Donde Coincidimos

Capítulo | 27

P.O.V: Nebraska Grey

Me siento en la cama y busco a mi hermano, por sus ronquidos supongo que sigue en la habitación pero no lo veo.

—¿Danny?

Lo llamo y no responde, me levanto de la cama y salgo para ir al baño, desde la puerta lo veo en el suelo, que bien que duerme ahí. Dejo salir una risita suave para no despertarle, llevo mi celular conmigo en caso de que quieran revisar algo. Ya en el baño decido ducharme porque por la madrugada al llegar, no me dieron ganas y me fui a dormir tal y cómo me vine. 

No tardo demasiado y salgo envuelta en una toalla, mi hermano está esperando recostado en la pared y aún procesando su trauma de haber despertado, me burlo de él y voy a la habitación para poder vestirme. Me pongo un vestido largo ceñido al cuerpo que tiene aberturas a los costados de las piernas desde la mitad del muslo, es de manga corta y en color coral o salmón, no sé qué color es en realidad. Me aplico un poco de desodorante y perfume antes de continuar secando mi cabello con la toalla. 

—¿Te duchaste con agua fría? —llega Dan alegando y abriendo la puerta con fuerza.

—Sí ¿Por qué?

—Estás loca, casi me da hipotermia con solo lavarme la cara —dejo salir una carcajada relajada y tomo las toallas para llevarlas a la lavandería de camino a la cocina—. Te ves muy feliz y relajada.

—Es que hay que afrontar la tormenta con buena cara.

—Pues avísate a ti misma, pareces bruja —dice riendo mientras se vuelve a lanzar a la cama.

—Vete a la mierda, Danny —gruño mostrándole el dedo del medio y salgo de la habitación, pero este me sigue para continuar con nuestro juego.

—Si sigues así vas a tener que pedirle a alguien más que te enseñe a conducir.

—Te amo, hermanito —le lanzo un beso y sonríe con suficiencia.

—Así me gusta.

—Duchate, hueles mal.

—El día del pito me bañaré con esa agua.

—Mamá, Dan no se quiere duchar y está diciendo malas palabras.

—Mentira mamá, no le creas —sonrío con suficiencia y sigo con mi camino escaleras abajo.

Paso a dejar las toallas en el cesto de la ropa sucia y voy hacia donde el aroma del café me lleva, papá está sentado leyendo un periodico y mamá prepara todo el desayuno cómo hacía cuando éramos pequeños. Me siento al lado de papá luego de besar la mejilla de mamá.

—¿Qué tal dormiste anoche?

—Bien, Danny amaneció en el suelo —señalo sonriendo divertida.

—Buenos días —me giro a ver a Kansas, viene en pijama típico de ella en un día domingo.

—¿Qué tal todo hija? —cuestiona papá, pero yo no digo nada, sé que su favorita en Kansas por ser la bebé.

—¿A cúal le preguntas? —Kansas lo abraza y besa su mejilla repetidas veces y papá sonríe.

—A mi bebé —responde a mi hermana.

—Muy bien, ahora tengo demasiada hambre y es por dos.

—Estoy preparando tu desayuno favorito —dice mamá sonriendo.

Sonrío con pesar y me levanto para servirme unas tostadas y busco algo de aguacate y un poco de queso sin lactosa. Me sirvo café e ignoro a los tres personajes de la cocina, no me quejo de ellos, me quejo de que aún con mi hermana embarazada y de Josh, sigan queriendo que yo vuelva con él sólo por el hecho de que lo quieren cerca para la conveniencia de mi hermana, me sacrifican por ella. 

—Hola, familia —Dan siempre tan efusivo como siempre—. Que lindos nos vemos todos juntos otra vez, sólo falta mi querido cuñado.

—Josh se extraña cada día.

—Para Kansas, yo me refiero a Edward.

—¿Lo conoces? —infiere mamá con sorpresa y asco, así mismo.

—Lo escuché hablar con mi querida hermana ayer —señala mientras me quita una de mis tostadas del plato.

—¿Le pagaste? No es por ofender, pero tu hermano se mueve con el dinero —señala papá y mi hermano lleva una mano al pecho fingiendo sentirse ofendido.

—No le he pagado, no tengo dinero —me encojo de hombros y desayuno con desinterés.

—¿Estás embarazada? —pregunta Mamá alzando una ceja.

—No —digo casi ofendida porque piensen eso.

—¿Entonces porqué tanto revuelo con tu novio nuevo? 

—¿Me quieres opacar otra vez? ¿No toleras que yo tenga algo que tu no? —lo alterada que se encuentra Kansas, no es normal.

—Eres la menos indicada para decir algo así, Kansas —señalo riendo irónicamente—.Tú fuiste quien se acostó con quien era mi novio sólo porque no toleraste que yo vivía tranquila consiguiendo méritos por mi y no porque nuestros padres fuesen rogando que me dieran una oportunidad en algo. No pienso embarazarme, Kansas, respetaré tu espacio porque yo no soy tan envidiosa como tu. 

—Papá, tu hija me está hablando feo —mi padre no dice nada, simplemente mira la mesada.

—No, yo sólo te estoy diciendo la verdad a la cara, no voy hablando o actuando a tus espaldas cómo una cobarde.

—Aska, es tu hermana —recuerda ahora con ese tono firme que cuando éramos pequeños nos hacía temblar.

—Lo sé, pero se lo hubiesen recordado a ella cuando le abrió las piernas a Josh, ella rompió nuestra hermandad mucho antes y ustedes le cubrieron las espaldas.

—Aska, no la estreses, puede perder al bebé.

—Bien, entonces los estreso a ustedes —me levanto y camino por la habitación procesando—. Por suerte están todos sentados.

—Dice Edward Lewis —señala mi hermano alzando mi celular con una llamada entrante—. ¿Por qué lo tienes agendado así?

—Es un juego entre ambos —sonrío y tomo mi celular antes de tomar la taza de café e ir al patio trasero.

Me siento en las escalerillas y contesto.

¿Hoda? —la voz de un niño pequeño me hace fruncir el ceño hasta que lo recuerdo.

¿Hola? ¿Justin?

Shi —su tono de voz es muy dulce y su confusión es máxima, me hace sonreír con ternura.

¿Tu papá?

Edtá en ed baño.




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