Capitulo 1.
Hazel se encontraba en un departamento oscuro y completamente sola, lamentándose por todo lo que tuvo que pasar para llegar a ese punto, queriendo tener esa paz que siempre anhelo pero no ha podido conseguir, los peores años de su vida, lo más desastroso y horribles que le ha tocado vivir, haciendo a un lado a una persona que alegro aunque sea una parte de su corazón que aun no se encontraba desolada, ni desahuciada y mucho menos gris.
Pero como haces cuando hasta tus padres te odian por nada más que cochino dinero, de alguna manera eso le dio el impulso para seguir y no dejar que ellos terminaran de acabar con ella, porque algo bien claro si tenía y eso es lo que la asfixiaba y no la dejaba seguir siendo la misma de antes es que la mayor parte de ella está acabada, que ya no tiene vida y no hay luz que pueda alumbrar ese lado tan obscuro que en ella hay, quisiera ser la misma, quisiera vivir como antes, quisiera no estar escondiéndose, quisiera ser libre, porque es presa de las decisiones y el odio de sus padres, porque si algo aprendió de todo eso es que el confiar tan ciegamente en una persona te puede hacer caer.
2007
Es el primer día de clases de Hazel en la universidad, está feliz a pesar de no tener el cariño de sus padres, se siente feliz porque sabe que allí en ese instituto no va a tener las reglas de sus padres encima, ni restricciones, ni gritos ni nada que la haga sentir mal.
Pasó por las enormes puertas del instituto siendo exageradamente observada por todos los que están en el pasillo, su corazón latía acelerado y sentía un poco de incomodidad al ser vista tan fijamente por tantas personas pero eso no la detuvo y siguió a paso seguro hasta la oficina del director.
Observo detalladamente la oficina y todo es de color café, es acogedor y reconfortante como las paredes combinan con todo lo que hay en la oficina y los muebles blancos le dan ese toque elegante.
Su mirada se detuvo en el hombre que se encuentra detrás del escritorio que se ve un poco mayor, con el cabello totalmente cubierto por canas, le hizo un ademán para que me siente y cautelosa avanzó y se sentó.
— Buenos días y bienvenida señorita Born— Hazel sonrió— aquí esta su horario y crono grama de clases— ella lo tomo observando y tratando de entenderlo.
— Muchas gracias— le dio una última sonrisa y salió en busca de su mi primera clase.
Camino buscando pero no sabía cuál era el aula veinte, mientras caminaba tenía los ojos clavados en el horario pero no terminaba de entender y el crono grama de las clases no ayudó en lo absoluto, camino un poco más y quiso pensar que la persona que veía desde la distancia la podía ayudar.
Por la parte de los casilleros había un chico sentado en el piso, se acercó para preguntarle pues no quería llegar tarde a su primera clase el primer día.
— Hola, disculpa— logro tener su atención con solo acercarse, es un chico muy guapo, músculos bien definidos, barbilla marcada, una semi barba que lo hace ver un poco maduro y unos ojos miel totalmente hermosos, su mirada es tierna y dulce como la misma miel— soy Hazel Born soy nueva y no sé dónde queda el aula veinte ¿me podrías ayudar? — este asintió y se levantó del lugar en donde estaba.
— Hola Hazel yo soy Igor Millán, ven sígueme te llevare a la clase del profesor Rodríguez. — tomó sus cosas y comenzó a caminar.
Fue detrás de él siguiéndolo hasta el salón del tal profesor Rodríguez, para su sorpresa iba a la misma clase que ella y se preguntó ¿por qué no había entrado? ¿Por qué estaría sentado en el piso? Llego a la conclusión de que serian preguntas a las cuales no les encontraría respuestas y tampoco se iba a entrometer en la vida de la persona que acababa de conocer.
Duro toda la clase pensando en aquel chico de ojos miel que estaba sentado detrás de ella, sin razón aparente pero es que había algo de él que la incitaba a observarlo, después de eso todo siguió su curso tal y como esperaba. Igor después de esa clase no la dejo sola ni un minuto, era algo que en realidad no esperaba.
Hacer un amigo el primer día realmente la desconcertó, de igual manera se dejo llevar y pudieron aprender muchas cosas el uno del otro, le agrado mucho pasar todo el día de clases con él.
Ya estaba llegando a su casa y vio que los autos de sus padres estaban allí.
Pero ellos tenían trabajo hoy ¿no?
Entró y escuchó gritos provenientes de la habitación de ellos y subió a ver qué pasaba, se asomó por la orilla de la puerta y estaban gritando, se ven desgastados pero más su papá, se calmaron y comenzaron a hablar otra vez.
— Pero no le dijiste que te esforzarías para ganarte su confianza otra vez—pero ¿a quién le tenía que decir? no estaba entendiendo nada—necesitamos ganarnos a ese viejo si no todo se nos viene abajo.
— Si, hice todo lo que estaba en mis manos pero él dijo que por ser irresponsable y no haberle dicho lo que en realidad pasaba no me merecía su confianza otra vez—su cabeza era un lío y eso la confundió más — y lo peor no quiere ni que me acerque y me terminó de desheredar ahora tenemos que trabajar duro para mantener esta casa—frunció el ceño y ella, su madre puso cara de asco.
— Y no te olvides del engendro— ¿engendro? ¿Qué engendro? Vio que estaban a punto de salir y corrió hacia su habitación allí se encerró y no podía dejar de pensar en todo lo que dijeron y a torturarse con preguntas que no sabía si algún día tendrían respuestas.
Actualidad.
Escuchó unos ruidos provenientes de la puerta, según su abuelo allí estaría segura pero en ese momento no lo sentía ni creía así, se sentía vulnerable, tenía mucho miedo, todo estaba en silencio y oscuro se acercó a la puerta y vio por el ojo de esta y estaba el mismo tipo que le persiguió la ultima vez, en un momento se quedó estática ahí pensando en que hacer y recordó que estos apartamentos tienen escaleras de incendio, recogió todo lo que tenia y caminó hacia la ventana.