Capítulo XI.
Estamos todos sentados en el sofá viendonos las caras, tenemos más de cinco minutos N eso y ninguno ha dicho ni una sola palabra.
No entiendo que es lo que está pasando o lo que estamos haciendo pero de mi parte me da mucho miedo decir algo, es como si fuera a decir algo fuera de lugar, tengo muchas ganas de saber que hacen aquí, aunque tengo una idea por todo lo que pasó hace unos años quisiera que ellos hablarán y ya pudiera dejar eso en el pasado de una vez por todas.
Es necesario aprender a afrontar el pasado pero es muy difícil cuando lo tienes al frente de ti.
—Bueno—habló Igor rompiendo el silencio— aquí estamos juntos otra vez los cuatro para arreglar lo que hizo que nuestra amistad se rompiera—como si fuera tan fácil.
—Hazel— comenzó Emiliano y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo— disculpame si, lo siento tanto, yo no quise hacerte daño porque tú sí me gustabas—quede sorprendida—pero me vi obligado a hacerlo, tus padres o bueno tu madre me amenazó y no tuve más opción que romperte el corazón y con eso, el mio—no era algo que me extraña pero con qué fin el querer hacerme tanto daño—ella me dijo que si no te rompía el corazón te llevarían lejos y te harían mucho daño.
»Se aprovechó de lo que sentía por ti para manipularme, no sabía que ehacer porque de las dos formas ibas a sufrir pero igual preferi romperte el corazón a que ella te hiciera algo peor—sabia que ella me detestaba pero el que llegara a tanto me sobrepasa.— lo siento.
—Amiga—voltee hacia Sam— lo siento, siento tanto el haber dejado que tú madre se saliera con la suya, ella nos dijo que dijéramos eso porque si no te mataría, pensé que era una broma pero llegó un hombre de tu mamá y nos apuntó con un arma bajo las órdenes de Sandra repitiendo como amenaza que nos alejaramos de ti—ella es un monstruo—y lo tuvimos que hacer, preferimos eso a que te mataría, no teníamos a quien decirle lo que pasaba pero al ver después de tu partida a Emiliano tan triste decidimos que era hora de contarlo y él hizo lo mismo.
—Hace una semana contactamos a Igor y le contamos todo—ahora es Verónica la que habla—y él nos fue a buscar hoy—bajo mi rostro y veo como Emiliano agarra poco a poco su mano y ella se da cuenta de que vi eso y ella lo suelta.
Subo el rostro y la miro sonríendo.
—No, no lo hagas, no es culpa de nadie que al pasar el tiempo ustedes se hayan enamorado, yo estaba confundida pero a como vieron ya me di cuenta del error que había cometido, de lo ciega que estaba por no ver qué del que siempre estuve enamorada era de mi mejor amigo y agradezco a que mis sentimientos se confundieron porque si no fuera así al que hubieran alejado de mi habría sido a Igor—tome aire—y no lo tendría como ahora, comprendo su situación y no tengo nada que perdonar porque ustedes vieron por mi antes que por ustedes.
—Y bueno, celebremos que nos reencontramos— dijo Igor.
Nosotras tres nos fuimos a la cocina y comenzamos a preparar algo para comer mientras nos poníamos al día con nuestras vidas, les conté lo que había hecho Igor por mi antes y lo que había estado haciendo ahora, se emocionaron por lo que está pasando porque siempre supieron lo de Igor pero dejaron que me engañara al punto de quiebre.
No podía estar más feliz de haberlas recuperado pero me daba miedo el hecho de mi madre estando detrás de mi para acabar conmigo.
Lo bueno es que tengo a Igor que sea como sea no va a dejarne, sonrió tontamente al pensar en que me perdí de disfrutar del verdadero amor junto a él por estar de boba.
Aunque suene drástico, de verdad siento que fue y es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Estoy un poco confundida con todo lo que ha pasado, ellos aquí, mi amor creciente por Igor y la locura de que todo está en calma.
Todo a partir de hoy cambiará y ojalá sea para bien, no necesito más tragedias, decepciones, persecuciones y desamores en mi vida.
Creo que necesitaba esto para estar más fuerte y resistir cualquier cosa que venga, además debería de entregarle todo a Sandra para así poder ser feliz.
Terminamos de cocinar y pusimos todos en la mesa del comedor, nos reímos sin parar con las anécdotas de los chicos.
Esto me recuerda los vieja tiempos cuando íbamos por helados y nos reíamos de cualquier cosa.
Es agradable tener un momento así después de tanto tiempo.
Espero y nada arruine esta nueva felicidad que está llenando mi vida de colores maravillosos.