no quiero que se ponga mal. Cuando llegue Ian lo hablamos ¿sí?

Me besa la frente y va con su hija, veo cuando la abraza y se acuesta con ella y sonrío. No quiero ahogarme otra vez en pensar lo que sería de mi vida si mi madre siguiera con vida, porque necesito aprender a vivir sin ella y hacerme a la idea de que no va a volver. Por más doloroso que suene. Agarro el sándwich y lo subo a mi alcoba, lo dejo sobre el escritorio después de darle una mordida y veo que la pantalla de mi celular se ilumina, lo agarro al ver que es un mensaje de Ariel y me acuesto en la cama.

 

*Te tengo una sorpresa, hoy a las siete de la noche en mi casa. Es una cita*

Empiezo a reír y patalear, antes de contestarle suspiro y junto el celular en mi pecho.

*Seré puntual, tq*

 

Dejo de lado todo lo que estaba haciendo y salto al armario para ver que me voy a poner, le mando un mensaje a Sara preguntándole cual vestido debo usar y me llama de inmediato. Es la única en la que confío, la única persona que sabe de mi relación con Ariel y sé que jamás me juzgaría por lo que hago.

—Definitivamente el rojo si quieres volverlo loco, o si quieres que note que te ves bien pero no exagerada entonces ponte el negro.

Hago una mueca y volteo el vestido negro.

—Pero el negro se ve muy sencillo.

—Entonces mátalo con dulzura y usa el rojo.

Lanzo el otro vestido a la cama.

—El rojo será, gracias amiga.

—¿Gracias? Me merezco por lo menos cincuenta billetes verdes.

—Está bien, anótalo a la lista de cosas que nunca te daré.

Aunque no la estoy viendo sé que ha hecho berrinche.

—Entonces mantenme informada de todo, si puedes hacer Face Time mucho mejor.

—Sí, claro —digo irónica—. Gracias por tu ayuda amiga, recuerda que cualquier cosa yo estoy contigo.

—Anotado.

Cuelgo y doy un largo suspiro, a pesar de todo lo que representa mi relación con Ariel me siento tan bien, relajada y feliz como hacía mucho tiempo no me sentía, tengo tantas ganas de arreglarme para él, verme realmente bonita y bailar toda la noche en sus brazos. Nada puede arruinar esta noche tan especial, me siento un poco nerviosa, creo que siempre voy a tener esta especie de adrenalina en mi estómago cada que voy a verme con él, se trata de los nervios que me entran al imaginar qué pasaría si alguien se entera de nuestra relación.

Nunca he pensado seriamente en eso, es decir, estamos juntos y me siento muy feliz a su lado, pero no puedo recrear en mi cabeza alguna escena en donde lo nuestro sea aprobado. Tal vez al principio no lo soporten, pero quizá con el tiempo terminen aceptándolo, de lo que sí estoy segura es que a mi padre no le importara mucho, al contrario, con tal deshacerse de mí es capaz de aprobar una relación con el mismo diablo. ¿qué pensará Ariel sobre decirle a todo el mundo que nos queremos? Me doy una ducha y trato de tomarme completamente el tiempo necesario para relajarme, y como Hannah no me dirige la palabra sé que no va a venir a tocar la puerta para que me apure, así que me pongo una goma en la cabeza, y mis audífonos a todo volumen mientras disfruto de las sales de baño.




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