Connor
Siempre imaginé que seguir las reglas era el camino perfecto que me llevaría a la seguridad.
Servir, Obedecer y seguir, la idea que en realidad solo se trataba de una vil estupidez comparada con la realidad.
—¡No! —no importaba cuan leal fueras...
—¡Auxilio! —...las reglas que obedecieras...
—¡Ayuda! —...o que tanto sirvieras...
Todo llevaba a lo mismo.
La muerte.
Porque eso eramos para el Régimen.
Basura.
Miembros que solo debíamos guardar silencio y ver como nos torturaban, como en ese instante. En un segundo estábamos esperando mi turno para ser medicados y al siguiente notamos como un miembro del Sexo Perfecto golpeo la salida de emergencias, como sí estuviese intentando advertirnos algo.
Gritó constantemente "cuidado" y al siguiente...
Bang.
...solo había silencio.
—Por favor guarden la calma —Tano quería hacernos creer que todo estaba bien. Pero los miembros no opinaron lo mismo.
Gritaron al momento de ser inyectados creando una revuelta y los guardias comenzaron a tomar carta en el asunto.
Desde diversos puntos se vieron a miles de miembros de edad adulta apuntándonos armas, las cuales disparaban darnos que al momento de tocarnos caíamos en un profundo sueño.
—Muchachos, créanos que queríamos hacer esto de la manera fácil, pero tendremos que hacerlo de la difícil —y la orden se dio.
Escapar era imposible.
Los guardias comenzaron a disparar a quien sea desde cualquier punto, arrojándolos en un profundo sueño, desde los chicos de las gradas hasta mi que estaba a punto de ser inyectado.
Una pequeña aguja cruzando mi piel, dándole paso a una sustancia que me hizo ver todo borroso y escuchar lo que ocurría.
Los gritos, el miedo y chicos siendo sedados.
¡Aguarden un segundo!
¿Acaso dije chicos?
La cabeza me estaba dando demasiadas vueltas.
Por cada segundo que intentaba mantenerme despierto sentía como más palabras que antes no conocía comenzaron a rodearme como simples suspiros.
Empleos...,
... Estudios...,
... Escuela...,
...Trabajos atrasados de matemáticas...,
...Videojuegos...,
...cómics...,
...marihuana...,
...Y...
—¡Ahhhhhh! —quien era en realidad...—¡Ahhhhh! — antes de que toda esta mierda comenzara.
Ya no eran palabras sino recuerdos.
Los días en que vivía atrapado dentro de esas aulas viendo a los profesores tratándome como idiota porque no comprendía la diferencia entre el valor de "X" y "Y"..., Cameron, Levi y yo Robándonos la marihuana que el vecino cultivaba para fumarla..., las esas noches que nos desvelábamos jugando PS4 o creyendo que la versión de Batman con Robert Pattinsion sería un total fiasco.
Todo era tan vivido, como un fuerte resplandor que me trajo de regreso...
—¡Ahhhh! —...al verdadero mundo real— ¡Ahggg! —por fin lo había recordado.
Ya sabía quien era en realidad.
—Oh por Dios! —y me había recuperado.
Podía mover mis brazos, piernas, cuello, dedos y estaba respirando.
¡Respiraba aire!
—¡Connor! ¡Estas bien!—y esta vez no me sentía dispuesto a seguir el juego.
—¡Tú! —había recuperado todo lo que me fue arrebatado.
—Trata de no hacer ruido —pero sentía demasiada adrenalina— por favor—. Había despertado de una pesadilla y ahora estaba delante del chico al que durante mucho tiempo llamé por otro nombre—. La Zona nos esta vigilando—. Alguien a quien recordaba al idiota que no se daba cuenta de los robos que sufrían sus arbustos de marihuana.
—Rick —Él tipo tenía su mirada dirigida en mi, como sí entendiera la razón de mi desesperación.
Y estaba recostado sobre una camilla, en un lugar que parecía ser una pequeña bodega; solo teníamos una lampara iluminando el espacio y a mi derecha había otra camilla con un cuerpo reposando.
—¿Te sientes mejor Connor?
—Por favor —y ya no me sentía conforme de seguir ese estúpido juego—¡Deja de llamare "Connor"! —ya que ahora mi mente estaba conectada con la verdadera realidad—. Me llamo Selwin.
Todo volvió a su lugar.
Mi verdadero nombre es Selwin Douglas. Tenía 17 años cuando todo esto empezó. Estudiaba la preparatoria, era un pésimo alumno, y mis mejores amigos eran unos gemelos con los que siempre me peleaba cuando no teníamos la mercancía lista.
Uno de ellos era un chico al que durante todo este tiempo llame "Nick" y de hecho estudiaba con otro al que aquí llamaba "Wayne". Y el tipo al que llamé "Tyler" todo este tiempo resultó ser Rick Evans, él tipo que trabajaba en mi escuela como conserje.
—Por fin recuerdas quien eres.
—Sí.
—En ese caso creo que ya no debería —lamentablemente no estábamos solos...
Nick
Quería detenerme, luego de ver como otra bala atravesaba el pecho del un Imperfecto al que pude haber salvado con solo aplicarle esa inyección. Pero ya no me sentía dispuesto a seguir en silencio luego de ver que conocía a ese Imperfecto.
Will...
...Él miembro por el que nos reimos de verlo salir con ese ridículo traje cayó por culpa de un disparo...
—¡No! —...y Riley notó mi desesperación.
Ya no había marcha atrás.
—¿Qué esta pasando aquí? —Verla levantarse de su asiento y reaccionar fue como ver hecha realidad cualquier otra pesadilla—¿Acaso fuiste tu? — porque no dudo en sospechar de mi.
Tres guardias se dirigieron.
No me sujetaron pero sí me apuntaron con sus armas.
—¿Quién eres tú? —tuve que mantener en silencio— ¡Dije que ¿Quién eres tú?! —como mi única opción.
Pero la verdad ocultar mi identidad no iba a servir de nada.
Había tirado todo a la basura.
—¡Tú! —solo era un bobo que no sabía pensar con cuidado—Eres el Imperfecto de Shane.