«Tú le diste esa paliza a Norbert.»
«¿Qué? Yo jamás haría eso… Yo… no, no he le puesto ni una mano encima… no me atrevería a lastimarlo…» Pensó en ese momento. Eran palabras imposibles de pronunciar. Lizeth quedó atónita ante esa acusación y, en esos segundos, Damián pudo esposarla. Se dio cuenta demasiado tarde…
—Estás arrestada por ser la principal sospechosa del ataque de Norbert Guionette.
—¿Qué? ¡No! ¡Estás equivocado! —Lizeth trató de zafarse, pero era imposible.
—Necesito apoyo, vengan ahora… —Damián comenzó a hablar por la radio— estoy en la cafetería que se encuentra a lado de la Escuela Verde.
La mujer estaba muy nerviosa. ¡Qué descuido tan grande! La arrestaron en cuestión de segundos y ella no pudo defenderse. ¿Qué sucedería con ella? Nadie le iba a creer que era inocente.
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En la tarde, Damián llegó con Lizeth a la estación de policía. Unos oficiales pasaron por ellos a la cafetería. Bastián y Karla quedaron sorprendidos al ver la rapidez de Damián para cumplir con su misión.
—¿Qué sucede? —preguntó el líder de la Fuerza Blanca.
—Ella es la principal sospechosa del ataque de Norbert. ¿Recuerdan cuando nos enfrentamos? Combate cuerpo a cuerpo. Es obvio que, si es amiga de Poulett y Tania, sea parte de la Organización Criminal.
—Damián, son solo suposiciones —comentó Karla—. No creo que ella haya golpeado tan fuerte a Norbert.
—Por eso digo que es sospechosa, hasta que se demuestre lo contrario.
—¡Yo no lo hice! Ni siquiera estaba en ese lugar.
—¿Dónde estabas, entonces? —preguntó Bastián.
La mujer no respondió. No podía decir que estaba en un escondite en ese momento.
—A menos que tengas una coartada, te quedarás aquí. Tenemos que hacerte ciertas preguntas, de cualquier forma —dijo Bastián, luego, se dirigió a Damián—. Llévala a una celda. Primero hablaré con Norbert, él nos confirmará todo.
Lizeth ya no dijo nada, sabía que era inocente y que Norbert lo afirmaría. Tuvo que tranquilizarse un poco. La encerraron en una de las celdas de la estación de policía.
—¿Dónde está Eduardo? —preguntó Karla.
—No lo sé. Lo llamaré —respondió Damián.
Se alejaron de esa celda.
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El equipo Irradiante miraba a través de los binoculares.
—No puedo creer que Lizeth sea tan tonta. La atraparon fácilmente —decía Spencer.
—De acuerdo a la conversación, ese Damián cree que ella golpeó a Norbert —dijo Baruk—. No fue su culpa que la detuvieran.
—Claro que sí. No debió ir a la cafetería con él, en primer lugar —habló Jung.
—Fue difícil… él insistía. Creo que nosotros debimos intervenir —Spencer se puso a analizar la situación—. Ahora es parte de nuestro equipo, hay que defenderla.
Se quedaron en silencio, pensando.
—Va a ser muy difícil sacarla de ahí.
En ese momento, el celular de Spencer recibió una notificación. Lo sacó y leyó el mensaje: «No se preocupen, yo me encargo.»
—Parece que el arma secreta va a actuar.
Baruk y Jung sonrieron.
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Minutos más tarde, Bastián se acercó a la celda. Lizeth lo miró, esperando una respuesta.
—No pude hablar con Norbert. Está débil y ha dormido mucho. Desafortunadamente no es capaz de señalar al culpable, así que te quedarás aquí hasta que hable con él.
—¿Qué? Pero… habían dicho que su salud era estable.
—Lo es. Solo está descansando.
Lizeth se mostró preocupada.
—Así que… eres novia de Dennis Guionette. Tiene sentido que Damián sospeche de ti. Dennis distrajo a los guardaespaldas especiales de Norbert y eso te permitió infiltrarte en su oficina.
—¡Yo no lo hice!
—¿Dónde estabas en ese momento?
—Es un secreto.
—Bien. Que pases buena noche, suele hacer frío en este lugar.
Bastián se retiró. Lizeth estaba muy preocupada al saber que Norbert no despertaba. Sus heridas habían sido tan graves que le tomaría tiempo recuperarse. Odiaba al equipo Irradiante, pero odiaba más que pensaran que ella era la culpable.
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Anocheció. El personal era escaso en la estación de policía. La Fuerza Blanca se había retirado cuando llegó la media noche. Lizeth estaba aburrida en su celda, contando los minutos para salir de ahí. La noche siguió. Alguien se acercó a la celda. Lizeth se puso de pie y quedó impactada, esa persona abrió la celda y le sonrió.
—No te preocupes, vas a salir de aquí.
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Por otro lado, los integrantes de la Fuerza Blanca se reunieron con el Mago Zaid. Llegaron a su casa a altas horas de la noche.
—Estuve analizando los cristales que me dieron los médicos y no son cristales normales.
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Editado: 23.09.2025