Doloroso Ser

No todo es color de rosa.

Capitulo 2.

Habían llegado  al apartamento de Igor, ella no había dicho nada desde ese entonces y él no había mencionado el tema y así esta bien pero no todo es color de rosa, no todo es lo que tu quieres que sea.

—Hazel...—y así rompió el silencio que ella tanto quería conservar—me puedes no sé... explicar ¿que fue eso?—porque siempre buscando respuestas a preguntas que no las tiene o ¿si?.

—Bueno...¿como te lo explico? es una larga historia —le sonrió queriendo evitar el tema pero su rostro reflejaba lo poco  contento que se encontraba por esa respuesta.

—Vamos Hazel, tengo todo el tiempo del mundo—se acercó más a donde estaba ella—te escucharé atentamente— bufó porque sabia que de allí no iba a salir sin explicarle bien lo sucedido.

—Estaba sentada en el sofá de mi apartamento y comencé a escuchar sonidos muy fuertes desde mi puerta, me acerqué para ver por el ojo de ésta y vi que era uno de los sujetos que me han estado persiguiendo—paró para tomar aire, se le hace un poco incomodo contarle esto a alguien —quedé en shock ante la presencia de ese hombre ahí, no sé como me encontraron, no sabia por donde salir y recordé que en esos departamentos hay escaleras de emergencia recogí todas mis cosas y ya estaba a punto de cruzar por la ventana cuando escuche un disparo y acelere el paso y baje las escaleras, fui a una tienda a llamar y al salir venían los dos sujetos que durante todo este tiempo me han perseguido y corrí sin mirar atrás y fui a parar a un callejón—volvió a parar para respirar un poco y continuar —me escondí detrás de unos contenedores donde hice lo imposible para que no me agarraran pero mis intentos se fueron a por el caño cuando hice un mal movimiento y me agarraron, forcejee y los golpee dando me tiempo para escapar y eso hice, ahí es donde entras tu casi atropellando me.

—Lo siento por eso—dijo apartando su mirada de la de ella—pero eso no es todo ¿verdad?—ella asintió—porque todavía no entiendo porque te persiguen— se supone que no debería decirle, que no debería exponerlo pero pensó en que se lo debe, por todo lo que hizo hoy por ella merece la verdad pero todavía no, no estaba lista.

—Una por vez, es una larga historia que te iré contando poco a poco—le sonrió y él le devolvió el gesto, se quedó observándolo detenidamente y notó que se veía más maduro, mucho más guapo, que conservaba la misma barba que lo hace ver más varonil, sus ojos miel que van tan acorde a su hermoso cabello rojo como el fuego, no lo veía desde hace siete años que empezó todo pero nunca quiso decirle nada por miedo a perjudicarlo.

—Esta bien—no se inmuto en ningún momento sus ojos miel están clavados intensamente en los de ella, extrañaba esas miradas  de él llenas de amor que siempre le regalo porque así ella estuviese ridículamente enamorada de Emiliano él nunca se alejó de ella y le agradecía eternamente por eso, se ve que ha trabajado más en su figura, tiene la espalda más ancha y los músculos más pronunciados—bueno creo que vas a querer descansar un poco, mientras yo voy a comprar algo para la cena—la llevó hacia su habitación pensando en que esta vez no perdería su oportunidad, que la vida se la devolvió y aprovecharía, la dejo allí y salio.

Caminó despacio y se acomodó en la cama y se quedó dormida oliendo el agradable aroma que las cobijas desprendían.

*********

Se levantó un poco alarmada viendo a todos lados después recordó que estaba en el apartamento de Igor y se calmó.

Caminó despacio dándose cuenta que no había visto bien la habitación, pudo ver lo  varonil que se veía , el color azul de las paredes  que combinaba con el sofá y la cama que son negras, tiene otras cosas que van acorde con la habitación y me contagia una tranquilidad inigualable.

Su mirada se centro en la gran caja blanca que se encontraba en el sofá, camino hacia allá percatándose que aun lado de la caja yacían unas zapatillas negras y sobre la caja una nota.

''Ponte esto para cuando vengas a cenar.

con cariño Igor.''

Sonrió ante el gesto que tuvo Igor, abrió la caja y  encontró  un vestido turquesa, cuello en forma de "V", manga tres cuartas y con una cinta dorada que  imaginó  es como un cinturón o algo así, pero es muy bello.

 Fue a ducharse, trato de relajarse un poco al sentir el agua recorrer por todo su cuerpo, se lavó con mucha paciencia haciendo el baño mas ameno, tenia tanto tiempo que no se sentía de esta manera, pensó. Es sumamente refrescante sentirse un poco más viva, más libre y eso de alguna forma le gustaba mucho.

Salió de la ducha, se envolvió en una toalla y se secó el cabello con una toalla y lo dejó suelto se le formaron unas leves ondas que con el pasar de los minutos volverá a su lacio natural, por eso se acostumbró  a hacerse las ondas con el secador.

Salió del baño y se comenzó a vestir, después de estar lista se observó en el espejo y se dio cuenta lo hermosa que se veía con ese vestido el cual sin ocultarlo hacia ver sus senos más grandes de lo normal, el pequeño cinturón dorado marcaba a la perfección su cintura  para después caer en muchos pliegues ligeros, se puso las zapatillas y se vio completa  en el espejo, quedó sorprendida tenia años que no lucia así de bien, hasta su cabello que últimamente se encontraba maltratado y sin vida, se miró  una ultima vez y salió hacia el comedor.

Se encontró con una mesa para dos, bueno en si es para cuatro pero lo arregló como si fuera para dos pensó ella sentándose  y comenzaron a comer. Todo se mantenía en silencio solo se escucha el movimiento de los utensilios de plata y sus bocas masticando,  pensó en todo el tiempo que no pudo comer de esa manera que disfrutó hasta la ultima  gota de comida.




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