Está escena se sitúa antes de empezar el libro y muestra el por qué la relación entre Angie y André se rompió. (Obviamente eso se soluciona cuando André se entera de la verdad)
NARRADO POR ANGELIQUE:
Hoy es el gran día, en todos los sentidos. Por un lado mi querido hermano André se casa con la arpía de su novia y por otro lado estoy yo. Su obstáculo.
Desde un principio esa noviecita suya no me gustó para nada, pero lo intenté disimular y hacer un pequeño esfuerzo para la felicidad de mi hermano. Sin embargo, los meses anteriores a la boda vi comencé a ver actitudes un tanto sospechosas por parte de Laura y tenía que investigar.
Lo lleva claro si piensa que la voy a dejar casarse con mi hermano después de todo lo que he descubierto sobre esa perra (sin ofender a los perros).
Para no estar sola es esto, Violetta se ha ofrecido a ayudarme y ahora estamos las dos enfundadas en un ridículo vestido rosa fingiendo ser las perfectas damas de honor.
—¿Estás segura de que esto va a funcionar?—farfulla insegura y temblándole las manos. A Violetta nunca le ha gustado meterse en asuntos ajenos y se puede decir que le tiene miedo a Laura, pero después de descubrir lo que sabemos, no se ha podido quedar al margen.
—Tiene que funcionar.—digo en un suspiro intentando aparentar la seguridad que me falta.
André está muy enamorado de Laura y temo que lo que pueda decirle no sea suficiente, pero espero que si no cree en mis palabras, las pruebas hablen por sí solas.
Dándonos un último repaso al espejo, nos aseguramos que todo esté en orden y, agarrando mi cámara de fotos en una mano y apretando la mano de Violetta en la otra, salimos preparadas para arruinar la boda.
Al salir a la gran terraza, no puedo evitar que una fuerte ola de culpabilidad me alcance y me comprima el pecho. Están todos felices, riendo, abrazándose. Veo André saltar de un lado a otro saludando a todos y cada uno de los invitados con un abrazo eufórico aunque no los conozca.
Mentiría si dijera que lo que estoy a punto de hacer no va a matarme por dentro, al fin y al cabo se trata de la felicidad de mi hermano, pero es por su bien. Con el tiempo lo entenderá, estoy segura.
—¡Hermanita!—exclama jubiloso.
Sin previo aviso, me alza en sus brazos y empieza a darme vueltas en el aire sin parar. Suelto un débil chillido por el súbito gesto y André deja salir una fuerte carcajada que supone otro pequeño cuchillito directo al corazón.
—¿Que tal estoy? ¿Bien? ¿Me he pasado con la gomina?—me lo quedo mirando sin saber que decir.—Ya le he dicho a Marc que no me engominara tanto el pelo, ahora va a parecer cartón y...
—Estás perfecto.—lo interrumpo con voz ahogada y tragándome las lágrimas.
—¿Y entonces por que lloras?—inquiere frunciendo el ceño y acariciándome las mejillas como dulzura.
—Porque te veo muy feliz.—confieso forzando una sonrisa.—No creo haberte visto tan feliz desde hace mucho tiempo.
—Lo soy.—reconoce sincero y encogiéndose de hombros metiéndose las manos en los bolsillos del traje blanco.—Laura me hace el hombre más feliz. Tiene algo especial que me hace esforzarme más.
Claro, porque Laura se encarga de gastar cada euro que entra en tu bolsillo. Pienso conteniendo la repentina oleada de rabia.
—Te noto rara, ¿en serio estás bien?—insiste sin estar nada convencido.—Sé que entre tu y Laura la relación ha sido algo tormentosa, pero me alegro que estéis limando ls asperezas. Significa mucho para mí.—sigue hablando como si nada, sin darse cuenta de lo mucho que sus palabras me han afectado y me da un ligero apretón en los hombros.
—Sí, estoy perfectamente—declaro cuadrándome de hombros.—Lo siento.—cuando noto que ya no puedo controlar más las lágrimas, le doy la espalda y desaparezco por la puerta trasera de la terraza dejándolo con la palabra en la boca.
¿Por qué he tenido que meterme en esta situación? ¿No hubiera sido más fácil dejar que cada uno acarreara con las consecuencias de sus decisiones?
Cada día tengo que recordarme el por qué hago esto y siempre termino con el mismo argumento. Es mi hermano y lo amo como a nadie.
André ha sido el único que realmente ha estado incondicionalmente este último mes después de la partida de Kyle y ahora no puedo abandonarlo yo con esa ardía interesada.
—¿Angie?—la voz de Violetta me sobresalta e inmediatamente me seco las lágrimas y abro el grifo como si todo estuviera en orden.—¿Se puede saber por qué estás aquí encerrada en el baño en vez de estar destrozándole la vida a la novia cadaver?
—No estoy encerrada, solo me estaba lavando las manos.—finjo algo molesta por haber sido descubierta.
—Si, y por eso tienes los ojos rojos como el culo de un mono.—se burla sin una pizca de humor y sonrío con amargura.
Por el rabillo del ojo, me encuentro con su preocupada mirada a través del espejo y me debato internamente si debería contárselo o simplemente mentirle y decirle cualquier cosa.