¿don o Maldición? ©

¿Don o Maldición?

Mi nombre es Derek, tengo 24 años, soy un joven como todos los chicos de mi edad, no tengo ningún talento en especial y tampoco procedo de una familia famosa; pero sí tengo algo que me distingue del resto de las personas y, es que tengo la habilidad para ver más allá de lo que el ojo humano permite ver, esa habilidad de la que hablo es a la de ver lo que los mortales denominan “fantasmas”, que no son más que almas en pena que aún vagan en el astro terrenal. A continuación, les narraré mi experiencia con estas almas atrapadas en nuestro espacio-tiempo.

Todo comenzó desde que tenía tan sólo 3 años de edad, dado a que soy hijo único y mis padres trabajaban la mayoría del tiempo desde casa, no tenían tiempo para mí; solía salir a jugar al patio de atrás con mis juguetes, siempre jugaba solo porque en el fraccionamiento donde vivíamos no había niños, todos eran adolescentes o adultos jóvenes. Un día, mientras jugaba con mis carritos y pistas de carreras, uno de mis autos se desplazó hasta donde estaban las macetas de mamá, me apuré a recuperar mi carrito, cuando llegué por él vi a una pequeña niña de cabello rubio rizado, tez pálida, labios morados -tal vez se debía a que tenía frío. – y llevaba puesto un lindo vestido color rosado tapizado de flores amarillas.

- ¿Quién eres? -Le pregunté mientras la observaba con curiosidad.

-Me llamo Sofy. -Había respondido con voz temblorosa.

-Nunca te había visto, ¿eres nueva? ¿has venido a jugar conmigo? -Pregunté entusiasmado de tener una amiguita de mi edad.

-Sí, soy nueva, ¿quieres que juegue contigo? -Preguntó tímidamente, aunque de momento sus ojos brillaron.

-Claro, me gustaría tener un compañero de juegos, me aburro yo solito.

Jugamos toda la tarde mi amiga Sofy y yo, mamá en ocasiones iba a visitarnos y nos llevaba galletas de chocolate y jugo de uva. Así continuaron pasando los años y yo seguía jugando con Sofy en el patio trasero o en mi habitación. Cuando iba a cumplir 7 años pregunté a mis padres si podría volver a invitar a Sofy a mi fiesta, ellos me miraron con expresión dudosa.

- ¿Quién es Sofy, cariño? -Quiso saber mamá.

-Es la niña con la que siempre juego, mami. -Respondí.

-No cielo, no me refiero a eso, sino a que siempre hablas sobre ella, pero nunca la hemos visto, ¿es una niña tímida? -Se puso en cuclillas para estar a mi altura.

- ¿Tímida? Nada de eso, siempre ha venido a jugar a casa, siempre nos llevas galletas y jugo cuando me visita. -Mamá puso una cara seria.

- ¿Seguro que no es tu amiga imaginaria, Der? -Papá fue quién me hizo la pregunta.

-Claro que no, Sofy existe papá, la conozco desde que tengo 3 años, yo jugaba en el patio y ella estaba sola, sentada entre las macetas, así que la invité a jugar conmigo, desde ese día se ha vuelto mi amiga. -Respondí algo irritado.

-Derek, estás muy grandecito para seguir jugando con tus amigos imaginarios. -Me reprimió papá con tono serio.

-Les mostraré mañana, en mi cumpleaños, que Sofy existe.

Esa tarde Sofy vino de nuevo a mi habitación y decidí preguntarle directamente:

-Oye, Sofy… ¿Puedo preguntarte algo? -Ella recorría mi habitación de esquina a esquina como de costumbre, seguía siendo tan pequeña, no entendía por qué yo seguía creciendo y cumpliendo años, mientras ella estaba igual que el día que la encontré en mi patio.

-Sí, Derek, ¿qué sucede? -Me respondió con su voz tan dulce y su brillante sonrisa.

- ¿Dónde vives? ¿tu casa queda cerca de aquí? -De pronto, su sonrisa se esfumó, caminó hasta mi cama y se sentó a mi lado.

-Yo vivía en esta casa con mis padres, una noche, mientras dormíamos, entró un ladrón, yo me desperté tras oír ruidos, tenía miedo y sólo quería estar con mamá y papá, así que fui a su habitación y vi… -Comenzó a sollozar y cubrió su rostro con ambas manos. -Vi a mamá y papá en el suelo con un enorme charco de sangre, él los había matado, yo corrí al patio de atrás, pero me alcanzó y no tuvo piedad de mí, apuntó su pistola en mi dirección y disparó innumerables veces perforando todo mi cuerpo y no se detuvo hasta que la última gota de sangre que tenía en mi interior cesó.

Dejé que terminara con su relato y ambos permanecimos en silencio un largo periodo de tiempo. - ¿Quieres decir que… estás muerta? -Ella me miró con esos ojos azules tan lindos.

-Sí, Derek, siempre he sido un fantasma.

A pesar de mi corta edad sabía mucho sobre el tema de los “fantasmas” -He leído sobre ello, Sofy, ¿por qué nunca me lo dijiste? -Sostuve su diminuta mano.

-Tenía miedo de que ya no me quisieras, yo morí cuando tenía 4 años, nunca tuve un amigo, cuando me invitaste a jugar me sentí tan contenta, siempre te observaba, pero no podía acercarme, tenía miedo de que me rechazaras por el hecho de no estar viva. -Agachó su cabeza.



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En el texto hay: fantasmas, drama, ficcion

Editado: 15.04.2019

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