Donde Coincidimos

Capítulo | 25

P.O.V: Nebraska Grey

Salgo de la habitación y me informan que ya han traído a Josh, que estaba en el mismo lugar donde les indiqué, me dicen que Carmen y el portero lo sometieron en conjunto. Les debo algo a ellos dos y espero no olvidarlo. 

—¿Dónde está? 

—Nebraska —dejo salir un aliento satisfactorio y giro a buscarlo, tiene el labio partido y el cabello desordenado.

Siento las lágrimas en mis ojos y corro hacia él, rodeo su cintura con mis brazos y lloro en su cuello mientras que él me rodea con sus brazos y me aprieta contra su cuerpo. Maldición, le he hecho mal a este chico, todos dicen que soy perfecta, pero vivo lastimando a quien realmente no lo merece.

—Tranquila, no me pasó nada y a Justin tampoco —susurra, pero sollozo con miedo.

—¿Dónde está él? ¿Está bien?

—Sí, yo había salido a buscar ropa limpia al auto y él se había quedado con una enfermera —explica—. Lo demás te lo dije por mensajes. No llores, cariño.

—Si les hubiese pasado algo.

—No nos pasó nada —deja un beso en mi frente.

—Si me quieres dejar por el bien de tu hijo, lo entendería, Edward —musitar esas palabras me hace doler el pecho, pero tengo que ver por el bien de ellos.

—No te quiero dejar, Nebraska Grey, de hecho, ahora no me quiero separar de ti —inclino mi rostro y él captura mis labios con suavidad entre los suyos.

Nos separamos porque un oficial avisa que Josh ha pedido a un abogado y que no va a decir nada por el momento.

—Lo voy a denunciar, Nebraska —murmura Edward—. Es sólo para que lo sepas.

—Está bien, si no lo hacías tú lo iba a hacer yo en tu nombre —sonríe y me besa en la frente antes de ir con la oficial que tramitará toda la denuncia.

—Se ve que realmente siente algo más que aprecio por ti —miro a Montana que está tomando la mano de su novio.

—Cállate, Mont —sonríe divertida y me abraza rodeando mi cuello con sus brazos.

—Quiero partirle la madre a ese cabrón —suelta y me hace salir una risita, es adorable que quiera mostrar una faceta agresiva que no va con ella.

—Yo también, y no sólo por esto —admito y abre los ojos con sorpresa, siempre he dicho que la violencia no es la solución.

—¿Hay más? ¿Qué es lo que no sé?

—Kansas está embarazada y es de Josh —abre la boca sorprendida y mira a su novio que nos da espacio.

—Con todo respeto, tu hermana es una perra de mierda, bastarda hija de la gran puta —insulta a los cuatro vientos, quiero reír, pero en este momento debo bajarle el perfil ya que los oficiales la ven cómo si estuviera loca.

—Montana, estamos en una estación de policía —susurro y ella asiente entendiendo, pero luego frunce el ceño.

—Cierto, supongo que te vino a pedir perdón o algo así.

—No, sólo vino para que yo les diga a nuestros padres y no le digan nada.

—¿Está loca? ¿La vas a encubrir? —asiento y ella me mira mucho peor—. Estás loca.

—Es mi hermana —explico.

—Sí, pero ella no pensó dos veces el irse a la cama con quien era tu novio y futuro esposo en ese momento. Deja que ella se enfrente a tus padres sola, ni siquiera te ha pedido perdón, que madure.

—Descuida, no lo entendería —aviso con calma—. De hecho, incluso me culpa a mi de que por mi culpa ella se acostó con él y que el embarazo no estaba en sus planes.

—Maldición Aska, eres demasiado buena y comprensiva con quienes no lo merecen, le das los pretextos que ni ellos pueden darte.

—Lo sé —asiento y ella niega.

—Ya sabes que yo la mandaría a la mierda —asiento y esta me abraza, el amor le ha hecho bien—. ¿Vas a hablar con Josh?

—Sí.

—¿Eddy lo va a denunciar?

—Ni siquiera yo le digo así —dejo salir una risita que ella sigue—. Pero sí, va a denunciar y si no lo hacía lo iba a hacer yo.

—Me parece bien, hay que hacer justicia.

—Ahora lo único que quiero hacer es hablar con él y preguntarle, nada más. 

—¿Tienes cómo volver a casa o te esperamos?

—No lo sé, es que tal vez vaya a tardar aquí, pero no estoy segura —aseguro mientras que un oficial me espera.

—Te voy a esperar.

—Si pasan más de treinta minutos y no vengo, entonces te vas —asiente y me besa la mejilla antes de ir a sentarse con su novio, debe tener una paciencia enorme él.

El oficial me dice que Josh sólo quiere hablar conmigo, pero que ellos van a estar atentos en caso de que quiera hacer algo, además está con esposas. Me dan nervios saber que estaré encerrada con él.

—¿Lo puedo golpear?

—No.

—Pero ¿Si alego defensa?

—O bien podemos no ver y listo —musita una chica y todos la miran pero asienten dando la razón.

—Gracias.

Entro a la habitación muy sonriente, es igual que donde estaba Janice. Josh me mira y sonríe de manera perturbadora, me siento frente a él y este se inclina para tomar mi mano que dejo sobre la mesa, pero la quito antes de que me llegue a tocar.

—Tengo muchas dudas, Josh. Lo peor es que siento que no te conozco y ahora, no te quiero conocer —señalo con rencor—. ¿Sabes que Kansas está embarazada?

—Es mío, lo sé, el condón que usé lo alteré en cuanto ella me dijo que hace una semana que llevaba de que no se había inyectado —me levanto y le pego un puñetazo en el rostro, me duele pero tengo técnica debido a lo que aprendí con Edward. 

Es un hijo de puta, lo hizo con intención y ahora es mi hermana la que cargará con él, es mi hermana la que se va a enfrentar a mi cuando tenga que conocer a ese bebé, lo peor es que este no tiene intención de pagar por sus malos actos. 

—Eres la peor persona del mundo —digo casi escupiendo las palabras mientras me paseo pensando—. ¿Si quiera te interesaba Janice cuando estuviste con ella y le juraste amor?

—Janice es una puta, se metió conmigo incluso cuando ella era tu mejor amiga y yo tu esposo —le propino otro puñetazo más, soy vengadora de las idiotas al parecer.




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