Donde Coincidimos

Capítulo | 12

P.O.V: Nebraska Grey

Entro al auto con un nerviosismo terrible, no sé cómo puede ir esto y siento que suda hasta el espacio entre mis senos. Cierra la puerta, se va a su lado y tira sus cosas al espacio tras de los asientos antes de subir. Me cruzo el cinturón de seguridad antes de que él note algo y lo quiera cruzar cómo en películas, no sé cómo reaccionaría a eso.

—Listo ¿Te apetece ir a comer algo?

—No, gracias.

—¿Segura? —asiento y él enciende el auto—. Entonces será a tu casa.

—Sí —miro por la ventana una vez se comienza a mover, ojalá no haya tráfico.

—¿Estabas casada?

—Larga historia —musito viendo hacia el frente mientras él se detiene en el semáforo en rojo.

—Hay tiempo, además me la debes porque yo creí que el único con traumas en relaciones era yo y me sentía culpable —dice divertido y no evito la sonrisita que se forma en mi rostro.

—Lo siento —digo riendo y lo miro mientras niega sonriendo—. Pues te la debo, pero promete que no me vas a juzgar.

—No me atrevería —vuelve a parar en otro semáforo que parecen estar a su favor.

—Me casé el 5 de agosto, hace nada realmente —se me hace un nudo en la garganta y él lo nota porque me mira, lo siento—. En mi luna de miel nos fuimos donde mi mejor amiga pasaría sus vacaciones, era un plan de ellos al parecer y yo no lo noté. Me engañaron y los descubrí, los confrenté y no negaron nada, la idea de volver con él se esfumó de mi cabeza pero no de mi corazón, tomé las fuerzas suficientes para decidir un divorcio y él lo notificó antes de que pudiera conseguir un abogado. Mis padres lo aman y dicen que un error se supera, pero no lo creo, ya me lastimó mucho y realmente es difícil borrar imágenes, me culpo más a mi por no haberlo visto antes. Incluso su hermana sabía lo que él hacía a mis espaldas.

—Wow. En mi opinión, es un idiota que no te merece —señala parando el auto en otro señáforo, pero esta vez hay muchas autos delante nuestro—. Creo que en realidad estás mejor sola.

—Tal vez, pero igual es difícil dejar atrás todos los planes que hiciste a su lado.Todo un futuro planificado a su lado y ya todo se esfuma —señalo secando las lágrimas en mis mejillas.

—Pues yo nunca pienso más allá del futuro porque me pierdo el presente —musita volviendo a avanzar, pero no alcanzamos a avanzar suficiente cuando ya vuelve a rojo.

—Tienes razón —murmuro volviendo a verlo, repasa su labio inferior con su dedo índice—. Pero mi sueño de ser madre se ha esfumado, quería todo con él y no creo volver a tener una estabilidad que me ayude en ese desafío.

—Pero se puede ser madre soltera.

—Lo sé, pero es difícil porque al ser psicóloga casi no tengo tiempo y un niño necesita de ti, por eso es mejor hacerlo acompañada —señalo y se gira a verme mientras muerde con discreción su labio superior.

—Pero no es tarde para buscar a alguien más —sonrío y asiento, da la luz verde y avanza nuevamente—. ¿No es peligroso que hagas eso?

—¿Qué cosa?

—Soltar el volante del auto para pasar cambio con la misma mano —sonríe y me mira por un segundo.

—Tranquila, lo hago todo el tiempo y nunca me ha pasado nada.

—Pero un día puede ser diferente —ríe despreocupado y frena cuando hay luz roja—. ¿Acaso los semáforos saben que vamos juntos?

—No lo sé —dice riendo—. Pero me hacen un favor así que no me quejo.

—Ya me hiciste hablar, ahora dime algo de ti. Dijiste que te sentías culpable de tu mala suerte en el amor ¿A qué iba eso?

—Esa es una pregunta de psicóloga.

—No y no cambies el tema, responde —vuelve a reír y eso hace que sonría.

—Pues, esta esto de mis prioridades, papá era una de las principales y siempre que tenía una cita o algo, estaba nervioso de que algo le pasara y me necesitara, entonces nunca daba el cien de mí y al final me acostumbré a eso, a no amar ni preocuparme de nadie más.

—¿Qué tenía?

—Cáncer —no pregunto ni digo nada porque es raro y siento que oculta algo, no quiero forzarlo a nada—. Era al páncreas, vivía con dolor, nunca supimos que tenía al estómago y casi al final con los últimos exámenes descubrimos que era cancer al pancreas y estaba muy grave, ya no había vuelta atrás.

—¿Eras muy cercano a él?

—Sí, demasiado. Mamá nos abandonó y el después de todo jamás le dió la espalda, era muy bueno. Creo que también desconfío de las mujeres por lo que ella hizo, se supone que mi madre tiene que amarme antes que cualquiera y no lo hizo, no confio en el amor de las mujeres.

—No todas somos iguales —murmuro viendo su perfil.

—Y ahora sabes lo que se siente tener que negar algo que todo el mundo acusa —señala y me río relajada.

—Pues sí.

Falta muy poco para llegar a mi casa, noto que disminuye la velocidad aplazando mi llegada. No dice nada pero si noto que se siente ansioso, no sé la razón, pero igual me pasa. No decimos nada hasta que aparca frente al edificio donde está mi departamento.

—Desde arriba podrías ver donde vivo.

—¿De verdad? —asiente—. Entonces, nos vemos mañana.

—Espera —me detiene tomando mi mano a la vez que quiero soltar el cinturón de seguridad—. ¿Me das tu número de celular?

—Está bien ¿Donde anoto?

Sonríe y me pasa su celular justo para teclear mi número. Rápidamente lo guardo y me marco para también tener su contacto. Sonrío y le regreso su celular.

—Ya está.

—Entonces, si nos vemos mañana.

Suelto el cinturón y abro la puerta, sonrío y salgo sin mirarlo, así mismo entro al edificio y saludo al portero y a Carmen que ya está por irse. Entro al ascensor revisando mi celular cuando me llega un mensaje desde su número que aún no guardo pero mi celular ha registrado, lo guardo en mis contactos antes de revisarlo.

*

Edward

E: Que tengas lindos sueños




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