Donde Coincidimos

PRÓLOGO

P.O.V: Nebraska Grey.

Me levanto de la cama algo cansada por toda la actividad de la noche, mi esposo no se encuentra por ningún lado al igual que cuando amanecí ayer, de seguro fue a trotar y traerá el desayuno. Paso al baño y me doy una ducha antes de prepararme para hoy, el sol de Costa Rica es perfecto durante todo el día y las vistas a la playa son increíbles. Me pongo un bikini de esos que le gustan a Josh, me encanta vestirme para mi, pero más me gusta que a él le guste cómo me veo.

Salgo de la habitación notando que mi esposo ha tardado más de lo normal, llevamos tres días en nuestra luna de miel y ha sido fenomenal, sobre todo también por la compañía de mi mejor amiga Janice, quien es actriz y está siendo parte de una producción que se ha llevado justo en este lugar al que Josh decidió vendriamos. 

Voy hasta el restaurante del Hotel para poder ver si se encuentra pidiendo el desayuno o algo así. Saludo a una de las parejas que hemos conocido en la playa, sonrío y ellos me hacen una mueca de lo que interpreto cómo lástima, rápidamente trato de recordar si es que se me olvidó algo o tal vez se me escapó una amiga, pero no es nada de eso.

Mis ojos se llenan de lágrimas y trato de negar la imagen aunque es imposible porque está claro casi que en HD y Full 4k, su beso podría ser de película y jamás me lo podrían negar. Me acerco a ellos y no son capaces de notarme, charlan como pareja de enamorados y se supone que yo me he casado con él. Algo tira de mi y me niego a seguir avanzando, salgo de ahí lo más rápido que puedo y corro hacia la playa que está vacía porque todos están desayunando.

Miro el agua y sé que necesito hablar con alguien, pero no sé con quién, en cualquier caso de engaño hubiese hablado con mi mejor amiga, pero pasa que ahora es mi mejor amiga la amante de mi esposo. Maldicion. No llevo ni una semana de casada y ya me has sido infiel. Recorro la lista de contactos y me encuentro con el nombre de mi tercera dama.

¿Hola? Se supone que estás en tu luna ¿A qué se debe la llamada? —no soy capas de contener el sollozo y por la linea escucho que caen muchas cosas— Aska ¿Estás bien? ¿Qué pasa? ¿Le pasó algo a Josh? Dime algo, Aska.

Me es infiel —digo entre hipos—. Me es infiel con Janice, mi esposo y mi mejor amiga.

¿Me jodes? No es divertido, Aska ¿Estás segura?

Los acabo de ver en el restaurante desayunando juntos, se estaban besando y hablando de amor como si ellos fueran la pareja de casados. Frente a todos, Mont.

Maldición, Aska —se lamenta y yo no paro de llorar ¡Joder! Cómo duele—. ¿Los enfrentaste?

No, sólo corrí a la playa.

¿Te vieron?

Creo que no, no lo sé —me siento en la arena y el agua llega a tocar solo mis pies.

Aska, no sé qué decirte. Pero ya sabes que una infidelidad no se perdona. Y sobre Janice, ya te dije que nunca confié en ella. Es tu decisión.

Me casé hace muy poco.

Lo sé, Aska, pero lo que ellos te hicieron no es un acto de amor. Si ellos no te aman, ámate sola y sale de ahí. 

No le digas a nadie y esperame en el aeropuerto. Saldré lo más pronto posible.

—Está bien, me avisas cualquier cosa. Te quiero.

Nos vemos.

Corto la llamada y camino por la orilla por un tiempo más llorando, es como si una nube comenzara a desaparecer y las cosas ahora fueran más claras, esa nube será llamada enamoramiento y en este momento va acabando. Porque ahora noto que Josh comenzó a insistir en que no fuéramos a Bora Bora cuando Janice dijo que luego de la boda vendría a este lugar. Ahora noto que mi esposo ha decidido cambiar el itinerario alegando que para mi era un regalo pasar el día con él y mi mejor amiga en todas las actividades que planeamos.

—Amiga —giro y veo a una chica a mi lado, debe ser adolescente—. ¿Estás casada con un chico un poco alto, blanco y de ojos claros?

—Sí, soy yo.

—Es que no quería hacer esto, pero es que entre mujeres debemos apoyarnos —me enseña su celular y tiene un video de mi esposo y mi amiga de madrugada aquí mismo en la playa todos enamorados—. Lamento enseñarte esto.

—Tranquila, ya los descubrí y creo que tu video me dio la valentía necesaria.

Aprieto los dientes hasta que me duelen y con toda la fuerza del mundo me obligo a ir a mi habitación para hacer la maleta y salir de este lugar. Por el camino compro un boleto de avión, el próximo que salga porque ya no pienso seguir aquí, por desgracia el vuelo no sale hasta casi dentro de un día más y además son horas de regreso a Baltimore, porque hay escala, un asco pero es lo que hay.

Voy a abrir la puerta cuando escucho sus voces, vienen frente a mí tomados de la mano y charlando sobre el futuro y cómo quieren seguir cubriendo su relación de los ojos de todos, es decir, planean seguirme engañando. No sé en qué momento estas personas que estuvieron conmigo desde niños han comenzado a jugar conmigo. 

Abro la puerta de la habitación pero no paso, los quedo esperando y porque no me ven se comienzan a besar, carraspeo y lentamente se separan maldiciendo mi nombre en voz baja, no seco las lagrimas para que vean cuanto me duele, lo peor es que no hay arrepentimiento en ellos.

—¿De verdad? —cuestiono y ellos no dicen nada—. Maldición, eran mi familia. 

—Nebraska, no sacamos nada con negarlo.

—Y no hay arrepentimiento porque nos amamos.

—Podrían habérmelo dicho antes —protesto llorando y casi gritando mi dolor—. Está claro que ya no eres mi novio, mucho menos mi esposo porque rompiste los votos en días. Y tú, tú eres la peor amiga que podría pisar la tierra.

—Nebraska, tienes que entendernos.

—No me pidan ni una mierda —grito y cierro la puerta en sus caras.

Me preparo y comienzo a hacer mis maletas con Montana en una video llamada que ella inició cuando le escribí un mensaje diciendo que ya los había enfrentado y ni vergüenza habían mostrado. Me cambio de ropa y salgo del hotel, por suerte no acepté que mis padres pagaran ¿Cómo les diré esto a ellos, a mi familia y a la de Josh? 




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