Escucho un pitido a lo lejos y trato de descubrir de qué se trata. A medida que me concentro el pitido se escucha más fuerte hasta que empiezo abrir mis ojos y de inmediato un fuerte mareo me invade. Cierro los ojos de nuevo y trato de normalizar mi respiración, los abro y una punzada de dolor llega a toda mi sien.
-Buenos días, veo que ya has despertado- Una enfermera ha entrado, ya que logro reconocer su uniforme.
-Bu... Buenos días- Digo con esfuerzo -¿Dónde estoy?-
-Te encuentras en Hospital de California, ¿Dime como te encuentras?-
-Me duele un poco la cabeza- Cuando voy a tocar mi cabeza siento una pulsada a mis costados y gimo del dolor, la enfermera se acerca y comienza a chequear mis signos.
-Debes tratar de no moverte mucho- Me dice mientras inyecta un medicamento en el suero –Tu cuerpo se encuentra completamente golpeado, tienes dos costillas rotas, varios hematomas y ni hablar del fuerte golpe que tienes en tu cabeza –
-¿Sabe cómo me hice esto?-Niego-¿Acaso no recuerdas?- Niego con mi cabeza y veo que suspira tomando el expediente que se encuentra a pies de mi cama.
-Acá dice que te encontraron en una cera inconsciente, completamente golpeada, no se sabe si fue un auto que te arrollo o te tiraron de uno en movimiento- Abro mis ojos asustada- También informa que no tienes ningún documento de identificación- Cierro los ojos tratando de recordar lo sucedido, pero me es imposible hacerlo por el fuerte dolor de cabeza –No te esfuerces cariño, espera que poco a poco vas a recordar que sucedió- Hace una pausa mirándome fijamente -¿Por lo menos recuerdas tu nombre?- Yo asiento –Bueno por lo menos no tienes amnesia, dime tienes a alguien a quien podamos informar que estás aquí- Asiento y le escribo el nombre de la única persona que ha estado a mi lado –Bueno acabo de inyectar un tranquilizante así que vas a dormir un rato mientras yo misma me ocupo de llamar a la persona que está en este papel- Dice moviendo el número telefónico –Descansa- Sonrió y cierro los ojos de nuevo.
Muchas imágenes vienen a mi cabeza y en especial la de Mateo. Abro mis ojos asustada con mi respiración agitada y alguien toma mi mano y me asusto alejándome.
-Tranquila, cariño soy yo- Me dice mi Tía Míriam tomando mi mano –Tranquila mi amor- Poco a poco regulo mi respiración mientras mi tía limpia mi rostro que está bañado de lágrimas –Dime mi pequeña ¿Quién te hizo esto?- Niego con la cabeza y la abrazo con mi mano buena mientras empiezo a llorar en su pecho.
-Buenas noches, señoritas- Un hombre con bata ha entrado a la habitación.
-Buenas noches- contestamos al mismo tiempo mi tía y yo, veo por la ventana confirmando que ya ha oscurecido.
-Señorita Holmes ¿Cómo se siente?- El médico se acerca y empieza poner una pequeña linterna en mis pupilas, revisa mis signos mientras le respondo.
-Me duele mucho la cabeza y siento mucho mareo- Susurro. El médico apuntas algunas cosas en mi expediente y sin mirarme pregunta.
-¿Recuerda que paso? ¿Recuerda quién la golpeo de esa forma?- Dice lo último para mirarme, de inmediato niego y el doctor hace una mueca.
-¿Golpeo?- Pregunta mi tía.
-La señorita Holme tiene golpes por todo su cuerpo, en especial espalda- Dice el doctor completamente serio.
-¿Cómo sabe que alguien la golpeo doctor?- Vuelve a preguntar mi tía y yo solo los observo en silencio.
-Venga y véalo usted misma- El médico se me acerca y yo me asusto cuando me hace sentar en la camilla, siento doler todo mi cuerpo y mi espalda arde. El médico destapa mi espalada y escucho un grito de mi tía.
-¿Qué sucede? Tía ¿Qué tengo?-
-¡¿Quién te hizo esto Cristina?!- Alza la voz mi tía -¿Acaso volviste a ver a tu padre?- Abro mis ojos sorprendida y de inmediato los recuerdos vienen a mi mente. Cierro los ojos y una pulsada de dolor aumenta mi cabeza mientras recuerdo a mi padre golpearme con el cinturón, luego la discusión con Cristina y por último...
-¡Tía mi papá!- Empiezo a llorar –¡Mi papá necesita ayuda tía!- Trato de quitarme los cables que se encuentra conectadas a mi cuerpo, yo lucho para que me suelte, pero el doctor y otra enfermera que han entrado a la habitación me sujeta mientras inyectan algo en mi brazo y poco a poco pierdo la conciencia.
De nuevo escucho ese pequeño pitido que ya ha empezado ser molesto. Abro los ojos y mi tía me mira con tristeza.
-¿Qué sucede tía?- Susurro sin aliento.
-Dime algo- Hace una pausa –Él fue quien te golpeo y te dejo en ese estado –Cierro los ojos y me concentro hasta que recuerdo que mi hermana me arrojo por las escaleras.
-Al principio fue él, pero después...- Mi tía me mira molesta.
-¿Después qué? Cristina...-
Le cuento todo con detalle a mi tía. Desde que mi hermana hizo que me pasara por ella desde chicas y termino robando mi identidad hasta lo del matrimonio y por último la confección que nos hizo a mi padre y a mí. Mi tía no ha parado de llorar, se ha paseado por la habitación desesperada queriendo ella misma ir en la búsqueda de mi hermana.
-Tía, necesito que vayas y averigües qué paso con papá- Muerdo mis labios conteniendo más mi llanto –Necesito...- Cierro mis ojos y siento que mi tía me abraza.
-Tranquila pequeña, voy a buscarlo en su casa- Me dice limpiando mis lágrimas –Vamos a tener que enfrentar a tu hermana una vez por toda, así que pequeña tenemos que prepararnos –Asiento y mi tía se despide dándome un beso en mi frente.
Estoy muy preocupada por mi tía, lleva un día entero que no aparece y empiezo a sentir una sensación extraña en mi cuerpo. Lo peor es que no he parado de vomitar en todo el día y cada vez siento que no tengo fuerzas en mi cuerpo.
Escucho la puerta abrirse y mi esperanza de ver a mi tía se desvanece al ver al médico entrar con un semblante más relajado.
-¿Cómo te encuentras Cristina?-
-Camila- Le corrijo y él me mira sin entender –Cristina es mi gemela, asiente -Doctor, no paro de vomitar y el mareo cada vez es más fuerte- Cambio el tema, no quiero hablar de mi hermana.