Hubo un incómodo silencio en la sala del departamento. Lizeth no respondió la pregunta.
—¿Qué harías si fuera cierto? —él se atrevió a preguntar.
—No lo sé…
—Solo quiero que sepas que siempre he sido sincero contigo.
Lizeth lo miró fijamente.
«—¿Qué pasaría si él descubre mi identidad? ¿Llamaría a la policía o algo así?
—Es muy listo, primero te tendería una trampa. Así que ten mucho cuidado, Lizeth —advirtió Yumiko.»
Recordó ese momento. Sintió como si él estuviera mintiendo, estaba siendo muy descarado al decir que era sincero. No se sacaba de la cabeza la pregunta: ¿Por qué alguien le diría eso? Nadie sabía de su relación, las únicas personas que lo sabían con certeza eran Tania y Poulett. A Norbert no le preocuparía saber que Poulett pudiera decirle algo así porque era seguro que lo hiciera por resentimiento y por intentar arruinar su relación con él. Entonces, eso quería decir que se trataba de alguien más. ¿Tania? No, ella no había dicho ni una palabra, sabía mantener un secreto. ¿Quién podría ser? Ahora que estaba herida y no podía pelear, creyó que sí la estaba utilizando.
—Me voy a dormir, ¿quieres venir? —preguntó él, al levantarse del sillón, dando por terminado el tema.
—Estaré aquí un rato —respondió.
—Está bien —se acercó y le dio un beso.
Caminó hacia la habitación.
.
En la estación de policía. Eduardo se acercó a la celda donde estaba Tania.
—Estas son las consecuencias de tus actos —dijo, llamando su atención—. Por no querer renunciar a esa organización.
—No me quedaré aquí mucho tiempo.
—Claro, porque ustedes tienen a alguien que les ayuda a salir. ¿De quién se trata? Si me lo dices, puede que interceda por ti.
—Lo siento, pero no quiero hablar contigo. Me di cuenta de que no eres capaz de comprenderme.
—¿Comprenderte? ¿Quieres que comprenda que estás dispuesta a dañar a otros para tener una vida cómoda?
—¡Me cuesta mucho aceptar mi realidad! Es lo único que puedo hacer… quiero ser libre.
—Puedes ser libre fuera de esa organización. Es ilógica tu forma de pensar. Podrías ser una persona respetable y llevar una vida normal.
—¡Basta! Esto es lo que quiero.
—Lo sé, por eso me dejaste. Se te acabó el amor que sentías por mí —las palabras de Eduardo fueron graves.
—Vete. No quiero hablar contigo —Tania le dio la espalda.
—Creí que estabas dispuesta a dejarlo todo por mí. Eso me dijiste cuando tu familia no estuvo de acuerdo con nuestra relación.
—He cambiado de opinión.
Eduardo bajó la mirada. No había remedio. Se retiró, caminó por el pasillo y se encontró con Nadia. Él la miró.
—Ahh, perdón. No era mi intención escuchar… venía a darte tu café —le ofreció una taza.
—Gracias.
Tomó la taza y siguió caminando. Nadia se quedó muy angustiada al escuchar toda la conversación. Se sintió mal por él.
.
Poulett fue a la casa de Dennis, era el único que seguía apoyándola incondicionalmente.
—Ese idiota tenía razón, era la única oportunidad para matarlo. Ahora se les escapó y reforzará su seguridad después de esto.
—Tranquila, cariño. No se puede esconder todo el tiempo, debe salir a dar su discurso de campaña —informó Dennis.
—¿Dará un discurso en público?
Dennis asintió.
—Bien, debemos aprovechar que se expondrá. Dime donde va a ser.
.
Ya entrada la noche, Lizeth se preparó para salir. Franco y Phillip estaban en la puerta.
—¿Te marcharás? —preguntó Phillip.
—Tengo que aclarar algo.
—Debes recuperarte primero, con esa herida no te podrás defender —recomendó Franco.
—Tendré cuidado.
—¿Vas a abandonarlo?
—No quisiera hacerlo… de verdad no quisiera irme de su lado, pero… debo saber la verdad. No voy a permitir que juegue conmigo.
Lizeth abrió la puerta, salió. Franco y Phillip se miraron.
.
Al día siguiente. Tania y Yumiko seguían en la estación de policía.
—Así que nadie vino a rescatarlas… esa persona ha dejado de actuar por su propia seguridad, por lo que veo —dijo Bastián.
Fue hacia su oficina.
—Bastián, necesito que Karla y Eduardo vayan teatro del centro. Norbert dará un discurso al medio día —anunció Ernesto.
.
Mientras tanto, Poulett y Dennis ya estaban ahí, disfrazados. La gente comenzaba a reunirse al saber que el candidato Norbert Guionette daría un discurso. Tenía muchos seguidores, pero también asistían los que estaban en su contra. Karla y Eduardo llegaron, venían del hospital.
#477 en Detective
#89 en Novela policíaca
#1791 en Fantasía
#901 en Personajes sobrenaturales
romance drama, fantasia amor secretos, traicion atraccion secretos miedo amor
Editado: 09.10.2025