SHANE
Todo lo que había contemplado en aquel minuto seguía atrapado en mi mente, como un escenario donde todo se estuviese repitiendo de manera constante hasta poder volverme loca.
Mi madre gritandole a un miembro inocente que cometió el error de no quitarle todas las semillas a su melón, como una señal de que su vida se iba a terminar, y yo preocupándome por la vida de ese pobre miembro, en vez de darle importancia a lo que debía.
La Perfección.
“Por Favor” En mi estaba la carga de darle la honra al Sexo Perfecto porque era un miembro Perfecto.
Los miembros del Sexo Perfecto debíamos preocuparnos únicamente por darle honra a los miembros de nuestro propio sexo y perfeccionar lo, de la misma forma que lo fue honrado por todos mis ancestros, pero en vez de eso había elegido salvar la vida de un miembro del Sexo Imperfecto, que no valía nada.
Sí haciamos algo como eso nosotros corríamos el riesgo de ser enviados al Exilío, pero mi madre tuvo piedad por un segundo.
Ella le perdonó la vida al miembro y tuve que respetar esa decisión manteniendome en silencio durante el camino a la escuela iniciando en el momento que salí del departamento, sin poder dirigirle la mirada.
Los miembros de la comunidad “Perfecta” teníamos la ventaja de vivir en los edificios que conectan con el cielo, ya que en cada ventana o salida se podía admirar el panorama del mundo donde ahora habitaban los miembros del Sexo Imperfecto.
Un lugar sucio y debastado donde su único destino era el hambre y la esclavitud.
Pero no siempre fue así.
Hace muchos años la humanidad solía vivir unida.
Los años en que los seres humanos debían de mantenerse bajo la norma de la igualdad era una historia que siempre nos repetían los profesores, porque fue esa la gran mentira que vivimos durante años.
Creer que la raza humana estuviese destinada a vivir bajo la regla de la paz, por medio de la unión.
Existieron guerras, contaminación y catástrofes que acabaron con los bosques, las especies y la paz del planeta, pero todo cambió gracias al poder de la “División”.
La elección consiente de tener que dividir los géneros para así lograr la verdadera paz.
Los Miembros Perfectos, quienes en un tiempo fuimos solo esclavos de los Imperfectos, sintieron que esos Miembros nunca lograrían valorar lo que tenían, ya que solo destruían, en vez de construir.
Muchos Perfectos sufrieron de abusos físicos y psicológicos, por culpa de los Imperfectos; Secuestros, violaciones, embarazos no deseados entre muchas otras cosas que solo nos repetían como una señal de lo que habíamos sufrido. Sin embargo algunos miembros tuvieron la oportunidad de rebelarse contra la opresión y demostrar de lo que estábamos hechas.
Podiamos trabajar, como ellos.
Podiamos estudiar, como ellos.
Y podíamos superarlos en cualquier cosa que ellos hicieran.
Los Imperfectos tuvieron que dejarnos actuar y al ver que podíamos hacer lo mismo que ellos no tuvieron otra elección más que reconocernos como alguien más en vez de un ser superior, lo cual hizo que muchos de mis ancestros no tuviesen la misma opinión.
Ellas odiaban tanto ser un cero a la izquierda y no iban a permitir que eso continuase.
En cuanto terminó la tercera década del siglo XXI algunos de mis ancestros comenzaron a conspirando en contra de esos seres que solo denigraban a la humanidad.
Construyeron maquinas y comenzaron a eliminar miembros que no merecían tener lo que tenían.
Así fue como se inició la División.
El acto, que hasta la fecha, es considerado como la decisión que más a logrado beneficiar a la humanidad en su historia porque de esa forma todos los miembros del Sexo Perfecto estarían a salvo en un lugar donde lograrían desarrollar todo su potencial a un nivel que nadie las hubiese permitido.
Un refugio libre de la contaminación en donde cualquier trabajo o escuela estuviese a solo tres minutos de tu hogar y eso para todos los Perfectos que conozco ha sido un gran logro de justicia. Pero para mi…
—Buenos días, Srita Whintinfield —…era solamente una prisión…
—Gracias —…en donde debía mantenerme en una imagen de seriedad ante cualquiera miembro Imperfecto que me viese.
Entre nosotros había demasiados miembros del Sexo Imperfecto trabajando bajo la presión de mantener el cuidado ante cualquier actividad que realizarán, ya que de lo contrario un simple error les podría costar la vida, de la misma forma que ocurrió esta mañana, ya sea vigilando, sirviendo almuerzos o limpiando los pasillos, como un grupo de obreros que ocultaban la tristeza que había en sus corazones por saber que no eran trabajadores sino esclavos obligados a guardar silencio.