Llegaron al departamento, comenzaron a empacar sus cosas. Debian irse de ahí lo más rápido posible. Salieron corriendo del edificio y se encontraron con alguien desagradable…
—Así que fueron descubiertas y tienen que escapar.
—¡Cállate, Dennis! No te metas —Poulett estaba muy molesta.
—No me trates así, cariño. Yo puedo esconderlas de la Fuerza Blanca.
Era una medida desesperada. Aceptaron la ayuda del hijo del Alcalde. Subieron al auto y se fueron. Desaparecieron de ese departamento sin dejar rastro. En seguida, llegó parte de la Fuerza Blanca. Entraron derribando la puerta, pero era demasiado tarde.
—Sabía que escaparían… pero fueron muy rápidas —dijo Bastián.
—Solo se llevaron lo necesario —comentó Karla, al mirar gran parte de sus pertenencias.
—Aun así… debimos alcanzarlas.
—Regresemos a la estación. Eduardo necesita ayuda.
Se fueron. Tenían que reportarle todo a Ernesto, el jefe de la policía.
.
En la estación de policía. Nadia le ofrecía un café a Eduardo, pero él estaba muy desanimado. Damián se curaba la herida.
—No puedo creer lo que sucedió… —decía ella— ¿Estás bien? —le preguntó a Damián.
—Sí, solo fue una cortada.
—¿Cómo pasó?
—Esa mujer lanzó varias navajas y tuve que cubrir a Karla. Al parecer, ella salió ilesa.
—¡Qué lindo! La protegiste.
—Esas mujeres son peligrosas. Poulett emite sonidos muy molestos, Lizeth golpea fuerte y Tania…
Miraron a Eduardo.
—¿Qué harás ahora? —preguntó su amigo.
—Quiero saber por qué trabaja para Donovan. Es que no lo puedo creer… es tan tierna… no puedo creer que sea parte de la Organización Criminal.
—Bien, debemos trazar un plan para atraparlas. Así sabremos toda la verdad.
Bastián y Karla llegaron, pidieron hablar con Ernesto.
—Nadia, llama a Norbert. Dile que es urgente —pidió el líder de la Fuerza Blanca.
La rubia se fue a su escritorio y realizó la llamada. Minutos más tarde, se reunieron en la sala de juntas. Eran cerca de las 12 de la noche. Ernesto ya estaba enterado, pero le darían el reporte a Norbert. Se sentaron alrededor de la mesa.
—Poulett Stein, tiene la habilidad de emitir sonidos ensordecedores a voluntad. Sabemos que trabaja de DJ en un club nocturno, hasta hoy, ya que era su falsa identidad —explicó Karla—. Tania Loire, parece que es experta en usar armas punzocortantes. Fue novia de Eduardo durante un año y recientemente se inscribió en un colegio de señoritas, retomando una carrera que dejó hace tiempo. Y Lizeth… de ella no sabemos nada. Solo obtuvimos información de las otras porque se acercaron a nuestros policías.
—¿Qué? ¿De verdad no se sabe nada de ella? —Ernesto no lo podía creer— Debería haber información básica con solo buscar su nombre.
—Solo sabemos que combate cuerpo a cuerpo, por la forma en la que nos atacó.
—No la había visto antes —declaró Bastián—. No tengo su nombre completo, Poulett no lo mencionó.
—¿Qué hay de Private? Llámenlo y que la investigue —ordenó Ernesto.
—Claro —Damián tomó su celular y marcó.
—¿Qué haremos? —Ernesto le preguntó a Norbert.
—Atrapando a una, tendrán información de todas. Hagan lo que tengan que hacer.
—Sí, creo que eso es lo más lógico —dijo Karla, siendo obvia.
—También tomen en cuenta que no pueden arrestarlas si no tienen pruebas. Solo hay sospechas —advirtió Norbert.
—¡Tengo una prueba! La conversación donde mencionan a Donovan —Karla buscó en su laptop.
—Así fue como descubrimos que trabajan para él —agregó Bastián.
—¡No puede ser! ¡No está! Alguien eliminó ese audio.
Todos se sorprendieron al escuchar a la mujer. Karla volvió a revisar el dispositivo que recibía la señal del celular.
—¡No está!
—¿Qué? ¿Qué mierda…? —Bastián no lo podía creer.
—Parece que alguien se metió a tu oficina y lo borró mientras no estábamos —supuso Damián.
—Sí… pero ¿Quién?
—¡Revisen las cámaras! —ordenó Ernesto.
Rápidamente fueron hacia el cuarto de las grabaciones. Norbert se quedó sentado en su lugar, pensando en lo que sucedía… ¿Quién borró ese audio? Según el informe de Private, todos estaban en el lugar de los hechos: las chicas, el equipo Irradiante, Dennis… ¿Quién demonios estaba traicionando a la Fuerza Blanca? ¡Claro! Algún miembro de la policía… Dennis tenía comprados a algunos contactos. Regresaron a la sala de juntas, decepcionados.
—Y bien… ¿Quién fue? —preguntó Norbert.
—No se ve… —fue la triste respuesta de Karla.
—Quien lo hizo, alteró las grabaciones —dijo Bastián—. Alguien nos está traicionando.
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Editado: 23.09.2025