Dominados

10

Connor

—Vamos Connor, ya es hora de desayunar —era logico que Padre tenía demasiadas cosas en la cabeza que le impedían ver lo que ocurría en su entorno—. O sí no tus hermanos lo devorarán todo— como el hecho de que solo me faltaba colocarme las botas

—Ya voy Padre —até las agujetas, cuidando de que no quedarán zafadas, ya que ahora tenía más tiempo para darle atención a ese tipo extraño de detalles.

—¡Connor! —y Padre lo sabía.

Él manteía su rutina de tener que levantar a sus hijos y advertirles que el desayuno ya estaba servido porque en cualquier momento los hermanos mayores lo devorarían como fieras salvajes, pero la verdad era que ahora las cosas eran muy distintas.

Tyler ya no estaba.

Los días en los que Tyler devoraba los desayunos hasta que el último pedazo de alimento desapareciera y yo terminaba comiendo las pocas sobras que Wayne lograba rescatar se habían terminado.

Ahora podía huevos, naranjas y tiras de tocino.

Padre, en cambio, se sintió devastado, ya que Tyler pudo ser el segundo hijo en lograr salir de las Minas Delta, pero no tardó en superarlo ya que esa era una labor de los padres.

Dejar ir a los hijos.

Además Tyler era el ser más despreciable de la tierra.

Nadie lo iba a extrañar.

Pero no todo continuó como lo esperé.

—Oye Padre —Mi voz parecía preocupada, ya que en mi interior no me sentía con las suficientes fuerzas como para poder liberar mis miedos— ¿Acaso…?

—No Connor —pero no necesitaba decirlo ya que Padre lo comprendía—, no creo que vaya a pasar.

—Pero Padre.

—Mejor olvídate de eso, recuerda que hoy es un día especial —y en esto tenía razón.

Era el cumpleaños numero 21 de Nick y todos mis hermanos estaban reunidos en la mesa.

O por lo menos todos los que ahora eran los hijos de Padre.

Habían pasado dos meses desde que Clint fue seleccionado para trabajar como un guardia, luego de que logró cumplir los 35 años; la edad que el régimen pide para poder elegir ser algo más que un simple minero y darle honra a Padre ya que Clint se convirtió en el primer hijo en poder cruzar todas las minas.

Incluso, antes de irse, nos dijo que nunca nos olvidaría y que no debíamos de tener fe de que cualquiera de nosotros podía ser el próximo.

¡Clint era la prueba!

Pero parecía ser más fácil decirlo que vivir-lo porque Wayne desapareció un mes después de que Tyler lo hiciera.

¡UN MES!

Eso me dejó a mi como el nuevo hermano mayor y en el próximo blanco.

¿O acaso tenía alguna probabilidad tenía de ser el próximo en cruzar las minas Delta y Gama?

—Vamos, no te desanimes. —Padre no quería que perdiera la fe porque eso era lo que nos mantenía unidos—. Recuerda que Clint lo logró.

—Sí —Era lógico que no quería verme triste en el día de hoy.

Me acompaño en el camino al comedor, actuando de manera desapercibida porque era lógico que él no quería que el cumpleaños de Nick se arruinara ya que era un momento especial. Por fin era su turno de entrar a las minas Delta y también mi oportunidad de tener un poco más de paz con él, ya que no me había dirigido la palabra desde el día que perdimos por culpa de mi desmayo.

Sin Wayne en nuestra familia ya no podía remediar el error porque nuestro equipo quedó disuelto, y ahora no podíamos jugar sino hasta que uno de nuestros hermanos tuviera 18 años.

Y el más grande 15.

—Felicidades, Nick —en cuanto llegué al comedor pude ver que todos mis hermanos ya estaban desayunando.

Nick escogió el asiento donde antes se sentaba Tyler, y actuó como sí mi presencia se hubiese exterminado.

—Nicolás —Pero reaccionó ante el alago de Padre—. Felicidades.

—Padre, sabes que me llamo “Nick”.

—Lo sé, Nicolas. Pero en un día como hoy debo de respetar el nombre que te di.

Y para una gran sorpresa Padre le preparó a Nick un pastel.

¿Por qué él no hizo eso conmigo?

¡Ah!, lo había olvidado.




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