Doloroso amor

6

Cuando Sofía tomo su auto y comenzó su camino a su destino alguien la estaba viendo desde la obscuridad.

La mirada que le aventaba era tan dolorosa y con impotencia llena de coraje y rencor.

Pero ella con aún poca inocencia no se percató de ello, por otro lado está aquel joven apuesto que le a llamado la atención.

Realizando una llamada telefónica haciendo que sus contactos comienzen a moverse y le agan una investigación a profundidad acerca de la chica que a llamado su atención.

Sofía llegando a su casa hace el llamado a seguridad para que me dejen entrar, ya dentro de la casa está estaciona el carro y se adentra a la casa, pero antes de ello ve que solo las luces de la sala están encendidas de le hace raro ya que siempre a estas horas no hay nadie.

Valla sorpresa se llevó cuando entro estaba Ernesto sentado en los sillones poco le interesa ya que siempre le recordó que ella era poca cosa para el.

Sofía

Valla me sorprendí, aún así camine como si no existiera, pues creí y estoy segura que solo está esperando a Rosa y camino directo a las escaleras.

Veo que se levantó y camina a mi aún así no presté mas atención y segui mi camino.

- Sofía - me llama su tono tan varonil que me enamoro la primera vez que lo escuché, su perfume su olor tan característico de la loción y más que nada su rostro que tonta sigo enamorada.

- Si, que necesitás - se lo dije en mi tono normal ya sin seducir pues ya me cansé.

- ¿Donde demonios estabas? - me sorprende que me lo diga pues nunca me presta atención.

- Salí por hay, así que si le disculpas necesito descansar.

Camine de nueva cuenta a las escaleras, pero el no me dejó seguir caminando pues me tomo de mi brazo, cuanto soñé que me tocará, cuanto dece que me tomara y me besara, pero todo se fue al diablo ayer así que solo dirijo mi vista a su agarre y me suelta.

- ¿Que? - le hable de una manera tosca, pues como se atreve a tomarme ahora después de tanto tiempo me cansé de su espera. - que es lo que quieres - volví a decir.

No dijo nada, quedó sin habla alguna solo agachó su vista.

- No hablas.

Silencio, un tétrico silencio reino en la sala, un sonoro chirrido de tacón se hizo presente no tendría que pensar mucho para saber quién diablos es.

Subí las escaleras a paso lento mientras el que es mi "esposo" y su "novia" se abrazaban y besaban, y pues yo camine a mi habitación.

Llegando a ella me desise de los zapatos y fui al sanitario abrí la llave del grifo y darme una ducha. Sigo del baño y en el camino me voy desnudando, ya me encontraba solo con ropa interior y entra Ernesto.

No digo nada, el está igual ni dice nada en absoluto, está mudo aste que recuerdo que estoy desnuda le gritó.

- SAL DE MI HABITACIÓN.

Sale despavorido, que vergüenza.

No espere más tome la toalla con furia pues me vio desnuda y creo que asta con deseo y lujuria que  expresaban sus ojos.
Pues que no llena con lo que tiene ya que me deje en paz aunque lo siga amando no dejaré que se aproveche de lo ocurrido no ya no más. Ya no me doblegare ante su rostro bonito ante su perfecta silu... Que diablos mejor me daré un baño y dejaré de pensar en ello.

Después de bañarme en tan deliciosa agua junto a un jabón aromático salgo con una toalla alrededor de mí cabello y otra en mi cuerpo.

Mi cambio fue de una simple pijama que cubriese mi cuerpo desnudo, cuando me veo en el espejo solo pude ver el reflejo de tan hermoso hombre del centro comercial.

Mis ojos me juegan una mala jugada cuando veo a Ernesto parado en la puerta ya que el maldito espejo lo reflejo.

- ¿Que es lo que quieres Ernesto?, Si  no vez estoy demaciado ocupada viéndome en el espejo - si mi tono salió tan tosco y altanero que no me importó nada, pero la verdadera pregunta es ¿Que hace aquí? si nunca tomo la iniciativa de entrar.

- Solo quería saber si estás bien. -  abrí a más no poder mis ojos el preocupado ya no me agas reír.

Ante aquel pensamiento que tuve me eché a reír, mi risa se ollo asta el primer piso, no puedo creer lo que estoy escuchando.
Su mirada es perpleja, no dice nada creo que su poca inteligencia de fue porque solo expresa confusión.

Ya dejando de reírme de la desgracia ajena, tocándome mi estómago porque me a dolido de tanto reír le dije - Bueno como vez estoy bien así que de manera poco grosera te pido que te vallas de mi habitación ya que necesito dormir.

Y así fue se larga de mi vista y yo con toda mi sangre caliente de coraje, tratándome todo estos 10 años maldito idiota ya te aguante tanto ahora va la mía.

Y con esos pensamientos me fui a dormir enredanome entre las sábanas y con unos bellos ojos verdes.




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