¿Por qué hay que pedir abrazos? Porque hay veces que los necesitamos tanto y no hay nadie, tenemos ese nudo en la garganta que no nos deja respirar con normalidad, queremos un rinconcito para llorar, cuando tu cuerpo colapsa de emociones y justo te encuentras solo, no hay nadie que esté con los brazos abiertos esperando abrazarte mientras desahogas todo lo que llevas acumulando, todo lo que ya te desbordó, ese momento en que te rompes en miles de pedazos, solo deseas que alguien te abrace para no dejarte caer, pero solo está la soledad de la pieza oscura en la que lloras debajo de las sábanas, deseas hablar con alguien y nadie se acuerda de tí, ves tu celular con esperanza al oír que llegó un mensaje, pero son para otras personas, miras y miras pero no pasa nada, solo esperas un: hola ¿Cómo estás?
Pero no hay nada y más te sumerges en la necesidad de tener a alguien para ti, que diga no me hablas ¿Estás bien?, pero también sabes que eso no pasará, ya te resignaste a estar sola, que a pesar de que entregues tu amistad, tu cariño más sincero, nadie lo valora, no eres suficiente para tener el afecto de alguien más.
Te abrazas a la almohada buscando refugio, la contención que necesitas, las lágrimas corren inagotables mojando todo a su paso.
Te acurrucas más debajo de las sábanas como si alguien te abrazara, para sentirte protegida del mundo y hundes más la cabeza en la almohada mojada por las lágrimas, imaginando que es alguien que te aferra a su pecho dándote fuerzas para continuar hasta quedarte dormida.
Cuando despiertas sigues abrazando la almohada, pero la luz del día te dice que solo soñaste lo que anhelas, anuncia que debes volver a ponerte la máscara de felicidad y hacer como si no te doliera la soledad, solo esperas a que vuelva la noche para soñar que te abrazan dándote fuerzas para comenzar cada día.