Equipo Irradiante

Donovan estaba complacido ante los resultados que le daban las chicas. Ya trabajaba en su plan de venganza. Unos días después del robo del banco, Santiago se presentó ante él con un nuevo equipo.

—Quiero presentar a Spencer, Baruk y a su nuevo compañero, Jung.

Spencer y Baruk miraron a otro joven de su edad que estaba a lado de Santiago. Era la primera vez que lo veían. Callado, con una mirada indiferente, esperando órdenes…

—¿Un nuevo equipo?

—Sí. Ellos son parte de mis investigaciones y tienen habilidades especiales.

—¡No necesito otro equipo! —exclamó de repente, sin dejar que le explicara—. Mis chicas han hecho un gran trabajo y son muy discretas.

—Pero… aun no le he contado sobre las habilidades que estos hombres tienen.

—No me interesan. Estoy muy ocupado planeando la derrota de Ernesto. ¡Déjame solo!

Ni una oportunidad les había dado. Los jóvenes, que permanecían en silencio, se retiraron ante la señal de su jefe. Estando afuera de la oficina.

—¿Qué demonios le pasa? —preguntaba Spencer— ¿Acaso esas chicas son mejores que nosotros? ¿Pueden controlar la mente? ¿Son inmunes a todo? O… —miró hacia Jung— ¿Qué habilidad tienes tú?

—Ah… todavía no lo sé —fue su vaga respuesta.

—¿Qué? ¿Cómo que no lo sabes?

—Es mejor que vayamos a mi oficina. Debo hablarles sobre Jung —pidió Santiago, resignado a que rechazaran a su equipo.

.

Una vez estando en la oficina.

—Les presento a Jung, es el último en unirse al equipo. Su habilidad será el poder del cristal.

—¿El poder del cristal? —Baruk estaba muy desconcertado al escuchar esto y miraba a Spencer.

—No tengo idea.

—Verán, desde hace años se ha dicho que hay magia en esta ciudad. Dentro de todas mis investigaciones pude encontrar un elemento que da el poder del cristal. Sin embargo, no cualquiera puede tenerlo.

—Santiago… ¿tú, como científico, crees en esos cuentos de hadas? —cuestionó Spencer— ¡Es ridículo!

—Realmente no era mi intención encontrar ese poder, fue un accidente.

—¿Y dónde está? ¿Lo podemos ver? —preguntaba Baruk.

—Está en la montaña nevada de esta ciudad.

—¿Qué?

—¿Y debemos ir por él?

—Sí. He preparado el cuerpo de Jung para que pueda resistir ese poder. Es el experimento que realice con él.

—No puede ser.

Los tres se miraron.

—De ahora en adelante serán mi equipo. No me importa lo que Donovan diga, ustedes serán parte de esta organización y yo seré su jefe directo.

—Bien. Entonces, la primera misión es ir por ese poder —dijo Spencer, sin mucho ánimo.

—¡Será divertido! ¡Me da gusto conocerte, Jung!

El mencionado solo sonrió.

.

Mientras que el equipo de Santiago estaba preparándose para su misión en la montaña nevada, las chicas estaban viviendo sus ‘vidas normales’.

—¿Cuántos años tienen? —preguntaba Lizeth, viendo a sus compañeros de clase.

Dos jóvenes se miraron y luego contestaron.

—15

—Tenemos 15.

—¿15 años? ¡Demonios! En la solicitud puse que tenía 19 —se maldijo.

—¿Tienes 19 años? Te ves muy joven.

—¿De verdad? —a Lizeth se le iluminaron los ojos— ¡Qué agradables son! ¡Seamos amigos! ¿Cuáles son sus nombres? Yo me llamo Lizeth.

—Mi nombre es Yim, vengo de Corea del Sur.

—Y yo soy Hyun —respondió el otro.

—No creo que los dos sean coreanos —observó ella.

—Ah… ese es mi alias de videojuegos, en realidad me llamo Tom —respondió nuevamente, poniendo más atención a la conversación.

—Es muy bueno jugando. Tiene los mejores récords —comentó Yim—. ¿A ti te gustan los videojuegos?

—¡Sí! ¡Claro que sí! Mis favoritos son los de pelea.

—¡Qué genial! A las mujeres no les gustan mucho.

Yim era un estudiante de intercambio, tenía el cabello corto y los ojos rasgados. Hyun tenía el cabello un poco largo y usaba lentes, al igual que Lizeth. En personalidad, era demasiado tranquilo a comparación de Yim.

—¿Por qué entraste a la preparatoria teniendo 19? —preguntó Hyun, siendo observador.

—Ahh… es que… acabo de llegar a la ciudad y me atrasé mucho en la escuela cuando viajaba.

—¡No sabía que en esta ciudad aceptaban alumnos mayores en las escuelas! —decía Yim, sorprendido.

—En la preparatoria lo hacen, pero si te falta la secundaria, debes asistir a una escuela especial —contestó Hyun, siendo su ciudad natal.

—¿En serio? —Lizeth tampoco lo sabía.