Heridas

Cuando Dennis Guionette entró al ayuntamiento le pidió a su padre que llamara a los guardaespaldas de Norbert. Franco y Phillip se toparon con Spencer en el camino y él paralizó sus mentes al verlos a los ojos. Luego, Jung los amarró y se encargó de herirlos en una habitación privada. Así no intervendrían en el ataque. Dennis sabía que había acceso a la oficina de Norbert por medio de una puerta secreta, por ahí entraría el equipo Irradiante. Llegó a donde estaba su primo y aseguró la puerta sin que él se diera cuenta.

—¡Estás jodido!

Norbert miró a Spencer y a Baruk, que se acercaban a él. ¿Cómo era posible que lo atacaran en su propia oficina? Esto jamás se lo imaginó.

—Así que quieres retarnos… ¡qué valiente! —dijo Spencer.

—Me pregunto si seguirá retándonos después de esto —comentó Baruk.

Norbert no tenía ninguna habilidad para defenderse. Recibió el primer golpe en el estómago por parte de Spencer. Fue tan fuerte que cayó al suelo de rodillas.

—Esto es para bajarte los humos…

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Yim quedó impresionado al saber toda la verdad sobre Lizeth.

—Ahora entiendo por qué actuaba tan extraño.

—Sí, pero todo indica que está del lado correcto. Por eso la estoy ayudando —dijo Hyun.

Los dos llegaron al centro de videojuegos. Yim sabía que debía mantener el secreto con Mayte y Phoebe. Actuó de manera normal, saludó a las chicas y se dispuso a jugar.

—Oye, quiero hablar contigo un momento.

Hyun miró a su entrenadora, estaba confundido. Fueron a un lugar apartado.

—Karen no está bien, ¿sabes qué le pasa?

—No.

—¿Y no te gustaría saberlo?

—¿Por qué debería saberlo?

—¿Cómo que por qué? —Phoebe le llamó la atención— Se supone que ustedes saldrían, ¿Qué pasó con la primera cita? ¿Por qué no son novios?

—Salió mal. No creo que debamos seguir.

—Salió mal porque llegaste tarde ese día. ¿Quién es esa Lizeth? ¿Te interesa?

—Es una amiga, nada más.

—Estás actuando muy mal. Deberías mostrar interés, dijiste que te gustaba Karen.

—Sí, pero tiene una personalidad muy pesada. Creo que no nos llevaremos muy bien.

—Así la conociste desde el principio, no es una sorpresa.

—La verdad estoy dudando porque se molesta mucho conmigo —confesó.

Phoebe se quedó en silencio. Él bajó la mirada.

—Quisiera acercarme a ella, pero no sé cómo.

—Solo acércate… y ya. La verdad no la tienes difícil, ella te gusta, a ella le gustas.

—Lo intentaré.

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Pasó la tarde. Norbert cayó al suelo. La sangre se regaba en el piso. Jung tomó el pedazo de cristal ensangrentado de regreso, con una sádica sonrisa. Dennis, Spencer y Baruk miraban a la víctima.

—Es suficiente, Donovan dijo que no lo matáramos —anunció el líder.

—¡Qué lástima! —exclamó Jung.

En ese momento, la puerta se abrió de golpe. Franco y Phillip pudieron liberarse y llegar, pero era demasiado tarde.

—¡Ustedes!

Se miraron. Baruk y Franco se miraron fijamente. A Baruk se le borró la sonrisa al toparse con su mirada.

—Larguémonos de aquí.

El equipo Irradiante escapó por la entrada secreta. En realidad, no hubo un enfrentamiento porque los guardaespaldas se preocuparon más por llamar a una ambulancia. Dennis salió por la puerta principal de forma descarada. Era intocable.

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La ambulancia llegó y se llevó a Norbert. Estaba inconsciente. El Alcalde Guionette quedó impactado al verlo salir en camilla. ¿Qué demonios había pasado? ¿Su hijo era capaz de esto? No lo podía creer. Los trabajadores del lugar murmuraban. De alguna manera sabían que era culpa de Dennis, pero el miedo les impidió alzar la voz. Las noticias volvieron a tocar el tema de Norbert Guionette. Sin embargo, nadie se atrevía a acusar a Dennis. Los medios solo decían que alguien lo atacó y escapó por una entrada secreta. Solo eso.

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El equipo Irradiante regresó al edificio de la Organización Criminal. Donovan quedó muy satisfecho con el trabajo. Comenzaba a pensar en ellos como el equipo oficial. Santiago estaba muy contento. Su plan se perfeccionaba con la confianza de Donovan hacia su equipo.

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Por otro lado, Poulett encendió la televisión.

—No puede ser… alguien le dio una paliza a Norbert Guionette.

Tania y Lizeth se acercaron rápidamente a ver. Estaban muy impresionadas.

—¿Qué mierda…? —Lizeth estaba muy preocupada.

Recibieron una llamada de Yumiko. Debían presentarse ahora mismo ante Donovan.

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Las mujeres llegaron y fueron recibidas por su jefe.