Nuevos Planes

Nadia llevó a Lizeth al hospital por la gravedad de su herida. Tuvo que entrar a cirugía para que pudieran retirar el pedazo de cristal. Mientras tanto, Damián recobró el conocimiento. Se levantó rápidamente, pero era demasiado tarde. Las celdas estaban vacías. Sacó el celular y se dispuso a llamar a sus compañeros.

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La noche pasó. Las investigaciones comenzaron en la estación de policía muy temprano. Bastián revisaba las cámaras, notó que los cables habían sido cortados con navajas que se quedaron clavadas en la pared. Los policías guardaban dichas navajas en bolsas de plástico como evidencia.

—Este ataque fue de Tania Loire. ¡Qué raro!

—¿Por qué piensas que es raro? —preguntó Karla.

—Cuando liberaron a Lizeth, todo fue muy limpio. Esta vez, dejaron un desastre… la persona que está infiltrada en la estación de policía no actuó. Dejó todo en manos de los sirvientes de Donovan.

—Sí, según el informe de Damián, vinieron: Spencer Alanis, Tania Loire y Poulett Stein.

—Esto fue con todas las intenciones de que sepamos que fueron ellos.

En ese momento, Nadia llegó a la oficina. Era su hora normal de entrada, debía seguir actuando.

—¿Todo bien? —preguntó, al ver que todos investigaban.

—Recibimos un ataque en la noche —respondió Bastián—. ¿Dónde estabas ayer en la noche?

Karla y Nadia se sorprendieron por la pregunta.

—En el hospital —respondió Nadia, naturalmente—. ¿Quiere que le muestre mis recetas? Me sentí mal durante la noche y tuve que ir.

Buscó en su bolso, pero Bastián la detuvo.

—Está bien, no es necesario.

Se fue a su oficina, seguido de Karla.

—¿En serio dudas de la rubia tonta?

—Por un momento creí que podría ser ella. Siempre está cerca de nosotros.

—Eh… sí, porque es la secretaria de la Fuerza Blanca y le lleva café a Eduardo todos los días. Es normal que esté cerca.

En ese momento, entró Ernesto, el jefe de la policía.

—Private me informó que han secuestrado a Norbert. Llamen a sus compañeros y vayan a buscarlo.

—¿Qué? ¿Norbert fue secuestrado? Pero… ¿Cómo? Los sirvientes de Donovan vinieron a rescatar a sus compañeros —preguntaba Karla.

—Puede que hayan ido por él después del rescate —supuso Bastián.

Salieron rápidamente de la oficina. Se reunieron con Eduardo y Damián.

—¿Saben dónde está? —preguntó Eduardo, al subir al auto.

—Buscaremos en la ubicación que Private obtuvo desde el celular de Poulett —respondió Bastián al activar el GPS.

Buscó la dirección, encendió el auto. El altavoz del celular comenzó a dar indicaciones. Bastián iba conduciendo, Karla iba de copiloto y el Dúo Perfecto en el asiento trasero.

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Llegaron a un edificio abandonado, muy lejos del centro de la ciudad. Se bajaron del auto cuidadosamente y alistando sus armas. Yumiko los miró a través de las cámaras. Quedó atónita, ¿Cómo dieron con esa dirección? Tenía que avisarle a Donovan.

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—Es un edificio abandonado… ¿en serio está aquí? —preguntaba Damián.

—Debe tener alguna entrada subterránea —respondió Bastián.

Era normal llegar a esta conclusión ya que, al entrar al edificio, todo estaba solitario y abandonado. La base de la Organización Criminal debía ser secreta, podría estar debajo del edificio.

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Donovan miró las cámaras, decepcionado.

—¿Qué hace aquí la Fuerza Blanca?

—No lo sé, señor —respondió Yumiko.

—Llama al equipo de Santiago.

—No hay nadie, ya los busqué.

Yumiko recibió una llamada a su celular. Habló brevemente y colgó.

—Debemos irnos. Nuestro equipo se encuentra en la casa de Dennis Guionette.

—¿Qué? ¿Qué mierda hacen ahí?

Sin embargo, no había tiempo para explicaciones. Donovan, Santiago y Yumiko salieron por una puerta secreta. Viajaron bajo tierra a través de los túneles que utilizaban en secreto.

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Llegaron a la casa de Dennis por la conexión que tenían con la familia Guionette. Donovan entró a la casa, muy molesto por haber tenido que escapar. Miró a Poulett y a Tania.

—¿Qué hacen aquí?

—Señor, tenemos secuestrado a Norbert Guionette. ¿Qué quiere que hagamos? —habló la líder.

Donovan caminó hacia donde estaba el mencionado.

—También hemos recuperado a Jung. El equipo Irradiante está completo… aunque no todo son buenas noticias —seguía Poulett.

—Eso ya lo sé —dijo el jefe—. La Fuerza Blanca encontró nuestro edificio, ¿tienes idea de cómo lograron obtener la ubicación secreta?

—No… no lo sé, pero eso no importa ahora…