Estoy en el bar tomándome unos tragos con Fernando mientras termino de contarle lo que sucedió con mi supuesta esposa, porque de algo estaba seguro es que esa mujer no es mi Camila, aunque se parezca demasiado.
-Vaya hombre, aún no puedo creer lo que me acabas de decir- Dice mientras yo contengo mi rabia.
-No sé quién putas sea esa mujer, pero te aseguro que esa no es mi Camila- Tomo el resto del trago y me levanto tirando unos billetes a la mesa –Pero te aseguro que ya mismo me daré cuenta de quién es-
-Espera- Fernando toma mi brazo deteniéndome –Es mejor que nos sentemos y pensemos con cabeza fría, ¿No crees?- Siento mucha rabia y mi amigo tiene razón, debo pensar bien las cosas antes de ir a cagarla.
-Tienes razón, debemos pensar que hacer y como desenmascarar a esa intrusa- Vuelvo a sentarme cuando siento mi celular, vibrar, lo saco y le muestro quién me está llamando a Fernando quien hace una mueca e ignoro la llamada, pero vuelve a marcar.
-Es mejor que contestes o podrá sospechar que tú sabes algo- Cierro los ojos conteniendo la respiración y contesto.
-Hola amor-
-¿Se puede saber por qué tardas tanto?- Muerdo mis labios conteniendo mi rabia.
-Lo siento amor, pero me llamo Fernando-
-¿Acaso es más importante que tú misma esposa?- Pregunta irritada – ¿Eso que se escucha es música?-
-Si mi amor, Fernando, está súper tomado y vine por él para llevarlo a casa- Mi amigo enarca una ceja –Bien sabes el problema que tuvo con esa mujer y lo dejo muy mal- Digo esperando su repuesta.
-Ehh, claro… Bueno, no tardes nos vemos- Cuelga.
-¿Qué problema tengo yo?- Mi amigo pregunta divertido.
-Ninguno imbécil, yo jamás le he contado algo sobre ti- Ambos bebemos y empezamos a planear lo que vamos a hacer.
Cada vez me siento más cansada y mucho más pesada. Mi estómago está muy grande de lo que debería estar normalmente.
-Tía, estoy preocupada por mi bebe-
-¿Por qué lo dices cariño?-
-Lo siento muy grande-
-Cariño, ya mañana vamos por una ecografía y nos dirá si algo malo está pasando- Asiento con mucho miedo. Tengo 20 semanas y mi estómago es enorme, la verdad es que mis sospechas se hacen cada vez más fuerte al sentir dos movimientos en mi estómago y el miedo inunda mi cuerpo. No quiero un embarazo múltiple, no quiero que mi hijo o hija pase por lo que yo pase con mi hermana.
A la mañana siguiente, mi tía y yo fuimos a consulta. Ahora me encontraba llorando con mucho temor, nos acaban de confirmar que tendría un embarazo múltiple y empecé a imaginarme que mis hijos iban a pasar por lo mismo que yo pase. Maldije internamente por haberme quedado en embarazo, ahora no podía hacer nada más sino que esperar… Esperar el mismo infierno que viví de pequeña con mis hijos.
-Cariño por favor tranquilízate- Dice mi tía abrazándome.
-No, tía, voy a tener gemelos- Digo entre llanto –Odio que vaya a ser gemelos-
-No digas eso, vas a tener doble amor- Me separo de mi tía bruscamente.
-¡Amor!- Digo sarcásticamente -¡Por favor! ¡Acaso no te das cuenta de que mis hijos van a pasar lo mismo que yo pase!-
-¿Qué quieres decir?-
-¡Que tendré un gemelo malo, tía!- Mi tía me mira con tristeza.
-No todos los gemelos salen buenos y malos-
-Sí, claro- Susurro entre llanto.
No podía dormir, las pesadillas dominaban ms sueños. Cada vez me sentía más agotada, tengo tanto miedo con este embarazo que a veces me pongo a pensar si lo mejor es dar a uno en adopción, separarlos para que no se pueda hacer daño.
-¡Estás loca!- Mi tía se pasea por la sala histérica, le acabo de informar que estoy pensando en dar uno en adopción –Tú no le puedes hacer eso, ambos son tus hijos- Susurra acercándose.
-Tía, amo a mis hijos, pero no voy a dejar que terminen haciéndose daño como mi hermana me lo hizo a mí- Digo al borde del llanto.
-Eso no va a pasar cariño- Dice mientras acaricia mi pelo –No vas a tener una gemela malvada-
-No te alcanzas a imaginar el inferno que viví por mi hermana, no voy a permitir que mis hijos pasen lo mismo- Mi tía suspira, no dice nada, solo sale por la puerta dejándome sola con mi tristeza.
Decidí caminar un poco, muchas cosas se venían a mi mente y no quería dejarme llevar por el miedo y terminar cometiendo un error. Porque estoy muy segura de que me arrepentiría toda mi vida si llegara a separar a mis hijos. Estaba tan sumergida en mis pensamientos hasta que mi cuerpo se estrelló contra otro, alce mi rostro para pedir disculpa, pero en ese momento sentí mi corazón detenerse.
-Tuuu…-