Donde Coincidimos

Capítulo | 23

P.O.V: Nebraska Grey

Termino de desayunar y Edward se calza sus zapatos para poder ir a dejarme a mi trabajo. Lo abrazo por la cintura mientras que corresponde y me aprieta contra él, hoy ya tiene que ir por su hijo y eso es un desafío porque será un día donde sólo funcionaremos por llamadas, donde no habrá contacto físico y tal vez notemos que nuestra química va por un solo sentido.

—Tengo miedo —admito en un susurro.

—Yo también, pero es el riesgo que ambos decidimos correr —asiento y me inclino a besar sus labios.

Me gustan estos que son tiernos y delicados, son mis favoritos. Toma mi cartera y mi mano mientras salimos de mi departamento, entrelazamos nuestros dedos y acaricia mis nudillos. Avanzamos a paso lento porque si bien algunas veces se ve fácil, cuando las cosas se deben enfrentar todo se dificulta mucho más. 

Entramos al ascensor y vamos directo al estacionamiento donde está el auto. Dentro de la caja metálica lo abrazo porque es bastante difícil aunque uno diga; “sé que su hijo va primero” igual uno demanda atención y eso es lo peor porque no la vas a tener, o tal vez sí pero no cómo tu quieres. 

—Oye, ahora que eres mi novia —asiento porque se escucha muy lindo—. ¿No quieres conocer a mamá?

—Con lo que me has comentado de ella, no, muchas gracias. Pero eso sí, tendremos que ir a Greenwich.

—No quiero conocer a tus padres, será muy extraño.

—Podemos ir en tu auto, yo cubro los gastos y podemos ir sólo por unos días, o bien los invitamos —señalo para ver sus reacciones.

—Está bien, ya que somos novios, pero tú tienes que conocer a mi hijo —señala buscando mis ojos.

—¿De verdad? —asiente con la cabeza.

—De hecho, es mejor que conozcas primero a Justin porque puedes ser más cobarde que yo y puede que quieras escapar antes de.

—Yo no soy cobarde, Edward Lewis —señalo molesta—. Además tu igual puedes huir luego de conocer a mis padres, son un caso y mi hermano es peor.

—Bien. Fijemos fechas por la noche —dice a la vez que las puertas se abren. 

—Está bien —me besa y luego vuelve a tomar mi mano para ir juntos al auto.

Nos montamos en el Camaro negro y nos vamos hacia lo que es nuestra rutina diaria en nuestros respectivos trabajos. Besa mi mano mientras que conduce con una sola mano, completamente irresponsable considerando que el auto es mecánico y debe pasar cambios.

—¿Cómo haces cuando estás con Justin?

—¿Respecto a qué?

—Respecto a cómo lo llevas en el auto —pregunto confundida y este hace una mueca, me imagino que es porque cree que voy a estar en desacuerdo con él.

—Su bolso va en tus piernas y él en mis piernas, le gusta conducir.

—¿Sabes lo irresponsable que es eso? Es un punto en contra en el juicio si se llegan a enterar de esto —protesto viendo que incumple las normas.

—Lo sé, pero es que mi auto no tiene para poner una silla como corresponde y no pienso tener otro auto, este me gusta.

—Tu ex va a tener esto a su favor —señalo pesadamente.

—Lo sé, pero ya le diré a Niall que haga algo. No te enojes, Nebraska Grey.

—No me he enojado, Edward Lewis —alego mientras vamos llegando a mi destino.

Siento su risa y con solo eso ya quiero sonreír, pero me hago fuerte y me mantengo tan seria como puedo. Se detiene frente al edificio en el que trabajo, voy a abrir la puerta y no puedo, le ha puesto el seguro.

—Edward, debo trabajar —mascullo mientras me giro hacia él.

Tiene una sonrisa adorable en el rostro, mira directo a mis ojos, pero luego recorre descaradamente el cómo estoy vestida, para luego posar su vista en mis labios. Respiro entrecortado cuando se acerca y susurra en mi oído lo mucho que le gusta mi vestido, a eso se le suma el hecho de que su mano recorre mi piel expuesta debido al escote de la falda.

—¿Y si no trabajas?

—No vengas a darme vuelta con tus expertices, Edward Lewis. Abre la puerta.

—¿Me vas a llamar? —cuestiona viendo directamente a mis labios.

—¿Lo harás tú? —asiente a la vez que muerde mi labio inferior y luego lo masajea con sus labios.

Paso mis manos por detrás de su nuca y lo atraigo sobre mi, me asombra la intensidad con la que deseo cada cosa de él, pero también me asombra el hecho de que a él le pasa lo mismo conmigo. 

—Ten buen día —susurra sobre mis labios.

—Por suerte no me puse labial hoy —murmuro sonriendo.

—Por suerte —coincide volviendo a besarme.

Cuando es debido salgo del auto despidiéndome de Edward prometiendo que lo llamaré a la noche. Entro al edificio y voy directo a mi oficina porque tengo que prepararme para lo que queda de día.

—Doctora Grey, hay una chica queriendo hablar con usted, dijo que la conoce.

—¿Dónde está?

—Le dije la hora a la que usted llegaba y dijo que vendría.

—¿No te dijo cómo se llama?

—Sí, dijo que era Erin Blunt —asiento y voy hacia mi consultorio.

Me cuestiono qué es lo que me quiere decir Erin como para venir a verme a mi trabajo, dejo mi bolso sobre el escritorio y reviso mi celular que ha comenzado a sonar, se trata de mi hermana.

—Dime, Kans.

Oye, mamá dijo que tienes novio ¿Es cierto? 

—Claro que es cierto, te dije que lo vi agarrarle una teta —río al escuchar la histeria de mi madre.

Mamá, estoy hablando con ella.

Sí, tengo novio. 

¿De verdad?

Sí, me agarró la teta y mucho más —mi hermana se carcajea y mamá comienza a gritar—. Oye, ahora que ya saben, quisiera que lo conocieran.

¿Qué? ¿Jodes, Aska?

No, y ya que supongo que mis queridos padres están escuchando, no sé si quieren que vayamos nosotros o vienen ustedes.

Aska, si es una broma no es para nada divertida —dice mi hermana sin rastro de humor en su voz, suspiro pesado y asiento admitiendo que no me creen.




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