Regresaron a las clases en la Escuela Verde. Lizeth se quedó mirando a las chicas que serían las parejas de sus amigos. Por un lado, Mayte se veía tranquila y muy comprensiva, pero por otro, Karen era respondona y sarcástica. Su apariencia le recordaba a la de Norbert, ambos se veían intimidantes, de carácter fuerte y usaban el mismo tipo de lentes. Si no fuera por los apellidos y el tipo de escuela en la que estaban, juraría que eran familia.
—Oye, ¿ella tiene hermanos? —le preguntó a Hyun, retomando el tema.
—Sí, un hermano mayor.
—¿Qué? ¿En serio? —rápidamente se sorprendió.
—Se llama Brad, va en tercero.
—Ah, ya…
—¿Por qué lo preguntas?
—Es que me recordó a alguien, pero ¡nada que ver!
Siguieron resolviendo los ejercicios de la clase.
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Pasó una semana de esto. Poulett tenía citas con Bastián y él todavía no conocía a su amiga, la novia de Eduardo. Era importante para él acercarse de esta forma, porque si su compañero no tenía idea de la advertencia de Norbert, sería más fácil indagar. Eduardo era capaz de protegerla y negar todo, aunque tuviera las pruebas en sus narices, la amaba mucho.
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Las chicas se reunieron en la Organización Criminal, reencontrándose con el equipo de Santiago. Yumiko estaba por explicar la siguiente misión.
—Bien, debido a que no pudimos instalar una bomba en casa de Norbert Guionette, tomaremos en cuenta la propuesta del equipo Irradiante.
—¿Vamos a secuestrarlo? Genial —habló Baruk.
Las chicas lo miraron, Lizeth no pudo evitar la preocupación, pero tenía que disimular.
—Esta vez no fallaremos —dijo Poulett.
—Como es idea del equipo Irradiante, ellos lo harán.
—¡¿Qué?!
Las mujeres se sorprendieron ante la respuesta de Yumiko. Spencer mostró una sonrisa mientras que sus compañeros celebraban.
—Oye, pero ¿Por qué? —Poulett estaba muy indignada.
—¡Nosotras fallamos por culpa de ellos! —señaló Tania.
—Sí, no es justo que nos saquen de esta misión —agregó Lizeth.
—Lo siento, pero no podemos fallar otra vez. Ustedes han estado peleando todo el tiempo y, si siguen así, lo arruinarán. Tómense el día libre, hagan lo que sea, pero no interfieran.
Fueron las últimas palabras de la joven antes de retirarse. Estaba siendo muy dura con ellas. No lo podían creer, ¿Cómo era posible que las excluyeran? Además, Lizeth estaba angustiada, no podría intervenir como en la misión pasada. ¿Qué debía hacer ahora?
—¡Hasta pronto, chicas!
Se despidió Spencer. Él y sus compañeros caminaron rumbo a la salida, dispuestos a cumplir con la misión. Lizeth reaccionó…
—Ah… ¡tengo que irme! Recordé que mañana voy a exponer y no he hecho nada.
—Oye, espera. Vamos a reclamarle a Donovan —pidió Poulett.
—Sí, tenemos que hacer algo.
—Pero… pero… es un trabajo en equipo y no puedo quedar mal. ¡Adiós!
La chica no dio más explicaciones y salió corriendo del lugar.
—¡Ni siquiera te esfuerces! Es preparatoria.
Las palabras de Poulett fueron en vano, Lizeth ya se había ido. Le pareció muy extraña esta actitud, pero no sospechaba nada. Tania captó lo que sucedía, sin decir ni una sola palabra.
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Lizeth llegó lo más rápido posible al servicio de mensajería, era lo que le quedaba más cerca. Llegó jadeando al mostrador, tuvo que tomar aire antes de hablar. Private se acercó, esperando pacientemente. Si ella estaba ahí, significaba que había algo importante.
—Tienes que… decirle a Norbert… lo van a secuestrar.
Fue lo que pudo decir, mientras se estaba recuperando.
—Entiendo.
Private tomó el teléfono fijo y marcó un número. Dio el reporte correspondiente, escuchó algunas indicaciones y finalmente colgó. En esos minutos, Lizeth ya podía hablar bien.
—¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?
—Ya está enterado. Me dijo que vinieras conmigo.
—¿Qué?
—Si estás aquí tú también arriesgas tu integridad.
Private le indicó el camino. Fueron hacia la puerta trasera. En ese lugar, llegó un vehículo. Lizeth subió y la llevaron hacia la casa de Norbert. Estaba confundida, pero se tranquilizó al reconocer el lugar. Entraron por la entrada subterránea. Bajó del vehículo y se encontró con Norbert.
—Hola, es bueno verte de nuevo —se acercó para saludarla con un beso.
—No nos habíamos visto, parece que solo me quieres ver cuando tu vida está en peligro —dijo ella, al notar que estaba siendo cariñoso.
—He estado muy ocupado, pero cuando todo esto termine, podemos vernos todos los días.
Lizeth no le creía.
—Entonces, ¿me van a secuestrar?
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Editado: 23.09.2025