Al día siguiente, el escándalo era inevitable. En las noticias no se hablaba de otra cosa que no fuera el atentado contra Norbert Guionette. No se tenían noticias de él y, a la vez, era raro que no resultara herido. Su equipo de trabajo estaba tranquilo. Sus guardaespaldas especiales daban las entrevistas y decían que todo estaba bien. En la estación de policía, Damián se encargó de interrogar al chofer. Dio su informe en la sala de juntas…
—En efecto, el chofer sabía de la bomba. Le dijeron que era una bomba programada, por lo que no explotaría al arrancar el auto. Solo debía asegurarse de que Norbert estuviera a bordo a las 6pm, como siempre. Dice que todo salió mal al ver que Norbert no estaba cerca del auto y no tenía intención de subir.
—Es como si alguien le advirtiera —supuso Bastián—. ¿Quién habrá sido?
—Sus guardaespaldas especiales, asegura el chofer.
—Tiene sentido, ellos lo atraparon —dijo Karla.
—No lo sé… ellos llegaron aquí sin Norbert. Por cierto, ¿Dónde está? Lleva desaparecido 12 horas.
—Si alguien intentara matarme, me escondería hasta saber que todo está bien —supuso Eduardo.
—A mí me parece muy raro que se esconda. Saben cómo es él. No le tiene miedo a nada —Bastián no se convencía, sentía que faltaba una pieza en el rompecabezas.
—Debe aparecer, la prensa no deja de preguntar por él.
—Este ha sido el primer golpe de la Organización Criminal, tengan mucho cuidado —advirtió Ernesto—. A partir de ahora, esto es una guerra.
Bastián, Karla, Damián y Eduardo se miraron, preparados para lo que fuera a pasar.
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Mientras tanto, Norbert y Lizeth se preparaban para salir. La mujer estaba muy pensativa sobre lo que iba a hacer o decir.
—Tranquila, a partir de hoy, seremos un equipo —dijo él.
—Ni siquiera sé que es lo que me espera… desaparecí después de la explosión, más obvia no puedo ser.
—Escucha, tienes que actuar como si no debieras nada. Espera a ver la reacción de los demás antes de hablar —aconsejó, poniendo sus manos sobre los hombros—. En el peor de los casos, sabes defenderte.
—Pero…
—La Fuerza Blanca no sabe nada sobre ti. Nadie vio que me advertiste. Según el informe de Private, las cámaras dejaron de funcionar. No hay evidencia.
—Está bien… seguiré actuando normal.
—Te necesito infiltrada más que nunca. La guerra ha comenzado.
Lizeth tragó saliva. No estaba del todo segura, pero él la miraba fijamente. Debía hacerlo por él y por lo que sentía. Había pasado una noche maravillosa a su lado, estaba dispuesta a arriesgarlo todo.
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Se prepararon para salir. Cada quien por su lado. Norbert subió a la azotea y lo recogió un helicóptero. Fue directo al ayuntamiento donde los reporteros esperaban su regreso. Lizeth bajó hasta la recepción del hotel, disfrazada. Caminó entre la gente sin levantar ninguna sospecha.
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Las clases seguían normales en la Escuela Verde. Poulett y Tania fueron a buscar a Lizeth.
—No creo que siga viniendo a la escuela —dijo Tania.
—Debemos buscarla donde sea, esto ya me está preocupando. El equipo Irradiante dijo que no pudo encontrarla y buscaron toda la noche.
Tania ya no dijo nada. Sabía cuál podría ser la respuesta, pero tenía que guardar el secreto. Se hicieron pasar por promotoras de las universidades para poder acceder a los salones. Los descansos entre clases se daban cada hora y pudieron dar con el salón donde asistía Lizeth.
—Es aquí, según la información de Yumiko.
Entraron, llamando la atención de los alumnos.
—Disculpen, hay una compañera suya llamada Lizeth Yong. ¿Está? —preguntó Poulett.
Yim y Hyun se miraron. Mayte y Karen también reaccionaron al escuchar el nombre.
—Sí, es nuestra amiga —respondió Yim, siendo amable.
—Bien, ¿sabes dónde está?
—Eh… no. No ha asistido a clases últimamente.
—Genial… no saben nada. 12 horas desaparecida y nadie sabe nada.
—¿12 horas? —preguntó Hyun, preocupado.
—Sí, no sabemos nada de ella —respondió Tania.
El joven se levantó de su asiento. Les pidió a las mujeres hablar afuera. Karen se levantó también y los siguió en secreto.
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Caminaron hacia el patio que queda detrás del salón, donde supuestamente nadie escucharía.
—¿Sabes dónde está? —preguntó Poulett.
Hyun tardó en responder. No sabía si sería correcto lo que estaba a punto de hacer.
—Responde, parece que sabes algo —exigió la líder.
—Poulett, es un chico, no lo presiones.
—Espera un momento… —a Poulett se le cruzó una idea— No me digas que… —Se tapó la boca con ambas manos. Estaba pensando lo peor— ¿Estuviste con ella? ¿Acaso tienen algún tipo de relación?
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Editado: 23.09.2025