Silencios Dorados

Capitulo 1

El sol entraba con delicadeza por los ventanales de la casa Kim, un apartamento de lujo con estructura moderna con paredes de cristal, mármol pulido y jardines perfectamente cuidados. Desde fuera, todo era perfección. Belleza. Éxito. Pero adentro, el silencio lo envolvía todo.

Sol-A caminaba descalza por el pasillo del segundo piso, con una taza de té humeante entre sus dedos. Su cabello claro caía como seda sobre su suéter oversize color perla. Tenía el rostro tranquilo, pero sus ojos verdes escondían un océano de pensamientos que no decía en voz alta. No con sus padres. No con nadie.

Sus pasos la llevaron hasta el estudio: un cuarto amplio, decorado con instrumentos musicales, espejos y estantes llenos de cuadernos de composición. Allí era donde podía ser ella. No la heredera. No la hija ejemplar. No la figura perfecta para la revista de la familia.

Allí, era solo Sol-A.

Encendió el equipo de sonido, estiró sus músculos como bailarina profesional y comenzó a moverse al ritmo de una melodía que acababa de componer la noche anterior. Era suave, melancólica, como un susurro... como una confesión.

Mientras se dejaba llevar por la música, pensó en lo extraño que era tener tanto y, sin embargo, sentirse tan sola.
En su vida todo estaba cuidadosamente planeado. Cada paso, cada palabra, cada sonrisa para la cámara.
Lo único que no podían controlar era lo que ella escribía, lo que cantaba... y lo que soñaba.

Y esa mañana, soñó con un par de ojos oscuros que no reconocía.
Pero que la miraban como si ya la conocieran...