Dicen que los villanos siempre quieren destruir el mundo, pelear con el héroe, robar un banco, matar o hasta hacer daño a sus seres queridos. Pero nunca dicen el por qué lo hacen, ni cuáles fueron sus decisiones para llegar a ese camino, sus motivos de tener tanto odio o esa necesidad de venganza.
A mí me llaman villano, uno despiadado y sin corazón. Lo único que puedo decir es que el dolor y sufrimiento que he vivido, los recuerdos de mi padre o de ella, me han destruido. Este cambio no fue repentino. Todos los golpes, abusos, manipulaciones y frases vacías de cariño me transformaron en lo que soy hoy en día. Aunque intentara curarme, ya estaba demasiado roto como para lograrlo. Ese Elías que pensaba que todo iba a estar bien, que el mundo aún tenía esperanza y bondad, desapareció. El amor y la amistad no lo salvaron. Fue un intento fallido que terminó cambiándolo todo. Ya estaba demasiado roto y lleno de odio como para que funcionara.
Si hubiera sabido lo que pasaría, hubiera intentado evitarlo, pero fui demasiado ingenuo y débil. Así que decidí cambiar y dejar al tonto y confiado Elías atrás. Y no voy a mentir: he podido sobrevivir a todo esto sin ayuda, aunque sigue siendo difícil. Este cambio me ha ayudado y pienso hacer pagar a todos los que me hicieron daño.