Bastián llegó a la estación de policía. Notó que todos los policías estaban muy contentos. Comían sus postres alegremente. Fue a su oficina. Le pareció raro que estuviera pasando algo así. Salió de su oficina y fue hacia las celdas. Estaban vacías. ¿Qué demonios había sucedido? Inmediatamente fue a revisar las cámaras de seguridad, la imagen que mostraba era falsa. Reprendió al encargado cuando supo que había dejado su puesto por unos minutos. Sacó el celular y contactó a su equipo.
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Eduardo y Karla no tardaron en llegar, puesto a que ya iban en camino. Hubo otra junta de la Fuerza Blanca. Private y el Mago Zaid llegaron 20 minutos después.
—Esas dos mujeres escaparon mientras estábamos fuera —informaba el líder—. Los policías dicen que recibieron postres de parte de la familia Guionette, ¡eso los distrajo de sus labores!
—¿Qué? Imposible, aun así, debieron darse cuenta de la ausencia de alguien —comentaba Karla.
—Al parecer, Nadia llegó después de que llegaron los postres. La llamaré para interrogarla. También llamen a Norbert, debemos averiguar si esto fue obra de Dennis.
Eduardo sacó su teléfono.
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En el restaurante, Lizeth tenía ganas de ir y golpear a Poulett, pero se sentía nerviosa e incapaz. ¿Cómo podría ponerse del lado de alguien que la usaba? No supo qué hacer y solo se retiró. Norbert empujó a la mujer, haciendo que se separaran.
—¿Qué pasa? ¿No te gustó? —preguntó ella, satisfecha.
—¡No vuelvas a acercarte a mí! —advirtió y sonó su celular.
Se levantó de la mesa y fue a contestar. Poulett miró hacia la decoración que estaba enfrente. Sonrió, como si supiera que Lizeth estaba ahí.
Franco y Phillip regresaron.
—Vamos a la estación de policía —anunció Norbert.
—¿Qué hacemos con ella?
—Solo ignórenla.
Se fueron, dejando sola a Poulett.
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Nadia acudió a la sala de juntas. Se veía muy tranquila y feliz. Bastián comenzó con las preguntas.
—¿Dónde estabas cuando llegó el pedido de los postres?
—Fui a la oficina de Eduardo.
—¿A qué fuiste? Él no estaba.
—Me da un poco de pena decirlo… —mostró una tímida sonrisa y se recogió el cabello de la cara— …fui a ordenar su escritorio.
Karla le dio un codazo a su compañero, recordándole lo que habían hablado en el teatro del centro.
—¿En serio? ¿Por qué? No es parte de tus tareas.
—Ay, Bastián, no entiendes nada —habló Karla—. Es obvio lo que está pasando aquí.
—¿Qué es lo que debo entender?
—Nadia está interesada en Eduardo, se nota. Siempre le lleva café y ordena su escritorio.
El mencionado bajó la mirada, sentía un poco de vergüenza. Bastián miró a la secretaria, estaba ruborizada.
—Gracias, puedes retirarte.
Nadia salió de la sala de juntas, bien librada de cualquier sospecha.
—Entonces, ¿Quién demonios sacó a esas mujeres?
En ese momento, Norbert llegó con sus guardaespaldas.
—¿Por qué tardaste? —preguntó el líder, molestándose por no encontrar una respuesta.
—Llegué rápido, ¿Qué? ¿Crees tengo estúpidos poderes para llegar en segundos?
—Yumiko y Tania escaparon de las celdas —respondió Karla—. Los policías dicen que recibieron postres de tu familia, ¿sabes si Dennis planeó esto?
—No. No lo sé, no soy su niñera. No estoy al tanto de lo que hace.
—Ay, tranquilo. Te estoy preguntando bien.
—Si no fue la persona que está infiltrada aquí, solo podemos sospechar de Lizeth y Poulett —supuso Eduardo, sabiendo que ellas eran amigas de Tania.
—Los poderes de Poulett fueron neutralizados por Santiago y fue despedida de la Organización Criminal —explicó Norbert.
Los integrantes de la Fuerza Blanca se sorprendieron al saberlo.
—Eso quiere decir que queda Lizeth. Con eso de que no intervienes en lo que hace… —comentó Bastián, mirándolo.
—¿Me estás echando la culpa?
—No hay otra explicación. El hecho de que te quieras escudar con ella no significa que pueda hacer lo que quiera. Me molesta demasiado que se meta en nuestro trabajo.
—No sé si fue ella. Y si lo hizo, no tiene nada que ver conmigo.
—Creí que la tenías controlada.
—Y yo creí que ustedes eran buenos. Arrestan a integrantes de la Organización Criminal y se les escapan. Deberían destituirlos por inútiles.
—La próxima vez que me enfrente a tu novia, la expondré y haré que Donovan se encargue de ella —amenazó Bastián—. Si no fuera por la Ley de Herencia, no te protegeríamos tanto, Norbert. Considérate afortunado.
—Me necesitan si quieren desaparecer esa ley. Soy el único que puede llegar al poder y regresar todo a la normalidad. ¡Esa es la realidad! ¿Hay alguna otra cosa con la que quieras amenazarme?
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Editado: 09.10.2025