Jenks.
Hace catorce años.
La presión de un par de manos en mi pecho me hace abrir los ojos de golpe debido a la falta de aire, miro a mi alrededor intentando descifrar algo en medio de la oscuridad, pero entonces me topo con los ojos de mi hermana a centímetros de mi rostro.
—No estamos en casa, Jenks —su voz es apenas un susurro y la respiración la tiene hecha un desastre — Y creo que nos llevan a algún lado.
El rebote repentino de nuestros cuerpos me hace consciente de que vamos en lo que parece la parte trasera de un auto, pero no puedo reconocer nada a nuestro alrededor, ni siquiera logro ver hacia afuera debido a las ventanas oscuras. La cabeza me duele y mis sentidos parecen estar despertando de forma lenta. Amelie tira de mi cuerpo bruscamente.
—Tengo un mal presentimiento.
Como un instinto me cubre con su cuerpo al percatarse de que nos hemos detenido, mi sistema nervioso parece reaccionar y ahora todo mi cuerpo se encuentra alerta, a la expectativa de que sucederá ahora.
Las puertas traseras son abiertas por un hombre, viste completamente de negro y una mascara cubre su rostro es gris con algunos detalles como cicatrices, Amelie aprieta su agarre al rededor de mi brazo.
—Los pequeños lideres.
Su voz es rasposa e intimidante, de inmediato aparecen dos personas mas las cuales se encargan de sacarnos a rastras del auto, aun cuando pataleamos y nos resistimos somos tirados al suelo frio de la calle, Amelie en ningún momento me suelta.
—No tengan miedo, los llevaremos a un lugar... acogedor —uno de los hombres habla con burla antes de acercarse a nosotros —Ya que quieren estar juntos.
Con un movimiento brusco enreda una cadena gruesa en nuestras muñecas y así unidos nos obliga a subir a otro vehículo.
—¡Cuando mi abuelo sepa esto serán carne muerta! —el grito de Amelie los hace reír.
—Cállate, mocosa.
Y de un golpe volvemos a caer inconscientes.
°°°°
Un golpe seco resuena en el horrible lugar donde nos tienen, corro rápido al lugar donde ha caído el cuerpo de mi hermana. Hay heridas nuevas en su rostro, le han tumbado uno de sus dientes y el ojo izquierda esta casi por completo cerrado debido a la inflamación, la escucho suspirar.
Como puedo la arrastro hasta el sucio colchó donde nos hacen dormir. No sé hace cuanto estamos en este lugar, es como una especia de bodega abandonada, hay mucha humedad, animales e insectos que nos caminan en la noche y un olor asqueroso al cual no me acostumbro aún. Amelie suelta un quejido cuando la suelto.
—Lo siento, hermana.
Ver su estado me preocupa, aunque también he experimentado torturas por alguna razón Amelie siempre vuelve mas herida, además también se la llevan mas veces. No se que es lo que quieren o porque nos trajeron acá, pero espero que papá este haciendo todo lo posible por encontrarnos; no creo que Amelie resista mas.
—No pasa nada, Jenks —parece percatarse de mi preocupación — Yo puedo resistirlo todo.
—Buscare la forma de salir —tomo su mano herida entre las mías y ella intenta sonreír.
—Jenks, cuando todo esto termine, tu y yo podremos ser felices.
Su sonrisa se vuelve mas grande y por un momento mi corazón siente alivio. Sé que estando juntos nada podrá derribarnos, no importa que tan duro sea, no importa cuanto intenten separarnos, somos uno solo. Dos cuerpos, un solo corazón.
°°°°
—¡Devuélvanme a mi hermano! ¡hijos de puta!
Los gritos de Amelie se hacen mas audible mientras mas nos acercamos. Mi cuerpo adolorido no puede moverse, esta vez la tortura ha sido mas dolorosa, he perdido la cuenta de todos los golpes que he recibido, tengo cortaduras en los pies y partes del torso, además de quemaduras leves en todo el cuerpo, tan solo respirar me duele.
Esta vez ni siquiera me han quedado fuerzas para volver caminando y el hombre que carga mi cuerpo me deja sin ningún tipo de cuidado sobre el suelo frio y duro, Amelie corre hacia él con la intención de atacarlo, pero otro mas la detiene.
—Te conviertes en una fiera solo cuando es el turno de tu pequeño hermano —la burla es notable en su voz.
Siento como se acerca a mi cuerpo, mientras mi hermana forcejea intentado llegar a mi lado.
—Divirtámonos un rato —acerca su cuerpo sudoroso a mi, siento su aliento tan cerca que me provoca arcadas — Golpearlo no es suficiente.
—Solo déjalo, hombre —el otro tipo habla — No nos pagan para esto.
—Es solo entretenimiento.
Su mano toca mi cabello, mi cuello y luego se cuela por mi camisa, siento su palma fría contra mi torso herido y quiero moverme, pararlo, pero mi cuerpo no responde.
Es Amelie quien reacciona, la escucho lanzar un grito bestial, como el chillido de algún animal y aunque no logro ver muy bien desde mi posición si logro percibir el sonido de la carne siendo atravesada, el hombre que la sostenía se queja, pero ella no se detiene y con su grito de guerra llega hasta mi, clava lo que sea que sostiene en la garganta del tipo a mi lado provocando que el liquido caliente me empape la cara, no se detiene en ningún momento, clava una y otra vez el objeto aun cuando su rostro esta lleno de sangre al igual que mi cuerpo. Es alguien mas quien se encarga de separarla.
La escucho lanzar otro grito, como si rasgara su garganta y con su cuerpo intenta cubrir el mío, es como un animal acorralado. Ya no parece mi hermana.
°°°°
Han pasado un par de días sin torturas, para ninguno de los dos. Aunque ya puedo moverme mi cuerpo aun se encuentra adolorido y mis heridas frescas.
Antes nos turnábamos para dormir, pero desde el incidente de hace unos días Amelie no duerme y yo quiero estar junto a ella, pero la pesades de mis heridas junto a la falta de comida me mantienen cansado y sin quererlo termino desmayándome.
—Saldremos juntos de esto.