Dominados

15

Connor

La única explicación qué podía darme una respuesta del por qué estábamos aquí era creer que todo esto era un castigo por haber infligido alguna ley.

¡¿Pero qué estoy diciendo?!

¡No podía ser cierto!

¡Yo era inocente!

¡No debía estar aquí!

¡Yo no he cometido ningún delito!

¡Mi lealtad siempre ha sido hacía el Régimen!

¡Ellos no podía castigarme!

¿O sí?

La verdad ya no tenía idea.

Eran tantas la ideas que estaban rondando dentro de mi retorcida cabeza, pero ninguna parecía tener una solución lógica, como sí estuviese vagando dentro de mi mismo esperando encontrar una simple salida.

Eso me hacía sentir paranoico.

¿Por qué no podía actuar como Nick?

Él solo caminaba de un lado a otro, como sí todo el miedo que demostró tener hacía solo unos segundos lo hubiese reprimido tras el rostro de un chico tímido que intentaba verse rudo.

Sabía que en el fondo el no podía ocultar el miedo que expreso porque eso era lo que delataba las emociones que iban encontrar de lo que eramos.

Imperfectos.

Seres obligados a servir.

Padre nos decía que nosotros debíamos de esconder nuestras emociones en situaciones como esas porque solo así el Régimen podría ver lo capaces que eramos de mostrar la rudeza como un sinónimo de seriedad. Esa era la razón del por qué Tyler era así conmigo.

Me gustaría saber como actuaría en una situación como esta.

Atrapado con Nick en este absurdo lugar que parecía más bien ser una prisión, sin salida.

Solo había paredes, el gran piso firme y...

—¡Oigan! —...las inevitables sorpresas.

Shane

—¡Estupendo! —Mireya se estremeció al ver como la arena dio paso a la primera señal— ¡Ya va a empezar!

—No puedo creerlo —y mi madre tenía el mismo interés que Mireya ya que deseaba tanto poder verla perder— ¡Son tan hermosos!

—Y que lo digas, Marron. Ahora sí vas a ver lo que es arriesgar tu dinero en algo que sí valga la pena.

Connor

— ¡Qué esta pasando!

—¡No lo sé! —respondí— ¿Se siente extraño, como sí fuese un...?

—¡Temblor!

—¡Eso es imposible!

—¡No lo es!, ¡Miren!

Nick y yo nos separamos de la multitud al momento que el temblor comenzó a aumentar su magnitud.

El piso temblaba como sí algo lo estuviese alterando.

Corrimos junto con la gran horda de Imperfectos, al notar que la escala del temblor seguía aumentando, solo que ahora era debido a una fuente que se estaba originando en el centro.

—¡Miren! —gritó uno de los Imperfectos— ¡El centro se esta elevando!

—¡Imposible! —gritó otro— ¡Qué esta pasando!

—¡Creo que están abriendo una especie de compuerta!

El área central de la arena se elevó un metro de distancia, dándole fin al temblor y trayendo consigo otro problema.

La gran abertura era una compuerta que al momento de abrirse liberó una extensa nube de polvo que cubrió solo una pequeña parte de la arena.

Era gris, espesa y entre ella se podían distinguir unos misteriosos destellos que provenían del centro.

Eran Luces.

Ligeros destellos multicolores que a simple vista parecían ser inofensivas pero que fueron creciendo a tal punto que sus facciones podían tener las mismas características que las de un ser humano, todo con la excepción de la piel.

En vez de ser clara u oscura sus tonos parecían ser como de videojuegos.

Azul, rojo, verde, amarillo, morado o naranja.

—Wow —era obvio que para Nick esto era como volver a jugar LaserTag.




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